Ah, Winger… Si alguna vez hubo una banda que encapsula el vertiginoso viaje de la fama en el rock ‘n’ roll, es esta. A finales de los años 80, Winger irrumpió en la escena del glam metal con grandes melenas, ganchos aún mayores y sonrisas tan amplias que podrían competir con las de cualquier vídeo de Whitesnake. Lo que empezó como unos guaperas que vendían discos de platino, se convirtió en el blanco de todas las bromas. Pero no temáis: han resurgido. Y sin duda, merecen que les echemos un vistazo más de cerca.
Ah, Winger… If there were ever a band that encapsulates the rollercoaster ride of rock ‘n’ roll fame, it’s this bunch. Formed in the late 1980s, Winger burst onto the glam metal scene with big hair, bigger hooks, and the biggest smiles this side of a Whitesnake video. But their journey from platinum-selling darlings to the butt of jokes and back again is a tale that deserves a closer look.
Empecemos con lo básico. Winger, liderado e inspirado por Kip Winger y el virtuoso de la guitarra Reb Beach, llegó a las ondas con su álbum homónimo en 1988. No pasó mucho tiempo antes de que «Seventeen» y «Headed for a Heartbreak» resonaran en cada Chevy Camaro y baile de instituto en Estados Unidos. Siguieron con In the Heart of the Young, consolidando su estatus como pesos pesados de su género.
Let’s start with the basics. Winger, the brainchild of bassist Kip Winger and guitar virtuoso Reb Beach, hit the airwaves with their self-titled debut in 1988. It wasn’t long before «Seventeen» and «Headed for a Heartbreak» were blasting out of every Camaro and high school dance across America. They followed up with In the Heart of the Young, cementing their status as glam metal heavyweights.
Pero los años 90 no fueron amables con nuestros héroes. A medida que la ola del grunge arrasaba, la era del spandex y peinados imposibles fue aniquilada sin miramientos. Winger se encontró en el punto de mira del ridículo cultural, al menos en MTV. En el vídeo musical de «Nothing Else Matters» de Metallica, Lars Ulrich se ve apuntando a una diana con la foto de Kip Winger.
Por si eso no fuera suficiente, la serie «Beavis y Butt-Head» les dio otro golpe. El programa contaba con un personaje llamado Stewart, un nerd nada cool que llevaba una camiseta de Winger. Mientras tanto, Beavis y Butt-Head lucían camisetas de Metallica y AC/DC, haciendo de Stewart (y por extensión, de Winger) el hazmerreír del mundo animado (junto con los Lynyrd Skynyrd). Fue un golpe brutal que casi los noquea para siempre. (Por cierto, aunque Lars solo se ha limitado a decir que no era «nada personal», James Hetfield sí que se ha disculpado con Kip por la bromita).
But the 90s were not kind to our heroes. As the grunge wave swept in, the era of spandex and Aquanet was unceremoniously washed away with the tide. Winger found themselves in the crosshairs of pop culture ridicule, at least on MTV. Metallica’s Lars Ulrich was famously seen using a picture of Kip Winger as a dartboard in the «Nothing Else Matters» video.
But the coup de grâce came courtesy of «Beavis and Butt-Head». The show featured a character named Stewart, a perpetually uncool kid sporting a Winger T-shirt. Meanwhile, Beavis and Butt-Head rocked out in Metallica and AC/DC tees, making Stewart (and by extension, Winger) the laughingstock of the animated world (along with Lynyrd Skynyrd). It was a brutal one-two punch that nearly knocked the band out for good. (By the way, even though Lars has simply said it was “nothing personal”, our beloved James Hetfield has apologized to Kip for the innocent prank.)
Pero si hay algo que gusta del rock ‘n’ roll, es un retorno triunfal. Winger se tomó un descanso en 1994, solo para resurgir de las cenizas como un fénix perfectamente peinado en 2001. Volvieron con una serie de álbumes que mostraban su evolución: IV en 2006, Karma en 2009, Better Days Comin’ en 2014, y ahora Seven (2023, Frontiers), todos demostrando que eran mucho más que caras bonitas con riffs asesinos.
However, if there’s one thing rock ‘n’ roll loves, it’s a comeback story. Winger went on hiatus in 1994, only to rise from the ashes like a perfectly coiffed phoenix in 2001. They returned with a string of albums that showcased their evolution— IV in 2006, Karma in 2009, Better Days Comin’ in 2014, and most recently Seven (2023, Frontiers) all proving they were more than just pretty faces with killer riffs.
Gran parte del atractivo duradero de Winger reside en los dedos agilísimos del guitarrista Reb Beach. Es un guitarrista para los guitarristas, un maestro del mástil que estudió en el Berklee College of Music, pero solo estuvo allí dos semestres porque en aquel entonces la música rock estaba ‘mal vista’ y siempre lo regañaban por sostener la guitarra o la púa ‘de manera incorrecta’.
