Pocos artistas más outsiders que Richard Hawley se me ocurren a día de hoy. Richard hace mucho tiempo que va a la suya, manteniendo sus vitales estilísticas inalterables, y eso también hace de él un artista fiable al cien por cien. Por eso su entrega discográfica para este 2024 no sorprende, pero también nos hace respirar tranquilos a sus seguidores.
Richard Hawley sigue interpretando el papel de elegante rockero/crooner influenciado por los años cincuenta y primeros sesenta, pero con una nada velada melancólica y lluviosa influencia de su Inglaterra natal, para que nos entendamos, un poco como si Chris Isaak hubiera nacido en la Pérfida Albión. Y de esto mismo siempre ha estado más que orgulloso Richard Hawley, porqué como en gran parte de su discografía ha vuelto a recrear la vida en su ciudad natal que es Sheffield.
Él mismo se encarga de la producción y por eso mismo todo sigue estando en su sitio; producción austera dando la importancia -que no preponderancia- necesaria a su voz y guitarra. Los ecos de Roy Orbison y el primigenio material de Sun Records siguen por supuesto envolviendo toda la colección de canciones. Los tempos en su mayoría son tranquilos pero tampoco se corta si se tiene que mostrar más aguerrido y forzar su guitarra con su personal y potente twang como en la inicial “Two For His Heels” o en la casi psicodélica “Deep Space”. En aguas más clásicas se acerca a Ricky Nelson en “Hear That Lonesome Whistle Blow o al Elvis más desconocido y hollywoodiense en “Deep Waters”. Y la Bossanova le sienta estupendamente a una canción tan deliciosa como “Do I Really Need To Know”.
Todo en orden y es que por ejemplo “Prism In Jeans” o “Heavy Rain” podrían ser sin ningún problema de los ya lejanos tiempos de “Coles Corner”. Queda claro que la formula no está agotada, la personalidad de Richard Hawley vuelve a ser abrumadora en esta colección de canciones y nos entrega un disco que es otra pica en ese Flandes que es su discografía. Se puede ser cool pero nunca tanto como Richard Hawley.
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