Sarah Jarosz amplía su sonido en «Polaroid Lovers»

Sarah Jarosz amplía su sonido en Polaroid Lovers

La ganadora 4 veces de un Grammy Sarah Jarosz, publicó el pasado mes de enero, «Polaroid Lovers». Séptimo trabajo de una de las luminarias de la Americana donde en este disco amplía su sonido, representando un paso más allá de la marca matizada de folk country.

Jarosz está claro que busca un público más amplio para sus canciones. Con 32 años, el bluegrass, el folk, el jazz y la música de cámara se mezclan con el pop y el rock, la de Austin, Texas, y criada en Wimberley, un pequeño pueblo cercano, Jarosz surgió como una adolescente prodigio del bluegrass, tocando la mandolina, la guitarra, el banjo y el instrumento que considera su «alma gemela»: la mandolina octavada, afinada una octava por debajo de la mandolina estándar, que suele utilizar para solos o contramelodías. El instrumento suena un poco más oscuro y más vibrante que la guitarra acústica en el mismo rango: una voz más baja tocada con la mano que responde a la mezzosoprano flotante de Jarosz.

Grabó sus primeros cuatro álbumes en Nashville y la instaron a escribir canciones con músicos más experimentados; decidió no publicar ninguno de ellos. “La idea de ‘coescribir en Nashville’ me la habían impuesto cuando tenía 18 o 17 años y estaba grabando mi primer disco”, dijo. “En esa época estaba muy cerrada a eso, porque sentía que todavía estaba encontrando mi voz. Y me preocupaba que si entraba en esas salas de co-escritura antes de tiempo, me perdería en el mar”.

En “Polaroid Lovers», se incluyen canciones que escribió con incondicionales de Nashville detrás de escena, como Jon Randall, Natalie Hemby y el productor del álbum, Daniel Tashian, quien trabajó en “Golden Hour” de Kacey Musgraves.

En “Polaroid Lovers”, Jarosz llega a un público más amplio sin perder su individualidad. Las canciones son más enchufadas, vigorosas y reverberantes que sus álbumes anteriores, que eran íntimas y en gran medida acústicas. Pero su perspectiva particular, a la vez lúcida, reflexiva, vulnerable y abierta al deseo, se hace patente en este extraordinario disco. Uno de los mejores de este 2024.

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