Judas Priest, Saxon y Uriah Heep en Madrid

Judas Priest Madrid 2024
Judas Priest Madrid 2024

Judas Priest, Saxon y Uriah Heep conformaban el tridente de bandas británicas que mejor representan el  desarrollo del heavy rock desde sus inicios. El epicentro neurálgico para los amantes del heavy metal fue el barrio madrileño de Carabanchel. El 17 de Junio tres bandas insignia constituían un cartel que perfectamente podría haber sido una edición del desaparecido «Monsters Of Rock». Ciertas bandas consiguen que en sus conciertos se reviva la esencia de los años gloriosos de un estilo que sigue sustentado por históricas formaciones (o lo que queda de ellas) mientras subsisten con dificultad nuevas promesas que pasan totalmente desapercibidas. En los aledaños del Palacio de Vistalegre se respiraba un fuerte olor ochentero donde el buen rollo, las camisetas negras, los chalecos vaqueros con tachuelas y plagado de parches imperaba entre la multitud que abarrotaban los bares colindantes. ¿Que pasa hoy aquí que no se puede entrar en ningún bar a tomar un café?? … señora hoy es la fiesta del heavy metal… aún está a tiempo … únase!!! Siguiendo los horarios establecidos por la organización, Uriah Heep fueron los encargados de comenzar el evento ante una escueta audiencia. La histórica formación liderada por el guitarrista Mick Box desplegaron un repertorio haciendo un mínimo repaso a su larga carrera. «Save Me Tonight» y «Hurricane» fueron la muestra de su último disco «Chaos & Colour» y «Grazed By Heaven» revelaban la etapa contemporánea de esta formación que bebió del éxito en los años setenta.

De aquella época rescataron «Rainbow Demon», «Free´n´Easy», «Gypsy», «July Morning» y «Easy Livin´» poniendo de manifiesto la importancia de los teclados y esos efluvios místicos que brotan de las seis cuerdas. Como era de esperar la acústica en este recinto no es para tirar cohetes y (desde la pista) el sonido no fue lo suficientemente bueno para disfrutar de la heterogeneidad de una banda que a pesar de los constantes cambios de alineación perdura con dignidad. Los incombustibles Saxon y uno de los máximos representantes de la NWOBHM (nueva ola del heavy metal británico) saltaron a la palestra con el tema que da título a su último trabajo «Hell, Fire And Damnation». No tardaron en echar mano a viejos himnos de la primera mitad de los años ochenta arremetiendo con «Motorcycle Man» y «Power And The Glory» y poner en ebullición la sangre de tod@s l@s asistentes.

En este tipo de formaciones curtidas en mil batallas la voz es el flanco donde más se percibe el paso de los años. Petter «Biff» Byford se mantiene en buena forma y aunque hay tonalidades que no alcanza aún conserva un enérgico registro vocal.  «Madame Guillotine», de su último disco, daba paso a una retahíla de temas que todo el mundo quería escuchar. Solo bastó el fulgor de «Heavy Metal Thunder» para que los puños en alto y voces unísonas corearan «Crusader», «Denim And Leather». El tándem de guitarras formado por Brian Tatler y Doug Scarratt afianzaron las melodías y ritmos con gran compenetración. Un atronador y frenético juego rítmico acentuado por un doble bombo, desfiguraba en ocasiones parte de la esencia característica de los «sajones». Aún así «Wheels Of Steel», «And The Bands Played On»,»747 (Strangers In The Night)» y «Princess In The Night» engrandecieron una actuación que daba paso al plato fuerte de la noche. Judas Priest con más de medio siglo sustentando las bases del heavy metal demostraron que aún tienen mecha para rato. «War Pigs» de Black Sabbath daba paso a una «intro» para presentar «Panic Attack» de su último disco.

No les fue difícil poner el recinto patas arriba con «You´ve Got Another Thing Commin´», «Rapid Fire» y «Breaking The Law» dando muestra de que son una formación en total concordancia. Un seleccionado a la vez que arriesgado repertorio recuperó «Riding On The Wind», «Love Bites», «Devil´s Child». Rob Halford goza de un grandioso estado vocal, aún conserva sus peculiares tonos agudos y esa enérgica voz operística. Acertaron con gran precisión en la elección de los temas, de esta manera sin salir del infierno interpretaron «Saints In Hell» y la contemporánea «Gates Of Hell». La evolución musical de la banda se reflejó cuando interpretaron «Sinner», de la primera época, «Turbo Lover», de los ochenta y el actual «Invincible Shield».

Ian Hill, como siempre en la retaguardia, junto a Scott Travis defendieron una implacable solidez rítmica. Halford mostró en diferentes ocasiones gestos de agradecimiento ya que el entusiasmo del respetable fue brutal durante toda la actuación. En la recta final «Victim Of Changes» rozó la perfección sonando con gran esplendor. Juego vocal con el público para calentar gargantas y escoltar la versión de Fleetwood Mac «The Green Manalishi» y «Painkiller», tema que da título al disco de 1992 con el que culminaron una primera etapa.

Andy Sneap y Richie Faulkner encarnaron el espíritu Priest, el duelo de guitarras con poses incluidas, estuvo en constante desarrollo enalteciendo la figura de Glenn Tipton desde las pantallas. Los heavy metal-maníacos aún querían más y sabían que había más. «Electric Eye» fue el preámbulo de lo que much@s estaban esperando… escuchar el rugir de la Harley-Davidson e interpretar «Hell Bent For Leather», uno de los himnos que mejor definen el estilo motero heavy metal. La festiva «Living After Midnight» puso el punto final del concierto. De las tres formaciones los de Birminghan fueron los que registraron mejor sonido. A la salida cualquier conversación revelaba afonía y hacía elogios de lo que habíamos vivido. Tod@s gozamos pletóric@s, en las miradas se reflejaba la expresividad viva e intensa de que la fiesta heavy metal que nos brindaron Judas Priest, Saxon y Uriah Heep fue todo un éxito. 

 

 

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