La gira europea conmemorativa del trigésimo quinto aniversario de la banda de New Jersey Monster Magnet arrancó en la sala Santana de Bilbao su periplo por la península ibérica el día 27 de septiembre de 2024 dentro del Kristonfest. Una ocasión para convivir por unas horas con una leyenda que, durante toda su trayectoria, ha logrado redefinir el rock setentero de sus grandes ídolos Josefus o Jerusalem; el blues hard rock de sus admirados Dust; la psicodelia ProtoMetal de sus reivindicados Poobah. O, en mayor medida, el space rock primigenio de connotaciones paranormales, que entronca con su querencia por los comics galácticos de la editorial Marvel. Y el cine de serie B de temática alienígena.
UN CARTEL INSPIRADO EN LA GRACIA DEL ESPLENDOR.
Reflejando una gran influencia de las portadas de la legendaria banda de space rock Hawkwind, el arte gráfico de esta gira – en su paso por el Kristonfest – está inspirado en Aglaya: hija de Zeus y Eurímide, y una de las tres gracias (cárites) de la mitología griega; la más joven de ellas, precediendo a sus hermanas Talía y Eufrósine (Eutimia).
Cartel que invoca la creatividad y la fertilidad de estos 35 años, que pudimos ver a la venta junto con el resto de su merchandise. Este cartel muta en la imagen de Talía (gracia de la abundancia y de la prosperidad) en cuanto concierne a sus fechas en Inglaterra y Escocia. Y se reconvierte en la imagen de Euphosyne (gracia de la alegría) para anunciar su actuación en Sttugard el próximo día 6 de octubre.
EL GRAN OFICIANTE.
Dave Wyndorf es un tipo atípico que fue un infrecuente niño que no jugaba con madelmans o geypermans; prefería el MONSTER MAGNET: un robot de juguete vintage comercializado en la década e los 60s por la empresa Wham- O. Pero estoy seguro de que el film «Magnetic Monster» de 1953, con su premisa mad doctor distópica, también le resulta fascinante. Una estrella de rock weird que infunde a su espectacular música, un talante cultural que engarza el Satanic panic como gran superviviente del flower power; el gótico americano con la cultura pulp.Y la acción thriller con el ritual de las sectas malditas.
Dave Wyndorf, superviviente de una muerte dentada por sobredosis de tranquilizates en 2006, se encarama a la piramide de sus 68 años como el demiurgo artífice de una obra que le ha llevado desde el undergound hasta el rotundo éxito comercial que supuso el álbum «Powertrip«.Y, yendo más allá, a un relativo declive físico que podría tener su inicio en la fatídica anécdota que sufrió en aquel lejano 2006, que en última instancia, trastocó la sempiterna pose de ‘front man’ demoníaco y poseso de las drogas que arrastaba, hasta la instrospeccion pausada pero todavía energética, de su obra posterior al suceso.Y he aquí que, en medio de los fastos conmemorativos de este aniversario, encontramos a un Wyndorf de aspecto (aparentemente) mermado. Un aspecto contrahecho pero digno; algo preocupante pero aún venerable. Un Wyndorf que durante toda la actuación tuvo como mejor amigo a un ergonómico taburete del cual no se levantó y que, al final de show, miró con cierta nostalgia al levantarse de ese » trono» finalmente.
LA BANDA.
PHIL CAIVANO es un solvente guitarrista que sostuvo un acercamiento con la formación sobre 2005, y que a partir de 2008 se ha instaurado en la misma. Resulta obvio decir que, dada la situación actual de Wyndorf, su participación fue decisiva en la actuación.
BOB PANTELLA también es miembro de Atomic Bitchwax, y miembro artesano de Monster Magnet. Precisión y pericia técnica fueron sus constantes durante la ejecución de los temas elegidos.
GARRETT SEEWNEY Y JIM BLAGINO ejercieron como segundo guitarrista y bajista respectivamente. Ambos fueron miembros de RiotGod, donde tocaba la batería Pantella y, curiosamente, también brillaba como cantante Mark Sunshine, quien abrió el festival, ese mismo día junto con Unida.
EL CONCIERTO.
Destellos de epicureísmo, vapores enteógenos y un aroma de ritual hermético y satánico, en el concepto general de un espectáculo que confío buena parte de su fuerza a las imágenes que se proyectaban en una pantalla situada detrás de los músicos; voluptuosas imágenes que mostraban vestales esotéricas en top less, cultos y pompas vesánicas. Y otras referencias cinéfilas que establecen un plus de complicidad y entendimiento entre el público avezado en la cinefilia de culto y subterránea que a Wyndorf le parece subyugante.
