Avilés Ciudad Dylanita, XVII Edición

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Hace ya diecisiete años que a una pareja de amigos de Avilés se les ocurrió celebrar públicamente el cumpleaños de Bob Dylan. Lo que empezó de manera improvisada tuvo continuidad y por allí han pasado año tras año, el 24 de mayo, artistas nacionales e internacionales que han querido colaborar en el proyecto y rendir homenaje al Maestro. En la edición de 2024, uno de esos dos amigos ya no estará, se nos fue hace poco más de un mes, cuando ya estaba todo en marcha. La fiesta del viernes 24 será también el momento de celebrar la memoria de Álvaro Lozano Sol.

AVD 5 - Alvaro Lozano

Aprovechamos para reconstruir la historia de Avilés Ciudad Dylanita con su promotor, Beznar Arias, el artista internacional de este año, Joel Rafael, y dos de los músicos que más han participado en la historia del festival, Eduardo Herrero y Jorge Otero.

ENTREVISTA A BEZNAR ARIAS.

¿Cómo surgió la idea de ACD? ¿Recuerdas el día y el momento?

Creo que casi todas las ideas interesantes se “cuecen” en un bar, y esta no iba a ser diferente. Lo cierto es que a Álvaro Lozano -mentor de esta idea- y a mÍ, nos unía una relación de amistad ya desde el colegio, donde él era docente y yo alumno, solo nos separaban 12 años. La música de Dylan, Tom Petty, Jackson Browne, Burning, Lucinda Williams, Los Secretos, Quique González, etc. Siempre nos había mantenido unidos, gracias a sus grabaciones y los conciertos de todos ellos y que asistíamos, o que yo organizaba. Aquel 24 de mayo de 2007 Álvaro me invitó a tomar unas copas por Avilés y me dijo: “hoy es el cumpleaños de Dylan, no te parece que deberías de hacer algo al respecto?”. Dicho y hecho, allí mismo cogí el teléfono y llamé a Saúl Fernández, del Diario asturiano La Nueva España, y le propuse hacer en el Club de Prensa del periódico a la semana siguiente una charla, una proyección y un showcase con varios músicos asturianos (Jorge Otero, Toli Morilla y Pablo Valdés). El resultado, creo que por rapidez e improvisación, no fue tan malo como pensábamos; logramos reunir a un centenar de personas, ávidas de saber, que era aquello de Avilés Ciudad Dylanita.

¿Cuál ha sido el papel de Álvaro Lozano en el desarrollo de ACD?

Fundamental. Yo nunca fui un apasionado de Dylan como lo era Álvaro, y si esa pasión ha ido creciendo en los últimos 20 años, ha sido gracias a él. Con él fui a varios conciertos de Dylan, que de otra forma es posible que no hubiese ido. Fui adquiriendo más discos de diferentes etapas, y me fui empapando del significado de Dylan, con más profundidad. Todas las ediciones de Avilés Ciudad Dylanita han tenido sus rasgos y matices; nos gusta conmemorar algún aniversario de algún disco en concreto, o de alguna gira. También con alguna película, por ejemplo con el aniversario del estreno de Pat Garret & Billy the Kid, donde Bob hace un pequeño papel. Durante estos 17 años se han sucedido además de conciertos, exposiciones fotográficas, de grafitis, pinturas, dibujos sobre Dylan para escolares, charlas, presentaciones de libros como el tuyo, e incluso hemos creado un menú dylanita.

AVD 1 - Béznar Arias, Álvaro Lozano, Jesús Ordovás y Eduardo Herrero

¿Cómo recuerdas la 1ª edición, las expectativas, los temores…?

El recuerdo que tengo es que lo hicimos sin pensar si vendría alguien, lo hicimos por nosotros, y yo lo hice solo por la ilusión que tenía Álvaro, jamás pensé en que esto tendría vigencia 17 años después; lo crematístico estaba en tercer plano, aunque la producción de conciertos sea mi trabajo y es de lo que vivo. Esto tenía y sigue teniendo otro espíritu. Creo que seguimos atrapados por la genialidad, la inocencia y el ímpetu que llevó a Dylan en los 60 al Greenwich Village de NY, y los músicos que vienen año tras año, también.

¿Qué ha cambiado en estos 17 años en el planteamiento de ACD, y en su proyección?

