Queens Of The Stone Age han sido sin duda uno de los platos fuertes de este ALMA Festival de este año. Josh Homme y los suyos dejaron su huella e hicieron temblar los cimientos de la plaza del Poble Espanyol.
Tras la gran inauguración del festival por parte de Sheryl Crow y la intensidad de Glen Hansard llegaba el turno de uno de los referentes en el stoner. Queens Of The Stone Age volvían a Barcelona seis años después de su último paso. En esta ocasión la excusa inevitable ha sido presentar “In Times New Roman…” ante un gran público que echaba de menos a Josh Homme. Su gira The End Is Nero ha cosechado excelentes críticas en cada una de sus etapas por el territorio nacional que terminaba en la ciudad condal.
Con todo el papel vendido, la organización decidió abrir las puertas de la plaza una hora antes debido a la expectación. Aunque a decir verdad, la plaza no se llenó del todo hasta que la hora de inicio estuvo al caer. Muchas ganas era lo que se percibió en un ambiente donde quienes ya los habían visto coincidían en el buen estado de forma de la banda. Incluso algún afortunado pudo tomarse una cerveza al lado de Josh Homme en un bar del Poble Espanyol. La espera llegó a su fin cuando comenzó a sonar “The Orgy”, de la banda sonora de “Conan, el bárbaro” compuesta por Basil Poledouris mientras Queens Of The Stone Age salían al escenario.
Con dos temas como “Little Sister” y “in My Head”, cortes de “Lullaby to Paralyze”, ya quedaron claras un par de cosas. La primera, que la banda suena como un cañón, y la segunda, que la arrogancia y la chulería que Josh Homme desprende es directamente proporcional al magnetismo que transmite. Y no se entienda como negativo. Con todas las que ha pasado en los últimos años se lo puede permitir y forma parte de su pose como front man. Tras “Smooth Sailin”, primer gajo que probariamos de “…Like Clockworks” llegaría el primer saludo al público antes de comenzar el repaso a su nueva obra. “Paper Machete” abrió la lata de “In Times New Roman…” del que sonaron hasta cinco cortes.
En ella además de recuperar ese sonido garage pudimos disfrutar del solo de la mano derecha en la banda. Troy van Leeuwen es un todo terreno que aporta a la banda el peso y la sonoridad que necesita. “My God Is The Sun” subió las pulsaciones del público que veía como la banda iba tomando velocidad de crucero. Una banda en la que el ex-The Mars Volta Jon Theodore ha encajado como un guante aportando potencia y contundencia en las baquetas. “Emotion Sickness” se aleja ligeramente del stoner más duro y supone un corte muy coreable por la audiencia como quedó claro al final del tema.
Antes de atacar con “I Sat by the Ocean”, Josh Homme invitó a la gente situada fuera del Front Stage a que pasara dentro pero sin que nadie resultara herido. Con la separación de clases más o menos eliminada, continuó el show con una de las rarezas de la noche. “Battery Acid” fue el otro tema rescatado del “Era Vulgaris“ que pudimos escuchar. Se agradece que Homme siga teniendo esas pequeñas píldoras con las que cambiar el repertorio a su antojo. Aunque ese ritmo entre ska y stoner auguraba un crescendo que llevara el concierto a la locura, con “Made To Parade” volvió la calma.
Josh Homme presentó a la actual formación de Queens Of The Stone Age antes de “Carnavoyeur”, en la que mostró su lado más Bowie. “The Way You Use To Do” fue el único tema de “Villains” que se dejó escuchar en el setlist ya que “The Sky Is Falling” finalmente no sonó. El repaso a “In Times New Roman… “ terminó con el metronómico ritmo de “Sicily” dejando claro que a partir de ese momento se venían peligrosas curvas. Y es que aunque no lo parezca, el concierto fue como un plato cocinado con mimo a fuego lento para que los sabores se concentren en la cata final. Como entrante potente nos ofrecieron “Burn The Witch” donde la sección rítmica mostró sus afilados colmillos y Troy volvió a dejar su sello con un solo de slide para rematarla.
Oscura, sinuosa y punzante hasta el dolor sonó una enorme “I Appear Missing” como contrapunto de “Make it Wit Chu”, probablemente el tema más comercial de la banda. El vacileo que Homme llevó toda la noche tuvo su cúspide con este tema. Cigarro en mano (hacía mucho tiempo que no veía a nadie fumar en un escenario) decidió seducirnos a todos con sus contoneos y su voz. Hubo incluso un pequeño homenaje a los Stones y su “Miss You” y un final con todo el público coreando el estribillo.
Llegado a este punto, Josh Homme dejó la continuación del repertorio en manos del público “dejando escoger” entre “3’s & 7’s”, “Sick, Sick, Sick”, “First It Giveth” o “You Think I Ain’t Worth a Dollar, but I Feel Like a Millionaire”. Las dos últimas se llevaron el gato al agua antes de la apabullante descarga de un tema como “Go With The Flow”. Pero aún no había terminado y todos lo sabíamos. De hecho ni se marcharon del escenario. Solo el anuncio del cumpleaños de su técnico de guitarra sirvió de ligera pausa antes de los bises. Lo que vino después fue lo esperado, pero no por ello menos intenso. La dupla final con “No One Knows” y “A Song For The Deaf” puso patas arriba la plaza mayor del Poble Espanyol.
Queens Of The Stone Age ofreció un gran concierto y eso es indudable. El montaje escénico sencillo pero tremendamente efectivo y la solidez del conjunto son bazas seguras para el disfrute global. Que Josh Homme es uno de los mejores frontman de la actualidad es innegable, pero a esta banda se le espera con más sudor y con suficiente arena del desierto como para que resulte hasta incómodo. O quizás fuera sólo por las expectativas llevadas de encontrarme un show como los que cuentan quienes los vieron hace años. Aún así yo me dejaré seducir por Homme y los suyos si se vuelve a terciar una visita de la banda.
Fotos: Desi Estévez