A significant part of Winger’s enduring appeal lies in the nimble fingers of guitarist Reb Beach. This guy is a shredder’s shredder, a maestro of the fretboard who started out at Berklee College of Music, but was only there for two semesters because rock music was frowned upon at the time and he kept getting admonished about holding the guitar or the pick ‘the wrong way’
Afortunadamente, Beach consiguió trabajo como camarero cantante en una marisquería en Bowery que casualmente estaba justo al otro lado de la calle de CBGB. Reb era el único que no aspiraba a ser estrella de Broadway y solía tocar canciones de Elton John o Billy Joel mientras los demás cantaban solos de «Cats».
Reb Beach combina a la perfección la destreza técnica con una sensibilidad melódica brutal. Es el tipo de guitarrista que hace que otros guitarristas quieran quemar sus instrumentos por pura envidia. Más allá de Winger, Beach ha prestado su talento a Dokken y Whitesnake, demostrando su versatilidad y constante huella en el competitivo mundo del guitarreo rockero. Con influencias que van desde Eddie Van Halen hasta Allan Holdsworth, los solos de Beach son una emocionante mezcla de velocidad, precisión y creatividad. (Para prueba, escucha su solo en “Headed for a Heartbreak”).
Luckily, Beach ended up getting a job as a singing waiter at a lobster restaurant on the Bowery that just happened to be right across the street from CBGB. He was the only guy there who wasn’t a Broadway hopeful and used to play Elton John or Billy Joel songs while everyone else was singing solos from “Cats”.
Reb Beach seamlessly blends technical prowess with melodic sensibility. He’s the kind of guitarist who makes other guitarists want to burn their instruments out of sheer jealousy. Beyond Winger, Beach has lent his talents to Dokken and Whitesnake, proving his versatility and staying power in the ever-competitive world of rock guitar. With influences ranging from Eddie Van Halen to Allan Holdsworth, Beach’s solos are a thrilling blend of speed, precision, and creativity. (Don’t take my word for it; just listen to his solo in “Headed for a Heartbreak”.)
Pero lo que realmente asombra de Winger es que sigan todos ahí después de tanto tiempo, como un combo de superhéroes del rock: el baterista Rod Morgenstein, un maestro del jazz-fusión; el multinstrumentista Paul Taylor (guitarra rítmica, teclados, coros) y John Roth (guitarra y coros), siempre en evolución y creando magia sonora, junto a Reb Beach y su líder incansable, Kip Winger.
What truly makes Winger stand out is their remarkable longevity as a band. Rod Morgenstein, the master of jazz-fusion beats, still holding it down behind the kit; Paul Taylor, juggling rhythm guitar, keyboards, and vocals; John Roth, slinging his guitar while belting out tunes… Along with Beach and their ever-dynamic frontman and leader, Kip Winger, they’re still rocking out together after all these years.
De hecho, Kip es mucho más que un simple líder. También ha tocado el bajo con Alice Cooper y Bob Dylan, y es compositor. Su obra «Ghosts» fue interpretada por el Ballet de San Francisco en 2010. Formado clásicamente no solo en la guitarra, Kip incluso llegó a bailar en algún momento. Dio clases de ballet porque una ex novia suya no tenía a nadie con quien ir a clase. Así que, Kip la acompañó. Y le gustó. Ha dicho que era como lo que David Lee Roth hacía en el escenario, pero con un par de piruetas más.
In fact, Kip is more than just a frontman. He has also played bass with Alice Cooper and Bob Dylan and composed. His piece «Ghosts» was performed by the San Francisco Ballet in 2010. Trained classically no only on the guitar, Kip actually even danced at one time. He took ballet classes because an ex-girlfriend of his didn’t have anyone to go to class with. So, Kip stepped in and accompanied her. And he liked it. He has said that it was like what David Lee Roth did on stage, just with a couple extra moves.
A pesar de los altibajos, Winger han mantenido firmes durante más de 30 años y gracias al LION ROCK FEST, el día 9 de junio, tienes una cita en Madrid con Winger ¡en compañía de los poderosos acordes de los hard rockeros suecos, HOUSTON! Será una noche de AOR y hair metal que te hará mover la cabeza como si fuera 1989 de nuevo. No hay mejor muestra de la redención del rock ‘n’ roll como Winger.
Despite the highs and lows, for over 30 years, Winger has remained resilient and thanks to LION ROCK FEST, on June 9th, you have a date with Winger in Madrid, alongside the powerful chords of Swedish hard rockers, HOUSTON! Get ready for a night of headbanging that will make you think it’s 1989 all over again. Nothing says rock ‘n’ roll redemption like Winger tearing up the stage.
Entradas y más información: https://lionrockfest.com/