Ocurrió con Otis Redding, cuando a mediados de los años 60 se dirigió deliberadamente desde circuito Chitlin’ sureño hasta la corriente principal que era hacia un público del rock. Otis logró ese cruce pero no en aquella emblemática sala de Los Angeles, el Whisky. Sucedió más tarde en el Festival Internacional de Pop de Monterey en 1967, al aire libre, donde el bullicio se propagó como el fuego.
Lo decimos por lo complicado de la apuesta para traer a los australianos The Teskey Brothers, atrapados en el pasado, por primera vez a España, plaza difícil la nuestra. Con un sonido que transporta a uno a la época dorada del soul. Suciedad de Stax y Muscle Shoals en lugar del pulido Motown. Desde Melbourne, y con una carrera absolutamente meteórica: tres álbumes de estudio desde 2018 y dos directos, autores de éxitos fantásticos e inmortales como Otis.
La música de Teskey Brothers es como la Redding, en cuanto a su urgencia, abandono y complejidad en constante evolución, invitando incluso al oyente ocasional a volverse obsesivo. Escuchar sus temas en directo es ceder al impulso de compararlas, discutir sobre ellas y analizar sus diferencias.
En Barcelona este pasado 20 de julio en el Razzmatazz, último y tercer concierto en nuestro país, tras hacerlo en Benidorm y Madrid, los australianos fueron bastante lineales, aunque el público conectase con ellos desde el minuto uno. Se echó en falta más dinamismo, porque enfatizaron más en la canción que sobre la interpretación, no permitiendo que cada toma fuera singular, irrepetible y distintiva de cada puesta en escena para que fuera una experiencia totalmente gratificante.
Cada tema que interpretaron los hermanos Teskey en Barcelona junto a otros cinco fantásticos músicos te ponía la piel de gallina, cada una de ellas parecían reliquias de la época, donde no hay polvo en sus canciones, pero mostrando lo bien que puede envejecer su música.
Pero antes de que todo esto sucediera, telonearon también sus compatriotas Hussy Hicks presentando su más reciente álbum «Swimming in Uncertainty«, lanzado este pasado mes de marzo con la potente vocalista Leesa Gentz y la guitarrista Julz Parker liderando la formación.
A caballo entre el folk, el blues, el country y la música de raíces, Hussy Hicks, caldearon el ambiente con una actuación muy animada y variada en cuanto a sentimientos, atrayendo instantáneamente al público con su instrumentación minimalista y sus voces crudas, perforando las vísceras con armonías vocales y melódicos licks de guitarras.
La actuación de Hussy Hicks basada en el amor de sus letras, la pasión y la alegría que depuraron en Barcelona, tuvo esa sinergia que va más allá de una banda promedio.
Se apagan las luces del Razzmatazz y resuena «I Wish I Knew How It Would Feel to Be Free» de Billy Taylor, popularizada por Nina Simone. Con esa maravillosa intro, la magia llenaba toda la sala ante un público muy variopinto que no para paraba de jalear impetuosamente la entrada de los Teskey Brothers.
Ante nosotros y por primera vez estaban los hermanos Josh Teskey y Sam Teskey, junto a otros cinco músicos para presentar «The Winding Way», lanzado el año pasado.
Su comienzo doloroso con «Man of the universe«, reflejaron ese romance perdido o encontrado, y la música podría haber sido grabada en el apogeo de los sellos Stax y Hi de Memphis, rindiendo pleitesía a gente como Jimmy Hughes, Otis Redding, Wilson Pickett, Arthur Conley, O.V. Wright Howard Tate, Sam Cooke o Don Covay durante casi dos horas.
The Teskey Brothers ofrecieron en Barcelona sangre, sudor y lágrimas en cada actuación. Lo de su intérprete Josh Teskey es de talento sobrenatural, llevando cada canción a nuevos picos de energía y emoción mientras imploraban al público una y otra vez con su estribillo ante un público frenético que le devolvía su energía. Josh Teskey tiene una voz fantástica. Se alejaba del micrófono muchísimas veces y cantaba sin amplificación para demostrarlo. Sam Teskey puede tocar de una manera que hace que la sugerencia de su hermano de que «canta la guitarra» no parezca cursi sino una declaración de hechos. La sección de vientos que la acompaña increíblemente compactas, con armonías vocales perfectas, al igual que el teclado Hammond, bajo y batería.
No hay nada en ellos que sugiera en este siglo veintiuno. El público estaba tan enfervorecido durante toda la noche y concentrado que, durante los pasajes más tranquilos.
El efecto emocional y el espíritu de esa música que automáticamente te hace asentir con la cabeza y mover los pies, no paraba desde que Josh cantaba todas esas canciones a todo volumen, mientras prácticamente saboreabas su sudor. Aquello era comunión entre la multitud y la banda, entre aquellos que desnudan su alma y aquellos que la presencian.
«Pain & Misery, Crying Shame, Oceans of Emotions, So Caught Up, Take my heart, I Get Up, Rain, Carry Me Home, Blind Without You, Paint My Heart, What Will Be, Forever You and Me, This wil be our year, y I´m Leaving» pertenecientes a los tres álbumes de The Teskey Brothers fueron desfilando en Barcelona hasta culminar la noche con «Hold Me» su único bis.
Ladró Josh, con su voz resignada y dolida. Es el ritmo lento y fantasmal lo que le da a esta joya su tono oscuro, cuando la multitud estalló en un mar de silbidos, vítores y gritos mientras la banda volvió a rugir a capella: «Abrázame, no me detengas, llévame, pero mantén mis pies en la tierra. Esa tormenta está cayendo fuerte. Soy tu refugio cada vez que comienza. Pero si me dejas, seguiré adelante», cantaba también Sam.
El más duro de los corazones tiene que ablandarse un poco mientras The Teskey Brothers remataban su noche en Barcelona con este final contundente que sin duda deja a todos los presentes temblando. Josh agradece a toda su banda y crew que iba desde técnicos de sonido e iluminación, merchandising, y hasta una pareja entre el público que anunciaba su próximo matrimonio. El concierto pasa volando. La banda deja el escenario y antes de que el público atónito tenga la oportunidad de darse cuenta de lo que está pasando, Josh Teskey y Sam Teskey, y su banda ya no están. Debería haber lugar en tu vida con The Teskey Brothers.
Fotos Desi Estévez.