Mac Cornish, procedente de Portland, lanzó el pasado mes de mayo «Never Made Much of a Lover», un precioso tratado de música cósmica, country, folk, rock y psicodélica desde el Laurel Canyon.
Letras pictóricas, voz ronca, con ese timbre de su rica voz folklorista donde toda su energía retro deja de servir a los simulacros y actúa como un mapa hacia algo claramente personal y evocadora.
Las historias que cuenta Mac Cornish son contundentes y universales. Me rompiste el corazón y me dejaste en esta pequeña ciudad así que ahora estoy sentado en tu porche trasero con un arma muy vieja y muy cargada. Su voz es perfecta para este tipo de música. Suena legítimamente desconsolada el 80 por ciento del tiempo y el otro 20 por ciento arde silenciosamente de rabia.
En general, «Never Made Much of a Lover» es un álbum que tiene ese estilo que coincide con su búsqueda de venganza contra un amante errante acompañado de elegantes guitarras, apoyada en esa voz despreocupada de Cornish que proporciona un agradable contrapunto a las punzantes líneas de guitarra y los relajados ritmos en esta pequeña joya de treinta y pocos minutos.
