The Hu volvieron a demostrar una vez más en el concierto de Barcelona que lo suyo es algo más que una curiosidad.
Sería muy fácil decir que The Hu son un grupo único dentro del folk metal, tanto por su procedencia como por el estilo que tienen. Lo que está claro es que han sido capaces de atravesar las fronteras de todo el mundo bajo el espíritu de conquista de Gengis Khan a través de la música. Estos cuatro músicos han sido capaces de fusionar la música de raíces más tradicional de Mongolia con la poderosa sonoridad del metal, a veces rozando su vertiente más industrial. Y no solo eso, han sabido ganarse la simpatía de la parroquia metalera trasladando todo eso a sus directos.
La gira Hishigten ha visto crecer algo más el poder de convocatoria de The Hu. Si en su anterior visita fue Salamandra, en esta, la grande de Razzmatazz asistió a una muy buena entrada. Para cuando salieron a escena Solence, la banda de soporte, la sala ya disfrutaba de un ambiente deseoso de escuchar el tradicional Xöömej. Pero antes tocaba hacer un pequeño viaje en el tiempo a las sonoridades metal de principios de este milenio. Perfectamente uniformados de blanco no se puede negar que los cuatro músicos van sobrados de actitud sobre el escenario.
En su primera visita al país la banda sueca, activa desde 2012, supo ganarse la simpatía del público con su entrega y energía. Seguro que a más de uno se le hicieron cortas las siete canciones con las que contó su repertorio. Repasaron sus tres primeros discos con “Good F**King Music”, “Blackout”, “Heaven” y “Animal In Me”. Curiosamente ignoraron su último trabajo “Hope Is A Cult” para ofrecer tres temas nuevos. Una fiesta capaz de mezclar drum and bass con tintes metálicos como en “Who You Gonna Call?” que sirvió para animar la sala que se iba llenando poco a poco.
La espera animada con grandes éxitos del metal clásico tuvo “Balls To The Wall” como avanzadilla antes de conquistar Razzmatazz. Los ocho miembros de la formación para los directos salieron para no hacer prisioneros. El inicio en tromba con “The Gereg” y “Shiti Hutu” encendió los ánimos de la sala desde el primer momento. Impresiona ver a los músicos aportando un look rockero a las vestimentas más tradicionales y resulta muy curiosa la riqueza sonora que aportan sus instrumentos. Además de los dos Morin Khuur y del uso del arpa de boca en más de una ocasión, había también un tovshuur y un set de percusión que recordaba a los grandes tambores. Completaron el grupo con un guitarrista, un bajista y un batería al uso. Con los puños en alto toda la sala se unió al grito de “Shoog Shoog” mientras crecían las ganas de invadir algún territorio.
El ambiente festivo de “Triangle” contagió al público que disfrutaba de ese ramalazo disco del tema antes de que el espíritu de Gengis Khan apareciera en forma de su canción. “Upright Destined Mongol” siguió manteniendo el fragor de la batalla en lo más alto, pero todo guerrero necesita un momento de reposo. Para The Hu llegó con “Song Of Women”, dedicada a todas las mujeres, en la que la sala se llenó con las luces de los móviles. El pesado trote de “Sell The World” volvió a poner a los ocho jinetes en la senda de los ritmos más duros y ásperos. Aunque este pequeño bloque hizo que el ritmo del concierto se resintiera ligeramente. Por suerte, a la banda le quedaban recursos para volver a la carga con “TATAR Warrior” y “Grey Hun”.
Y si aún quedaba algún guerrero aletargado, en cuanto The Hu sacó su versión hunnu de “Through The Never” volvió a incorporarse a filas rápidamente. A partir de aquí, las huestes avanzaron de manera aplastante hasta alzarse con la victoria final. “Black Thunder”, “Yuve Yuve Yu”, “Wolf Totem” y “This Is Mongol” es sin duda lo más redondo de la corta discografía de la banda y por eso supuso un final de concierto pletórico. Con otra batalla ganada quedaba tiempo para una última canción con la que celebrar la victoria. Y sería con otro vistazo al album negro de los cuatro jinetes de San Francisco de la mano de “Sad But True”. Un regalo con el que cerraron definitivamente esta nueva visita con la que han visto incrementado ligeramente su ejército de fieles.
Un concierto interesante para quién no los hubiera visto nunca, pero sin novedades discográficas recientes y solo dos trabajos publicados, las diferencias entre ambas visitas fueron muy pocas. Queda por saber si The Hu mantendrán ese nivel en su tercer disco y si esa curiosidad que despiertan se torna en algo consolidado. Salvando las distancias, musicalmente me recuerda a la aparición de una banda como Rammstein. Los alemanes han sido capaces de llegar a unas cotas enormes de popularidad que parecen difíciles de alcanzar en la actualidad. De momento me conformo con que la banda de un salto hacía adelante para no quedar como una broma o una curiosidad como otras tantas formaciones.
Fotos: Desi Estévez