Cada edición cambia, porque Dylan siempre está cambiando, siempre nos sorprende…Hemos intentado en dos ocasiones traer a Bob Dylan a Avilés. En la primer ocasión -año 2012- estuvimos muy cerca. Logré reunir a las administraciones locales y regionales para que el concierto tuviese lugar en la explanada del Centro Niemeyer. Los últimos flecos, sorprendentemente, dieron al traste con el concierto; aquella gira española de Dylan solo tenía una parada prevista, en Bilbao, en el Guggenheim, y Avilés sería la segunda. Fue una lástima. Creo que ese concierto nos hubiera proyectado de otra forma al público asturiano y del resto del España. La segunda ocasión, era literalmente inviable en lo económico. Pero como te dije antes, no pienso en nada que tenga que ver con la proyección del evento en sí.

Todos los años procedo a invitar a músicos de prestigio, algunos con los que trabajo en algún momento del año, o he trabajado en el pasado, ofreciéndoles la ocasión de venir y tocar un par de temas de Bob Dylan…y la verdad, son muy pocos los que no se atreven, o directamente no les apetece. Este evento no tiene capacidad para pagar cachés como si de un concierto al uso se tratara. Sin embargo siempre hay artistas que te sorprenden, y se adaptan, pongo por ejemplo, el año pasado a Kevin Weatherill de los Immaculate Fools, el mismo Larry Campbell, el cantautor escocés Roddy Hart, o el músico californiano Joel Rafael que estará en la edición de este año.

¿Qué momentos recuerdas especialmente?

Para mí fue un inmenso honor que Larry Campbell estuviera en Avilés Ciudad Dylanita, nadie mejor que él para enseñarnos la maestría de un músico que estuvo una década al lado de Dylan girando por medio mundo. Larry es además un tipo excepcional.

¿Cómo se implica la ciudad de Avilés, y sus habitantes?

Lo cierto es que desde que el festival tiene dotación económica municipal, es un tema que sí me preocupa. Intentamos que la ciudad esté implicada con sesiones gratuitas en el centro de la ciudad, lo llamamos Boulevard Dylanita, además del gran concierto como pieza central. Creo que los avilesinos deben saber dónde y cómo se gastan sus impuestos, y yo esto me lo tomo muy en serio, aunque nuestro presupuesto sea muy pequeño. Muchos bares de la ciudad se han implicado en esta celebración desde hace años, con pequeños conciertos y el público responde. Lo que no podemos controlar es ese odio y/o admiración en porcentajes discutibles que despierta Dylan; tú sabes que en Asturias no sentó nada bien, que Dylan no viniese a recoger el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Sinceramente, a mí me dio igual. Pero bueno, este tipo de sentimientos encontrados suceden en todas las ciudades del mundo.

Y más personalmente, ¿Cuándo y cómo lo descubriste y qué significa Dylan para ti?

Curiosamente yo soy de una generación que empezó, en mi caso, tocando la guitarra en la iglesia, ya te imaginas, Blowing in the wind y esas cosas en castellano. Luego escuchaba algunas de sus canciones en aquellas casetes de grandes éxitos; más tarde con 18 años me compré una colección también de casetes que recorrían la historia del rock, con fascículo incluido, y ahí apareció Dylan, aunque a mí me gustaban más John Mayall, Bowie o Queen. Yo creo que mi despertar con Dylan es a raíz de la aparición de los dos discos de The Traveling Wilburys a finales de los 80, es decir, soy un Dylanita tardío, pero que se sigue emocionando con cada disco realizado. Más vale tarde que nunca.

ENTREVISTA A JOEL RAFAEL.

¿Cómo llegaste a Dylan? ¿Fue una canción, un disco? ¿Cómo sucedió y que emoción te causó?

Fue en 1964, tenía 15 años y había estado tocando la guitarra desde un año antes. Dylan ya había publicado un par de álbums. Yo no le había escuchado todavía, pero había oído hablar de él. Mi vecina, Claudia Boyd, tenía el último, Another Side of Bob Dylan. Me lo dejó unos días y después de escucharlo tres veces me quedé enganchado. Había algo tan diferente en él. Su mirada, el sonido de su voz, y sus canciones eran como ninguna otra cosa que yo hubiera visto u oído. Eran canciones honestas y llenas de contenido. Me convertí inmediatamente en seguidor suyo y llegó a ser una de mis influencias más importantes.

Dylan empezó su carrera intentando seguir los pasos de Woody Gutrie. En tu caso, ¿cuál de los dos captó antes tu atención, Guthrie o Dylan?

Definitivamente Bob. Como los jóvenes involucrados en el movimiento folk de los 60, muchos de nosotros estábamos tocando algunas canciones de Woody Guthrie y conocíamos su nombre, pero no había demasiada información sobre él ni muchos discos disponibles en aquella época. En algún momento llegó a ser sabido que Woody fue una gran influencia para Dylan, de modo que fue entonces cuando empecé a interesarme por Woody para descubrir todo lo relacionado con él.

