Hace tiempo que Dylan LeBlanc hizo añicos la etiqueta de promesa del Americana revelándose como uno de los más talentosos compositores de su generación. Con una discografía tan sólida como interesante, la aparición el año pasado del magnífico “Coyote” fue el puñetazo en la mesa definitivo para escalar a las grandes ligas de la música americana de raíces. ¿Y su directo? Una suprema ampliación de su exuberante propuesta musical.
Atrás quedan los años de un “quiero y no puedo” (me acuerdo del irregular concierto junto a Nicole Atkins en 2018 en el añorado Rocksound barcelonés). Ahora todo sabe diferente. En perfecta simbiosis con unos The Steel Vaqueros que le supieron otorgar al recital la perfecta dosis de intensidad, groove y pletórica musicalidad, el cantautor de Louisiana navegó a la perfección entre las suaves y pantanosas cadencias de canciones como “Dark Waters”, la ya favorita “Coyote” o “Closin’ In” con la fiereza de “Hate” o el incendiario bis con “Cautionary Tale”.
Y es necesario aclarar que cuando hablamos de ecos de los Crazy Horse más desatados no es desde el plagio facilón, sino desde un discurso tan personal como intransferible, una delicada filtración que a través de los años ha derivado en un cancionero de chapeau. Con citas a anteriores entregas, la columna vertebral del concierto fue el magnífico “Coyote”, un álbum que no pierde sentido en su traslación encima de las tablas.
Una gran noche que tuvo un curioso prólogo: una entrevista para la radio francesa en el mismo recinto donde se celebró el recital que se pudo escuchar a través de los altavoces de la sala, una especie de preparación en prosa para la lírica que disfrutamos poco después. Ha llegado su momento, él lo sabe y nosotros también. Una gran (enorme) noche de RnR con el Sena como testigo….
Fotos Noemí Pujolar.