Warrior Soul regresaban a uno de los pocos refugios de rock and roll que subsisten en Madrid cumpliendo un año de su última visita. El 24 de Octubre alrededor de un centenar de personas se dieron cita en el Gruta 77 para presenciar a Kory Clarke y sus secuaces. Una ceremonia donde se consuma la revolución con el rock and roll, en esta ocasión celebrando el treinta aniversario del disco «The Space Age Playboys». Disco con el que cerraron una primera etapa autoproclamándose los nuevos ciberpunks. El chico malo curtido en las calles de Detroit desafió a la ciudad de Nueva York en tener la mejor banda de la ciudad consiguiendo su máxima popularidad desde sus inicios, a finales de los ochenta, hasta mediados de los noventa.
Treinta años después el alma guerrera de Clarke aún se mantiene vivo y acompañado por una gran formación desempolvaron viejos himnos. Un pacto sonoro de alrededor de hora y media que entre sorbos de «tintorro», J&B, H2O y un recital de sermones irrespetuosos se impusieron por derecho propio. Clarke implantó su personalidad de principio a fin, mantiene un registro vocal adusto que lo fuerza a límites extremos. Curtido en mil batallas sabe como moverse encima de la tarima escupiendo toda su rabia. Deleite de contoneos, pataditas al aire, dejarse caer de rodillas al suelo y como un resorte levantarse…. todo bien embadurnado de provocación. Una auténtica ametralladora donde muestra su inconformismo a un elevado volumen y con un semblante fiero.
Interpretaron íntegramente los trece temas que componen el disco «The Space Age Playboys», dejando para la recta final «Love Destruction», «Punk And Beligerant», «Downtown», «Wasteland» y «The Losers» haciendo un mínimo repaso a otros trabajos. Se registró un buen sonido en general, rock and roll feroz y directo, una contundente sección rítmica sostuvo cada tema inyectando potencia, repartiéndose los riffs de guitarra implantando su propia identidad. El público respondió de una forma sosegada a los reclamos del cuarteto estadounidense siempre atento a los movimientos del «frontman». Un satisfactorio reencuentro donde los actuales Warrior Soul demostraron que aún les queda mecha para seguir combatiendo con una única munición, que es el rock and roll.