Eres conocido como cantante folk. ¿Te lleva eso a conectar más con el Dylan folk? ¿Qué impresión te causan sus otras etapas?

Me gusta ser conocido como cantante folk, pero realmente soy un escritor de canciones y estas se expresan como folk. Me gustan todos los tipos de música y siempre he pensado que las canciones que cuentan historias sobre la gente son canciones folk, no importa qué estilo o género utilicen.

AVD 2 - Joel Rafael

En España la escena folk no tiene actualmente protagonismo. ¿Cuál es la situación en los Estados Unidos y más concretamente en California, donde vives?

La escena folk nunca ha tenido la fuerza de otros géneros de música más popular o comercial. Es una comunidad relativamente pequeña, no importa donde esté, pero siempre ha estado asociada con la justicia social, los derechos humanos y la lucha por la libertad en todas las culturas. Esas son las cualidades que hacen de la escena folk una comunidad especial donde quiera que exista.

Imagina que tuvieras la oportunidad de encontrarte con Dylan, aunque fuera solo un minuto. ¿Qué crees que sentirías, y qué le dirías?

No creo que tuviera mucho que decirle. Me gustaría mostrarle de algún modo mi gratitud por todas sus contribuciones a través de su obra, pero creo que en una situación así más que hablar escucharía.

¿Qué canción de Dylan es la que más te gusta cantar en público?

Hay tantas donde elegir, pero en este momento sería Boots of Spanish Letter.

¿Qué canción nunca le has oído en concierto y te gustaría que cantara?
Es otra pregunta complicad. He tenido el privilegio de verle actuar muchas veces, y es difícil pensar cuál no le he oído. Tal vez Ring Them Bells.

Sé que hay una grabación en directo de ella, pero nunca le he visto cantarla. Tengo que decir que espero verle cantar de nuevo el próximo mes de julio en el Hollywood Bowl junto con otra leyenda, Willie Nelson.

ENTREVISTA A JORGE OTERO.

¿Cómo llegaste a Dylan? ¿Fue una canción, un disco? ¿De qué modo ocurrió y que emoción te produjo?

Dice la ciencia que nos inventamos muchos de nuestros recuerdos. Eso explica por qué tengo ese recuerdo tan vívido de escuchar por primera vez Like A Rolling Stone en Radio 80 Serie Oro, en la radio del coche. Calculo que yo tendría 14 años, con lo cual la canción tenía solamente 24. Era imposible que no se te grabase esa voz, imposible no querer volver a escuchar esa frase una y otra vez: Like A Rolling Stone. Eso me hizo comprar aquel Bob Dylan – Grandes Éxitos que fue mi inicio en su música.

¿Cuántas veces has participado en ACD y qué momento recuerdas especialmente?

He participado en casi todas las convocatorias y todas han sido memorables, pero creo que acompañar a Larry Campbell y Teresa Williams se podría llevar la palma.

¿Qué sensaciones te producen cantar en entornos tan distintos de Avilés como la plaza y el auditorio?

Tocar en la calle es un arte un poco perdido en estos tiempos, al menos en España, y siempre es interesante. El Auditorio es el lugar para la música, donde no se pueden jugar partidos deportivos ni matar toros.

AVD 3 - Jorge Otero con Stormy Mondays

Imagina que tuvieras la ocasión de encontrarte con Dylan, solo un minuto, ¿Qué crees que sentirías, y qué le dirías?

No creo que me atreviese a hablar con él. Además, ya sabemos que es mejor no conocer a tus héroes.

¿Qué canción de Dylan te gusta más cantar en público?

Dice nuestro batería que tengo «la enfermedad de Bob Dylan». Me sé de memoria decenas de canciones suyas, incluidas las más épicas con 7, 8, 9, 10, 11 estrofas. Cualquiera de ellas es una gran satisfacción: Hurricane, Sooner Or Later One Of Us Must Know, Stuck Inside Of Mobile With The Memphis Blues Again, Changing Of The Guards, Where Are You Tonight… hay unas cuantas de esas.

¿Qué canción no le has escuchado en vivo y te gustaría que cantara en un concierto en el que tú estuvieras?

Creo que la esencia de Dylan es que no complace peticiones del público, ni siquiera las peticiones imaginarias. Además, después de haber visto en 1999 Like A Rolling Stone en la butaca 1 de la fila 1 del Teatro Jovellanos de Gijón, poco más se puede pedir.

ENTREVISTA A EDUARDO HERRERO.

¿Cómo llegaste a Dylan? ¿Fue una canción, un disco? ¿De qué modo ocurrió y que emoción te produjo?

