Crowded House, un sueño que se resiste a terminar

La banda australiana Crowded House llegó a Barcelona para presentar «Gravity Stairs» y repasar sus grandes exitos.

En la música existen una serie de formaciones para las que las musas decidieron rotorgarles su merecida recompensa por el trabajo bien llevado. Crowded House es una de esas bandas que disfrutó de las mieles del éxito masivo a finales de los ochenta, principios de los noventa. Creativamente tocados por una varita mágica, fueron capaces de componer pegajosas melodías pop a lo largo de tres disfrutables discos. Y cuando todo parecía ir rodado, los australianos vaciaron la casa abarrotada para separar sus caminos. 

De eso hace ya casi treinta años, y en ese lapso, Crowded House ha tenido tiempo de volver a llenar su hogar con temas nuevos como los incluidos en “Gravity Stairs”. Un disco sin pretensiones que, aún lejos de aquella época creativa, se deja oir y en el que se confirma aquello de “Quien tuvo, retuvo”. Pero para que nos vamos a engañar. La gran mayoría de quien subió hasta el Sant Jordi Club, lo hizo tirando de nostalgia buscando aquellas canciones ancladas en la memoria. Su último paso por la ciudad un par de años atrás dejó un grato sabor de boca y el público no dudó en repetir. Telón mediante, la sala polivalente registró una muy buena entrada. 

Liam Finn fue el encargado de dar la bienvenida y amenizar la espera. Con un show en formato one man band fue construyendo sus temas. Atrás quedó la figura del hombre orquesta clásico. Ahora con un loop puedes superponer cada instrumento hasta montar la canción. Acelerado, y por momentos histriónico, consiguió hacer pasar al público del escepticismo al aplauso. Aunque dudo que nadie, más allá de los completistas, se lanzara a por sus discos tras su actuación. Una manera de ahorrarse la figura del telonero en la que discrepo, pero entiendo que sea una manera de reducir gastos en una gira.

Cuando apenas pasaban unos minutos sobre la hora prevista, cuando a ritmo de “Romanza Quartiere“ de Ennio Morricone los miembros de Crowded House salieron al escenario con un farolillo. Tras colgarlos y esperar que el tema de Il Maestro dejara de sonar comenzaron con uno de sus mayores éxitos. Para qué dejarse lo mejor para el final si tienes un repertorio que te permite empezar con un tema como “Weather With You”. “Teenage Summer”, el tema con más regusto a clásico de “Gravity Stairs”, fue el primero de los seis que sonaron de su último trabajo.

Crowded House salió a ganar el partido desde el primer minuto, y cerró un primer tramo con “World Where You Live” y “Fall At Your Feet” además de “Oh Hi” que empasta perfectamente con los temas clásicos. Cinco temas y el público en el bolsillo, en parte gracias al carisma de Seymour que no paró en ningún momento de moverse por todo el escenario. La otra parte del mérito se lo llevó un Neil Finn que mantuvo una interacción continua con el bajista y mostró mucho sentido del humor durante todo el concierto. Tras “To The Island”, sacó del baúl de los recuerdos que es “Woodface” un tema como “Whispers and Moans”.

 

Dejó la guitarra de lado para sentarse al teclado y tocar “Black Water, White Circle”, “Either Side Of The Love” y cerrar con “Message To My Girl” un tema de Split Enz, la banda a partir de la que surgieron Crowded House. “Fingers Of Love” y “When You Come” retomaron un poco el pulso de un concierto que se había deshinchado ligeramente. En esta gira, la banda se acompaña de Tryfon Baitis y Elias Dendias, un par de músicos griegos que aportaron color a los temas y que tuvieron especial protagonismo en “Misirlou”. Si, el mismo tema de Pulp Fiction que la gran mayoría descubrió allí que era un tema tradicional cantado. Con “Private Universe” volvieron a apretar ese botón que dispara el recuerdo de aquel “Together Alone” con el que dieron por cerrada su primera etapa.

A pesar de tener un set establecido, Neil Finn nos muestra que nada tiene un corsé tan apretado como para no cambiar. Y por ello cambia “Thirsty” por “All That I Can Ever Own” y nos regala una “Sister Madly” que no estaba prevista con guiño a “Chocolate Cake” incluido. Quizás fuera a modo de regalo de cumpleaños para Elroy Finn, al que el público le cantó el “Happy Birthday” y que incluso tuvo su tarta para que soplara velas. Entre medio, “Four Seasons In One Day” otra de esas canciones por las que Crowded House serán recordados por años. La presencia beatle en las armonías y composiciones salta a la vista, por eso no sorprende que al final de “Pineapple Head”, Neil Finn y los chicos cuelen “The End” de los de Liverpool y quedé impecable.

En las antípodas de su alter ego visto en la previa del concierto, un mucho más comedido Liam Finn tomó las riendas de “The Howl”. A partir de aquí, la banda remató la faena por todo lo alto para que nadie se fuera a casa descontento. Cuatro canciones imbatibles como son “Locked Out”, “It’s Only Natural”, su gran ÉXITO “Don’t Dream It’ s Over”  y “Distant Sun” para cerrar. Con el partido totalmente ganado, los bises fueron para relajarse sabedores de un trabajo bien hecho.  

No hicieron esperar mucho al público que hacía cábalas con qué canciones acompañarían a su clásico cierre con “Better Be Home Soon”. Fue “Something So Strong” la primera en la que incluso hubo un guiño a “You’re The Voice” de John Farham. El último escalón gravitatorio recayó en “Some Greater Plan (For Claire)” antes de que la banda cerrara el círculo encendiendo de nuevo los farolillos del inicio y se despidieran con el tema del “Temple Of Low Men”

Buenas melodias, canciones pegadizas y el típico “Ah, pero esta también me suena” de quien no conoce su discografía son elementos imprescindibles en un concierto de Crowded House. Es cierto que solo quedan Neil Finn y Nick Seymour, y son los hijos de Neil los que ocupan bateria y guitarras, pero la esencia sigue. La banda suena compacta,  las lineas de bajo de Nick Seymour son una delicia y Neil Finn sigue manteniendo su timbre de voz y el sentido del humor sobre el escenario. Con elementos así es muy difícil salir con poco menos que una sonrisa cargada de nostalgia en el rostro. Si la noche anterior Nick Cave nos hizo sentir desde el dolor, su paisanos hicieron en su concierto lo mismo desde el gozo. En ambos casos, una alegría para los oídos poder disfrutar de ambos. 

Fotos: Perfil Oficial Crowded House



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