“Stranger in Town”, cima artística y comercial de Seger, es sin duda uno de los mejores discos de los años 70’s. Y eso es mucho decir. Un álbum perfecto de cabo a rabo que balancea de manera insuperable entre el más fiero RnR y las baladas más profundas, de las que te llegan a lo más hondo sin almíbar ni sobreactuación. El exacto punto de madurez de uno de los mejores cantantes de su generación: posiblemente no el más destacado en cuanto a técnica, pero sin en la aplicación de una tremenda inteligencia emocional y en la utilización del rango vocal adecuado según la necesidad de cada canción.
Y es que después de casi 15 años de duro trabajo forjando una carrera que no acababa de despegar (no en calidad, si en éxito de ventas/público), en 1976 lo peta con “Night Moves”, y un par de años más tarde decide aumentar la apuesta. Para ello repite esquema de grabación: medio disco con su banda The Silver Bullet Band y el otro medio con el grupo residente de los estudios Muscle Shoals de Alabama.
Dos LP’s casi gemelos, aunque podríamos decir que “Stranger in Town” no es una continuación del anterior, sino un portentoso perfeccionamiento. Si en algún momento la palabra balada tuvo un sentido peyorativo, Seger desmonta rápido el argumento: la emocionante «Till It Shines», esa joya crepuscular que es «We’ve Got Tonite» o mi favorita «Still the Same» sitúan al de Detroit en lo más alto. Y que decir cuando se trata de poner una marcha de más: arrasando desde el principio con «Hollywood Nights», hace suya «Old Time Rock and Roll» de George Jackson y rockea sin compasión en «Feel Like a Number».
Cronista de un mundo en perpetuo cambio, sus canciones van más allá de la infalible dupla amor/desamor, tratando también su complicada adaptación al éxito, la nostalgia y la perdida de la inocencia, todo desde la óptica del “working class hero”.
Empapado bajo una gran variedad estilística y exuberantes medios tiempos con crescendos que supuran Soul, y con la extrema confianza otorgada por unos músicos en estado de gracia, Seger entró en tromba en nuestras vidas para acompañarnos en un viaje sin final conocido…