Fue cuando tenía 14 años, estrenando la década de los 90. Estaba en casa de mi primo mayor, Mario, que también me introdujo poco después en Lou Reed, en Bowie o los Stones. Puso un vinilo y sonó Blowin’ In The Wind.  Luego movió la aguja hasta Like A Rolling Stone. Era el primer Grandes Éxitos. Me gasté la paga de aquella semana en hacerme con mi propia copia. Algo hizo click en mi cabeza. Aquella voz, aquel fraseo. Allí había algo y yo estaba dispuesto a indagar.

Entonces me asomé a su discografía y me pareció imposible que el mismo tipo pudiese haber hecho tantos. Así que me propuse conseguirlos todos. Cada disco que caía en mis manos (los fui comprando siguiendo el criterio de “cuanto más barato sea, antes tendré dinero para el siguiente”) sólo aumentaba mi fascinación un poco más. Desire, Down In The Groove, Show Train, Oh Mercy, The Freewheelin’… ¿Cómo podía sonar de tantas maneras diferentes

¿Cuántas veces has participado en ACD y qué momento recuerdas especialmente?

Si no me fallan las cuentas esta será la séptima. De todas tengo recuerdos maravillosos. La primera vez con The Highlights fue increíble. Salíamos de Galicia un poco a la aventura y nos encontramos el Don Floro abarrotado. Teníamos el hotel a 40 metros y la Casa de la Cultura, donde también tocamos al día siguiente, sólo unos pasos más allá. Béznar, Álvaro (que en paz esté), todo el mundo se desvivía por nosotros, todo era Dylan por todas partes. Era como un sueño. El año pasado me dejé liar apenas 24 horas antes del festival. Dejé a mis hijos en la parada del autobús, cogí el coche y a la hora del vermú estaba tocando en la Plaza Mayor con Jorge Otero. Avilés ya es mi casa.

AVD 4 - Eduardo Herrero

¿Qué sensaciones te producen cantar en entornos tan distintos de Avilés como la plaza y el auditorio

Al principio en la plaza se tocaba sin amplificación. Como los músicos callejeros de toda la vida. Aporreando la guitarra y alzando la voz para hacerte oír un poco más. Creo que he participado tres veces en ese plan, y de esas me quedo con el año en que vino Roddy Hart desde Escocia porque actuamos juntos, alternándonos, y fue una gozada verle. Cuando compartes escenario con alguien mucho mejor que tú es cuando realmente aprendes. El año pasado Jorge trajo su equipo y la cosa sonó ya a concierto al aire libre. Estábamos en campaña electoral pero los partidos que tenían sus carpas a pocos metros apagaron la megafonía. Fue un detalle. En cuanto al auditorio, creo que esta vez será en la Factoría y no en la Casa de la Cultura. Conozco las dos y ambas tienen una acústica increíble. Mi sensación siempre ha sido la misma: “me quedaría a tocar diez temas más “.

Imagina que tuvieras la ocasión de encontrarte con Dylan, solo un minuto, ¿qué crees que sentirías, y qué le dirías?

No lo sé. Supongo que sentiría miedo de estropear el momento, de no ser capaz de generar un recuerdo a la altura de la ocasión, digamos. Quiero creer que buscaría la manera de darle las gracias con sencillez. De decirle “has hecho mi vida mejor con tus canciones, me has acompañado muchas horas. En buenos y malísimos momentos. Te invito a una cerveza.”

¿Qué canción de Dylan te gusta más cantar en público?

No puedo decir una, pero sí que los grandes éxitos no son necesariamente las que más disfruto. Me gusta sentir una conexión con quien escucha. A Álvaro le brillaban los ojos cuando le tocaba Love Minus Zero o Billy. Recuerdo que una vez, hace muchos años, un chaval que tenía a un palmo de mí cantó cada palabra de Visions of Johanna conmigo. Y a la madre de mis hijos empecé a ganármela el día en que me escuchó recrear Shootin’ Star. Es la ventaja de recurrir al cancionero del mejor.

¿Qué canción no le has escuchado en vivo y te gustaría que cantara en un concierto en el que tú estuvieras?

No tengo una respuesta inmediata y probablemente lo que diga a continuación no sea lo que diría mañana. Le he visto las veces suficientes como para haberme emocionado con muchas que no esperaba. Hasta tuve la suerte de presenciar la única interpretación que Dylan ha hecho nunca de Handy Dandy (Vigo, 2008). Supongo que escucharle a día de hoy volver sobre algo tipo License To Kill, Sign On The Window o Where Are You Tonight, con uno de esos arreglos crepusculares de sus últimas décadas me sacaría más de una lágrima. Pero podría escribir 50 títulos más.

 

 

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