Unas referencias cinematográficas que pasan por los films de acción exploit, las biker movies (no en vano Wyndorf se identifica con el motero psicodélico que posee una moto vampiro -como deja claro junto con su banda- en su versión del tema «Motorcycle: Straight to Hell de los Table Scraps; inspirado en el film «I bought a vampire moorcycle»). El soft porno. El cine de catástrofes de los 70s (uno de los nombres alternativos de la banda fue «Aeropuerto 75»).Y, sobre todo, las películas de ciencia ficción y distopía que incluyen preferencias que van desde Zardoz de John Boorman hasta los clásicos de los años 50s.
En el aspecto estrictamente musical tuvo momentos brillantes:
DOPES TO INFINITY
Un juego de luces aternolasoladas como cadáveres de luz psicodélica que revivían en la profundidad de la sala, destapa la botella del inmenso riff que enfatiza el inicio del tema que da título al tercer álbum de la banda. Se olfatean las volutas siderales y los adornos cósmicos que desprende el Keyboard de Wyndorf. Y en el puente estelar del solo, la guitarra de Phil Caivano cubre los huecos del físicamente alicaído Dave. La elección de este tema preciso, me retrotrae a la primera vez que escuché un directo de Monster Magnet, en el festival de Reading de 1995.
NEGASONIC TEENAGE WARHEAD
A mitad del concierto, el tema dedicado al personaje Marvel creado por Grant Morrison subió las escaleras de la excelencia. Este tema dedicado a un personaje que borda la telepatía, pareció leer la mente satisfecha de much@s espectador@s.
ERGO, THE HUMAN PLANET
Este tema inspirado en un un personaje creado al alimón por Jack Kirby y Stan Lee en 1966 para Marvel, fue escenificado como la ceremonia evanescente de una mente que sufre visiones espaciales; un cosmos con estrellas con forma de semillas de cáñamo, que señalan la ascensión de un astronauta que levita en la oscuridad purpura de una noche de L.S.D 25. Una banda en trance mesmerizante impulsada, como Ergo, por el motor de Galacticus.
SPINE OF GOD: DEL ÁMERICAN ACID PIE HASTA EL THRILLER SEXPLOITATION
Un sibaritismo vinculado a la ingesta de drogas frecuenta las callejuelas del oasis psicodélico poblado por cometas stoner que supune el debut de la banda. Ese hedonismo lisérgico, en remembranza posterior, insertó el estribillo de» American Pie» de Don MacClean cantado por un Wyndorf que abrumó proclamando desde el escenario: «And then good ol’ boys drinking whisky and rye». Pero las experiencias adolescentes de Wyndorf con el L.S.D son la clave de ja sátira; es el Chemical king citado en la canción homónima del álbum: «Peace is what you get from the Chemical King». La paz alucinada de Wyndorf durante este tramo del tema parecía decir ¡ Más arriba! , ¡ Más arriba!
En la pantalla central, el oscuro y algo delirante thriller erótico «Ginger» protagonizado por la volcánica Cherry Caffaro, deslumbraba como una gema extraña de la cinefilia estrambótica de Wyndorf.
ENCORE: EL PLANETA VENUS ES UN OVNI
La pantalla central muestra una ciencia ficción en blanco y negro atemorizada por la guerra fría como un faro que transmuta en el obelisco de Washington en «Ultimátum a la tierra » (1951). Una ciencia ficción soliviantada por fenómenos celestes sesgados por la opinión pública el ocurrido en el verano 1955, cuando se llegó a confundir el planeta Venus, próximo a la órbita del Sol, con las evoluciones de un sinuoso platillo volador. Pero mientras sonaba «Space Lord», el film reproducido fue » Earth versus flying saucers», dirigido en 1956 por Fred F. Sears. Los efectos especiales ‘stop motion’ creados por el maestro Ray Harryhausen matizan un goce sensorial protagonizado por la bóveda sonora de una banda pletórica; conjunción pluscuamperfecta de las premisas de especulación científica, su imaginería fantástica y los océanos de isótopos radioactivos del gran MONSTRUO MAGNÉTICO.
UN COVER DE PENTAGRAM QUE NO SE ESCUCHÓ
En 2022, Monster Magnet grabó una versión del himno de Pentagram «Be Forewared», inserto en su álbum homónimo de 1994; este tema puede escucharse en el álbum «A better dystopia», disco que selecciona temas favoritos de Wyndorf compuestos por otros autores. Me pregunto el porqué de que no haya sido seleccionado a su vez en el set list de esta actuación, dado que fue precisamente Pentagram la banda que actuó inmediatamente antes. En cualquier caso, hubiese sido un extraordinario homenaje dedicado a una de sus bandas maestras.
Fotos Paula Rodríguez. Vídeos Paula Rodríguez y Manuel Cova.