Coincidiendo con la celebración de Halloween y su reciente estreno en la plataforma Mubi, Manuel Cova reseña una de las películas más sorprendentes del año, enlazándola con los comentarios sobre la publicación de una reciente compilación de relatos antológicos con cuyos postulados entronca.
THE SUBSTANCE (2024) – PERVERSAS (2024) – MATERNIDAD DOPPELGANGER Y BODY HORROR CONTRA EL PATRIARCADO.
«Se le torcía la clavícula, un bulto se le desprendía del cuello, se abría y le crecían ojos; las costillas se desgajaban como una tapa con bisagras y dejaban que una copia viscosa de su torso se abriera paso desde dentro; una puñetera mano, la tercera le salía justo de la espalda, desgarrándole la camiseta. Otra cosa (otra persona) lo reventaba para salir de él»
Así están las cosas, Gemma Files.
El cine de género body horror es un cúmulo de alegorías epatantes y perturbadoras que convierte la experiencia cinemática en una ceremonia catártica de enfoque holístico.
Entre células alteradas y biologías anómalas. Entre excrecencias grotescas, protuberancias monstruosas y feísmo orgánico. Entre necrosis cutáneas, deformaciones musculares, tumores parasitarios y carnificaciones malsanas. O lo que resulta más perturbador, incidiendo en una fisiología del horror que, utilizando la escatología, sintetiza la metamorfosis de los miedos cervales del ser humano; mutaciones físicas como metáforas de la angustia existencial; patologías somáticas reflejadas en espejos de piel desasosegante en un infierno corpóreo.
El término fue acuñado posteriormente por Phillip Brophy en 1983, aunque resulta obvio que el género tiene claros antecedentes en clásicos como «The Fly» (1958) de Kurt Knewman. Es la década de los 70s que se pulen sus estilemas con el advenimiento de David Cronenberg, su gran adalid. La sucesión de obras rotundas que arranca con «Rabid», se extiende con «Cromosoma 3»; se desarrollan temores que subyacen en epidemiologías letales tras el calvario de moribundas deformaciones. O en la delirante alteración biolóca con base en odios viscerales.
Pero en los últimos años, estos tropos se redefinen en una tendencia feminista que abraza el transhumanismo en «Titane» de Julia Ducournau. Y el desdén con el cual la industria del espectáculo trata a las viejas glorias.
THE SUBSTANCE: ERSZÉBET BATHORY CONOCE A DORIAN GREY
Ganadora del premio al mejor guión en la edición 2024 del festival internacional de cine de Cannes, se convierte en una fabula sombría y desesperanzada en torno a las fobias que asechan en los albores de la vejez: la dismorfofobia que traza una pirámide de reflejos especulares que va desde la obsesión delirante a la dismorfia dramática. Cuando la elastina y el colágeno del paseo urbano de las estrellas deviene en arquitectura agrietada urban decay, la mortificante sensación de rechazo social se consuma con la súbita estigmatización de una reina de la belleza cuya ambición desmedida vaticinaba un tránsito inmortal. La campana de Gauss del glamouroso estrellato se estrella como una botella de champagne barato contra el casco de un barco a punto de naufragar.
En sentido inverso al relato «Así están las cosas» de Gemma Files (publicado en España por la biblioteca de Carfax), el «parto» de la estrella aeróbica Elisabeth Spark interpretada por Demi Moore, acarrea una «maternidad doppelgganger» ; una clonación de la imagen de Narciso que flota en el lago gemelo con la de la fisonomía de una hija/melliza interpretada por la a su vez hija de modelos internacionales, Margaret Qualley; una traslación de las prácticas psicópatas de la condensa sangrienta (Erszébet Bathory), que sustituye el plasma por un experimento abyecto de mercadotecnia negra. Un tratamiento abominable hechizado por la aberración de un retrato de Dorian Grey pintado por una epidermis tridimensional.
El precedente Reality (2014), es un visceral cortometraje que aventa la visión que la misma autora extenderá en la reflexión fílmica surgida con posterioridad.
THE REJUVENATOR: EL IMPREVISIBLE ANTECEDENTE
Curiosamente, el magistral film de Fergeat cuenta con un inesperado precursor en el film «The Rejuvenator» a.k.a.» The Rejuvenatrix’, suerte de divertimento que evoca ecos mal ensamblados del todopoderoso Re-Animator de Brian Yuzna que se mezcan con un eficaz maquillaje que logra elevar el producto hacia las nubes de lo entrañable. Un film menor que en su precaria distribución se sumió en el instantáneo Straight – to- video.
PERVERSAS
«Dedicada a esas arpías, gorgonas y moiras que, durante siglos, no tuvieron la oportunidad de contar sus historias».
Si el film de Coralie Fergeat explora temores meramente estéticos, la colección de relatos antologados por Joyce Carol Oates » Perversas», indaga en el empoderamiento femenino utilizando los tropos del horror corporal. La referencia a figuras mitológicas (Medusa, Gorgona, Escila, Caribidis, entre otras), establece puentes para la sororidad y la reivindicación feminista, con la herramientas de la fantasía y la especulación macabra que, unánimente equiparan con los abusos del patriarcado.
La histeria con la cual se identificaba cualquier atisbo de rebeldía y diatriba contra la humillación ejercida contra las mujeres en el siglo XIX ,es descrita en el relato -basado en hechos reales-» La silla de la tranquilidad» de: una fidedigna descripción de las «Curas de reposo» promulgadas por Silas Weir Mitchell; presagio siniestro de la violencia psiquiatrica practicada con Frances Farmer en el siglo posterior; castrantes»terapias» electroconvulsivas (T.E.C) como paso previo a la lobotomía que reporta daños irreversibles.
Tananarive Due en su relato » Bailando», pone énfasis en la condena ejercida contra varias mujeres, de una misma familia, relegadas al anonimato por el machismo. Y cómo este repercute en inquietantes alteraciones genéticas.
La sublime Margaret Atwood deslumbra con su abrumadora revisión de la metempsicosis. Y la propia antologa hace lo propio con el anteriormente citado «La silla de la Tranquilidad».
La antología prosigue con otros relatos igualmente extraordinarios que se ven embellecidos por las original y febriles ilustraciones de Laurel Hausler, mientras en la sobresaliente portada triunfa la actriz Theda Bara.
CINE DE BODY HORROR FEMENINO: TÍTULOS ESENCIALES Y RAREZAS
ODIO MI CUERPO: dirigido en 1974 por León Klimovsky, este atípico film español combina ciencia ficción y terror corporal en su recreación del summum del pánico del macho dominante: el símil de la castración que supone el transplante de un cerebro de mujer en su cuerpo masculino.
BABY BLOOD: en 1990 llega este splatter dirigido por Alain Robak que lleva el body horror por los senderos de la comedia negra, adelantándose a los hallazgos del nuevo extremismo francés.
FRANKENHOOKER: ese mismo año 1990, el cineasta Frank Hennenloter estrena otra comedia negra que va a trascender su registro hasta alcanzar el talante soez del gros- out, en una revisión sex exploitation de Frankenstein transmutado en prostitutas contemporánea.
TROUBLE EVERY DAY: título de culto del nuevo extremismo francés, clara inspiración para el film «Crudo» de Julia Ducournau.