La visión del mundo de los Fab Four: Talento (Paul), Política (John), Diversión (Ringo), Espiritualidad (George), se convierte en la visión hogareña de Soulsville de sangre (Cropper), Sudor (Dunn & Jackson) y Lágrimas (Booker), y funcionó magistralmente con «McLemore Avenue» (1970) de los Booker T. & The M.G.’s.
La mejor banda de Estados Unidos se enfrentó a la mejor banda de Inglaterra, y los chicos de Memphis se mantuvieron firmes. Un álbum muy vanguardista y adelantado a su tiempo donde la influencia y superioridad de los Beatles y The MGs en el futuro de la música es claramente evidente aquí. Algunos pueden no considerarlo un álbum esencial de los MGs, porque al hacer versiones de «Abbey Road», no incluye material original. Sin embargo, escuchar a la banda de la casa de Stax Records tocar estas grandes composiciones es una experiencia acojonante Al Jackson hace cosas que el maravilloso Ringo Starr nunca podría imaginar. Duck Dunn hace lo de Paul McCartney mejor que Paul McCartney. ¡Y Steve Cropper nunca escuchó Abbey Road! ¡Booker T. Jones le enseñó a tocar aquellas canciones! Otro testimonio de la grandeza de estos dos hombres.
Booker T. Jones quedó tan impresionado con Abbey Road de los Beatles, lanzado unos meses antes que, según él, tuvo que responder, simplemente para decir «gracias» para grabar «McLemore Avenue» en 1970.
Booker convocó a los MG’s, el batería Al Jackson Jr., el bajista Donald «Duck» Dunn y el guitarrista Steve Cropper- y grabaron McLemore Avenue, una versión de todo el álbum Abbey Road en tres largos popurrís (que se aproximaban a la estructura del álbum de los Beatles , en particular su segunda cara) con una versión de «Something» de George Harrison reservada como single.
El título y la portada son un homenaje al álbum de los Beatles, siendo 926 East McLemore Avenue la dirección de los Stax Studios en Memphis , como Abbey Road lo fue para los EMI Studios de Londres , que pronto fueron rebautizados como Abbey Road Studios.
«McLemore Avenue» es un deleite conmovedor y una experiencia auditiva esencial, ya que lleva la música de The Beatles en una dirección única. Lo mejor de todo es que, como un álbum instrumental, la música se sostiene por sí sola, a pesar de que se ha movido de su forma original.
Uno se pregunta qué habría pasado si los Beatles hubieran tenido la oportunidad de grabar en Stax como les hubiera gustado en un momento dado. El solo de Booker T en «I Want You» vale el precio del álbum.
