Fernando Rubio borda en Stay Cool su capacidad para mantener la calma en plena tormenta

   Fernando Rubio ha presentado en Madrid su nuevo y flamante disco (llegó físicamente minutos antes del concierto): Stay Cool, un título que el compositor tradujo ante su fiel público como “Mantente tranquilo”, toda una declaración de intenciones tras los años turbulentos que ha atravesado uno de los máximos exponentes del blues y la americana en nuestro país.
 

“A veces la vida es una negra comedia, depende de ti tomártela en serio, lo mejor que puedes hacer es reír”.

 
   Es el cuarto álbum de un músico que también alimenta su pasión melómana como componente de Bantastic Fand, otro nombre de leyenda en el panorama musical de nuestro país. La nueva entrega llega tras Tides (2009), Cheap Chinese Guitar (2018) y 20th Century (2022), discos que han afianzado su carrera en solitario merced a su talento compositor y el mimo puesto en cada canción, con unas cuidadísimas voces y riqueza armónica de primera.
 
   Rubio congregó para el esperado concierto en Fun House a una potente banda de largo recorrido junto a él: Paco de Cerro (batería), Carlos Campoy (teclados), Román García (bajista y escritor, recién llegado de la presentación de su libro sobre Frank Zappa en Segovia) y el guitarrista Joaquín Talismán. Los cinco se conocen musicalmente hasta decir basta y la palabra compenetración puede sumarse a otras como comprensión mutua e instantánea o entendimiento o encaje o lo que se quiera para expresar el perfecto funcionamiento de sus engranajes.
 
   Sonaron en la sala varios de los once cortes del nuevo álbum, como It Ain´t Over, Stay Cool (que da nombre al disco), Reborn Again o Get Down. Como la actuación coincidió con el cumpleaños de Dylan, la influencia entre las influencias, fue una delicia disfrutar de una potentísima versión de Highway 61 Revisited, además de algunos hitos de su larga carrera, como Meteor Showers (la favorita de quien esto firma) o Cheap Chinese Guitar, entre otras. Las dosis de funk y reggae parecen haber aumentado en su puesta en escena, pero el tono rock y pop domina el repertorio. Lo demostró la versión de Beast of Burden, de los Rolling Stones. El espectacular cierre coral fue Bloody Black Soul, con participación entusiasta del respetable y guiño de complicidad para la cofradía amante de la mejor “americana” que puede generarse desde este país.
 

 
   Las primeras escuchas del nuevo Stay Cool confirman la calidad de la entrega. Solo por la canción homónima que abre el disco, Stay Cool, el disco merece un aplauso estruendoso. Pero hay más, mucho más. Suena a los primeros Beatles Ain´t Over Pop (inocentes palmas incluidas) y fascina Lazy Sunday, con acústica y armónica deliciosas, un baño de intimismo que acarician los formidables coros y un órgano que dice “aquí estoy yo”, justo cuando hay que decirlo. Marca de la casa.
 
   Give What u Don´t Have (título que me recuerda a un amigo que siempre intentaba pagar las rondas de copas… hasta que comprobaba que no tenía un duro) pisa el territorio rítmico del reggae. La letra dice una verdad de las grandes: “Puedes dar lo que no tienes / Pero no puedes tener lo que no das”. La maestría de las guitarras se comprueba en Get Down, en clave rockera, y luego el bloque de Dead Streets y 12 String Poems (muy hippy) reivindica descaradamente la pasión por Neil Young de Fernando Rubio, pero con su tamiz personalísimo y envolvente. You Know I Know lanza un guiño al clásico Love in Vain de Robert Johnson y quizá reivindica las raíces blueseras de este grupo de músicos; la pieza puede calificarse de bárbara, con una conjunción instrumental tan preciosa como el juego de voces.
 
   Reborn Again es una joya indiscutible, con una guitarra épica y solemne, cuyo directo resultó sencillamente espectacular, mientras que toda Rain al Last parece arrastrarse hacia su hondura, con una guitarra que habla y se desliza como lluvia en la arena. Hay un punto final festivo y estrictamente sonoro, una especie de Old Time Religion que hace suspirar y… volver a poner el CD.
 
Historias de los pioneros del blues
 
   Los pioneros del blues siempre han estado cerca de la realidad social de cada tiempo. En plena borrachera de fastos organizados durante 1992, y en concreto el 3 de febrero de 1992, las heridas abiertas tras la inclemente reconversión industrial en Murcia años antes entran en erupción de forma inesperada. Esa revuelta obrera con epicentro en Cartagena deja huella en la historia. Los choques entre antidisturbios y manifestantes dejan cuarenta heridos, la mitad por cada bando, pero además los vecinos incendian el Parlamento autonómico. La sede de la soberanía popular de la región arde durante el levantamiento, un acontecimiento que remitía históricamente a las revueltas cantonalistas de 1873.
 
 
   Los músicos del grupo cartagenero Ferroblues se encontraban en Madrid en ese momento, concentrados para la actuación que tenían previst. Se quedaron de piedra al leer en los periódicos la que se había montado en su tierra. El nombre de la banda se debía a que dos de los fundadores trabajaban en Renfe (los hermanos Cuenca, Juan Ramón y José). Ver esas fotos del Parlamento chamuscado provocó una sacudida en Fernando Rubio (guitarra) y Carlos Campoy (teclados). Ambos compusieron en caliente la canción Get Fun (Nuts and Bolts), algo así como “A Pasarlo en Grande, Tuercas y Tornillos”. Los tornillos aludían al lanzamiento de objetos contra los policías durante la batalla campal. Las fuerzas del orden agotaron las existencias de pelotas de goma y botes de humo hasta desembocar en las llamaradas de la Asamblea Regional, acontecimiento sin parangón en la historia democrática contemporánea.
 
   La canción se publicó en el 2000 en el álbum Blind Lizard y es pieza memorable de uno de los grupos pioneros del blues en nuestro país. La banda murciana (los dos citados junto al desaparecido cantante Amador Blaya, el batería Juan Expósito y el bajista Juanjo Rodríguez) no dejó pasar la oportunidad de plasmar musicalmente un acontecimiento tan infrecuente como revelador.
 
   El periodista José Ibarra escribió: “La velocidad de las guitarras de Fernando Rubio parece reproducir las carreras de los obreros del astillero mientras son atacados por las continuas cargas de la policía. Hay más cosas: unos fraseos que rememoran los sonidos de los ataques de uno y otro lado; el estribillo coreado de ´town is blazing´ que define la imagen de una ciudad que está ardiendo; se describe el miedo que tienen los policías que vienen del norte (´they’re strangers in town´, son extraños en la ciudad), y la precaución que tienen que tener los obreros de mono azul para no ser atacados ni detenidos por aquellos temibles antidisturbios: ´Don´t turn your back to the men in black´, no les des la espalda a los hombres de negro, no dejes que te cojan. Y todo con un ritmo tan convulso como el de aquel día”.
 
Fotos y vídeos por Ana Hortelano

 

 

 




 

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