The Hellacopters parece estar viviendo una segunda juventud tras el romper el hiato en el que estaban. Volvieron con “Eyes Of Oblivion” uno de los mejores discos de 2022. Y ahora parece que la apisonadora de escenarios vuelve a estar casi a tope.
Y en realidad ese casi, únicamente implica la ausencia por lesión de Dregen. Unos problemas de muñeca que le impiden estar al 100% sobre los escenarios pero que no le ha impedido grabar “Stay With You”. Aún así, un directo de The Hellacopters es una invitación a pasarlo bien y descargar cualquier tipo de tensión con alta calidad. Barcelona ha sido la ciudad en la que se ha iniciado esta serie de cinco conciertos a lo largo de la península. Un concierto que rozó el lleno a pesar del vacío que presentaba la sala a diez minutos de comenzar su descarga The Peawees.
A quien lea esto que no cometa el error del que escribe de no haberles dedicado la atención necesaria a la banda italiana. Con casi treinta años de carrera a sus espaldas, The Peawees son los encargados de abrir los shows españoles de The Hellacopters y quien llegó tarde a su show cometió un gran error. Los italianos echaron toda la carne en el asador desde el primer tema. Media hora sin distracciones y sin quitar el pie del acelerador en ningún momento.
A medio camino entre el surf rock, el punk y el rock sacaron su artillería con “Road To Rock ‘n Roll”, “Christine”, “Wild About You”, “Bleeding For You”, “By My Side”… Incluso presentaron un adelanto de su próximo disco con un tema como “The Wolf”. Recordaron a una banda como The Remains con “Don’t Look Back”... y todo ello en media hora sin freno hasta la final “Food For My Soul” que puso en sintonía a una Razzmatazz que pareció llenarse de golpe.
Y es que el motivo se lo merecía. The Hellacopters tras varias idas y venidas parece que vuelven a estar por la labor de mejorar nuestra existencia con sus canciones. Con Dregen de vuelta desde 2017 la banda parece haber renacido de sus cenizas. Y visto lo visto con una intensidad de fuego muy alta. Al frente de la banda, como siempre, Nicke Andersson demostrando que a veces menos es más. O como en poco más de una hora dejar al público casi saciado. A su derecha, el guitarrista de ‘77 LG Valeta con el difícil cometido de calzarse las botas de Dregen. (Spoiler alert, tras el concierto no se me ocurre nadie mejor para semejante tarea). Empujando la máquina tras la batería Robert Eriksson haciendo a The Hellacopters una apisonadora. Y a cargo del teclado Rhodes, Anders “Boba” Lindström. El único misterio que quedaba por resolver era el repertorio.
El sonido de unos helicópteros son la llama con la que se empieza a quemar la mecha del polvorín que son The Hellacopters en vivo. “Action de Grace” inició una descarga que no dio tregua ninguna a Razzmatazz. Coreando los temas desde “The Devil Stole The Beat From The Lord” hicieron subir la temperatura y las pulsaciones hasta cifras médicamente poco tolerables. Casi sin pausas ni discursos, los cinco músicos dieron el 102% para que aquella noche fuera una de las de recordar.
Las balas sonoras se iban disparando con la intención de no hacer prisioneros. “Carry Me Home”, “Like No Other Man”, “So Sorry I Could Die” (quizás el momento más calmado de la noche), “Toys and Flavours”, “Born Broke” se iban sucediendo a velocidad vertiginosa. Ni siquiera para presentar “Stay With You” como un tema nuevo. Poco importaba. Encaja como un guante junto a tanto clásico de la banda que pronto formará parte de las fijas.
Los riffs, las batallas de solos, los escorzos imposibles de ambos guitarristas con los mástiles al cielo llenaban el escenario. Entre el público, los gritos, los coros, los bailes y algún pogo igualaban la intensidad que la banda exudaba desde las tablas. Incluso estrenaron un tema en directo 25 años después como es “The Electric Index Eel” de un disco que es tan grande como su propio título. Fue un repertorio muy equilibrado en el que solo “Heads Off” se quedó sin representación. Cuando quisimos darnos cuenta “For The Grace Of God” nos despertaba del sueño para ser conscientes que lo siguiente ya serían los bises.
Un breve respiro para tomar aire y vaciarse por completo con quince minutos más de infarto. “Hopeless Case of a Kid in Denial” fue el arranque para ir ya cuesta abajo y sin frenos en lo que quedaba de concierto. Ni siquiera una cuerda rota durante “Reap The Hurricane” pudo detener a LG Valeta en su solo. Los helicópteros volvieron a sobrevolar Razzmatazz cuando los ecos de “(Gotta Get Some Action) Now!” aún resonaban en las paredes de la sala.
Y es que esos helicópteros, como en Apocalipsis Now, arrasaron con lo que se interpuso en su camino. Pero no fue napalm lo que usaron sino grandes canciones, a pesar de un sonido que fue de menos a más. Espero que The Hellacopters mantenga este nivel durante muchos años y no vuelvan a desaparecer. Si aún estáis a tiempo de disfrutar de alguno de sus conciertos, de cabeza sin pensarlo. Porque con uno como este al mes, la vida se afronta de una manera diferente.
Fotos: Desi Estévez
1 Comentario