Glen Hansard trae Dublín al Poble Espanyol

Glen Hansard continúa con la travesía que conlleva presentar su último trabajo “All that was east is west of me now (2023)“. En esta ocasión, su parada fue en el festival ALMA, donde el irlandés consiguió traer el espíritu de las calles de Dublín a la plaza mayor del Poble Espanyol.

Durante años, muchas de mis horas de vida nocturna las pasé entre las paredes de “L’Astrolabi”. En ese pequeño bar de Barcelona cada noche había un músico defendiendo sus composiciones. Y no era raro que el músico se quedase después entre el público y se iniciaran largas charlas que acababan en  improvisadas sesiones musicales con las persianas del local a medio cerrar. Tuve la suerte de entrevistar a Glen Hansard semanas antes de comenzar esta gira europea, y en la distendida charla tuve más la impresión de estar hablando con uno de esos músicos que con el eganador de un Oscar o con el artista que hace giras mundiales con Eddie Vedder (en solitario o con Pearl Jam). Él mismo reconocía que seguía siendo un músico de calle o de bar aunque con más recursos. Pero, ¿sería solo algo mio o realmente Glen Hansard sigue manteniendo ese aura?

 

Han pasado muchos años desde que Glen Hansard entrara en nuestras vidas como músico callejero en “Once”, y en ese tiempo se nota que ha ido creciendo como músico. Sólo hay que echar un oído a su último disco y comprobar la multitud de matices y nuevos registros que nos muestra. Como parte de un sexteto, Hansard salía a defenderlos frente al público que llenaba la plaza mayor del Poble Espanyol. Desprovisto de guitarra, comenzó el concierto poseído por el espíritu de un Leonard Cohen que sobrevuela “Sure As The Rain”. Los coros de “Between Us There Is Music” son la antesala para comprobar cómo el violinista Gareth Queen enriquece las canciones con su presencia . Es también momento para que Hansard se cuelgue una guitarra eléctrica que irá alternando con las acústicas a lo largo del concierto. 

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Pero Glen Hansard no sólo vino a cantarnos historias, sino que también nos contó alguna. Al ver volar gaviotas sobre el Poble Espanyol, recordó el día en que, viajando hacia Irlanda para el funeral de su madre, una de ellas pareció guiar el ferry en el que iban. Y lo que Glen vió como una señal de vuelta al hogar se tornó en algo hilarante cuando la gaviota decidió regarlo con sus excrementos. Son ese tipo de detalles los que hicieron que poco a poco el recinto se fuera convirtiendo en un inmenso bar de conciertos. 

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El repaso a su último trabajo continúa con una intensa “The Feast of St John” que por la reacción del público se ha incorporado pronto a la lista de favoritas. Con esos ecos irlandeses recordando la fiesta pagana aún resonando, Hansard saca su lado más oscuro. “Down On My Knees” suena a su admirado Nick Cave pero sin perder la esencia y con la que tanto él como la banda se dejaron llevar en un final catártico. Las revoluciones bajaron con una delicada “Time Will Be The Healer” pero el final de “When Your Mind ‘s Made Up” volvió a traer consigo ese punto intenso. 

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La memoria de Hansard nos llevó a su primera visita a la ciudad. Recordó a DJ Sideral, el primer amigo que hizo en la ciudad, con el que charlaba hasta el amanecer mientras recorrían las calles de Barcelona con alguna bebida espirituosa en la mano. A él le dedicó “There ‘s No Mountain”, pero no fue el único recuerdo de la noche. Durante “Don’t Settle” tuvo un momento para Federico García Lorca, y con “Bird Of Sorrow” nos hizo conocedores de lo inspirador que Antoni Tapies ha sido para sus creaciones. 

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Al igual que en mis noches de “L’Astrolabi”, en las que era habitual que el músico que actuaba cediera su espacio para invitar a cantar a alguien, Glen Hansard recogió el guante de un espontáneo que pedía tocar con él “Wedding Ring”: Y el músico irlandés lo aceptó y lo hizo subir. Hay quien dice que estaba preparado, pero a tenor de la prisa y el tempo acelerado del invitado dudo que estuviera preparado. Si bien comenzaron el tema a medias, Hansard le dejó al joven el escenario y la banda para que disfrutara de su momento. Mientras, él se limitaba a tomarse una cerveza desde el lateral observando la actuación como un espectador más. 

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A su vuelta, contó que aquello le recordaba a los martes en que se reúnen en un pub de Dublín para cantar, tocar e improvisar hasta la madrugada. Aprovechó para lanzar un dardo a la gentrificación de lugares como Dublin o Barcelona en los que el turismo “por vivir la experiencia” está matando lentamente la esencia de las ciudades. Le sirvió como presentación para “Ghost”, en la que el violín de Gareth Queen volvió a brillar.

La etapa con The Frames tuvo un par de notables presencias con “Fitzcarraldo” y “Relevate”, separadas por una “Bearing Witness” dedicada al guitarrista Javier Mas en la que Hansard y los suyos se liberaron y desataron. El momento más esperado para el público en todos los conciertos es la interpretación de “Falling Slowly”, el tema que le dio fama a Glen Hansard. El Poble Espanyol se llenó de luces y todas las gargantas se unieron como una sola voz para acompañar en el estribillo de la canción

Glen-Hansard_DSI0423©DesiEstevez

 Tras la pequeña catarsis colectiva otra voz, ligeramente ebria, proponía a Hansard que tocara “Her Mercy”. Por suerte esta vez el espontáneo se quedó en la sombra y dejó a la banda hacer su trabajo de orfebrería con este tema. Hubo tiempo aun para otra colaboración, esta vez pactada de antemano. En sus conciertos por Holanda había conocido a una pareja de cantantes de los que había quedado prendado al interpretar “Two Tongues” de The Swell Season. A ellos les cedió el escenario pero la interpretación quedó bastante desangelada por su excesiva timidez más que por problemas de sonido. 

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Volvió Glen Hansard al escenario algo triste por que sus amigos no hubieran conseguido estar a gusto sobre las tablas y ofrecer el potencial que tenían. Por eso antes de tocar “The Gift” los volvió a llamar para que le acompañaran, pero Brian y Silvia ya habían abandonado el backstage. Un Hansard completamente desatado dejó constancia de la emoción y la intensidad que transmite en cada uno de sus conciertos. Para terminar,  trajo un trozo de su Irlanda natal para cantar casi a capella un tema tradicional como “Carrickfergus”

Glen-Hansard_DSI0443©DesiEstevez

Puede que Glen Hansard haya vivido ya más de lo que le quede pero dejó claras un par de cosas. Quizás no sea el mejor cantante, no tenga un disco perfecto o con sus letras no vaya a ganar un Nobel como Dylan, pero su voz transmite tal nivel de emoción que cuando quieres darte cuenta has conectado del todo con él. Y segunda, fue capaz de convertir un recinto con miles de personas en ese pequeño bar o una calle transitada de Dublín. Sí, Hansard sigue manteniendo ese aura y continúa siendo un músico callejero de pequeño bar. A lo mejor por eso sigue viajando, tocando y viviendo su vieja Takamine “The Horse” a todas partes. Ojala esa esencia permanezca íntegra durante los próximos pasos que vaya dando y llene nuestros oestes de grandes momentos en su compañía.

Fotos: Desi Estévez

 

 

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