Desde trapichear a los doce años de edad en tiempos de pandemia del crack por las calles de Oakland (California, cuna de los Panteras Negras) hasta colocar tres Grammys en su estantería se extiende un intrincado camino que ha logrado recorrer Fantastic Negrito, de gira europea tras el lanzamiento en octubre de su nuevo disco, Son of a Broken Man (Canción de un Hombre Roto).
Ese arduo trayecto ha impregnado la música y percepción vital de este hombre que ahora muestra sobre los escenarios su aprendizaje artístico y existencial, cuya síntesis puede ser: “Only the dreamers survive” (Solo sobreviven los soñadores), frase que grita como un mantra a los espectadores que han comprado todas las localidades para sus cuatro conciertos en España: Barcelona; Valencia (muy necesitada de esas enseñanzas tras la tragedia); Madrid, y Santiago de Compostela (Outono Códax Fest), broche el 23 de noviembre y catapulta hacia su próximo destino, Lisboa.
El nuevo álbum gira en torno a su naufragio infantil, un año después de romper con su autoritario padre y empezar a buscarse la vida en la calle y en las casas que desvalijó. Narra esa etapa al público del madrileño en el Teatro Magno y a los oyentes del disco como un exorcismo para superar aquellos traumas confesando que su padre, un musulmán ortodoxo, le “jodió la cabeza”, mientras señala con su dedo índice la frente.
La tabla de salvación en esos mares bravíos fue la música, igual que les ha pasado a tantos artistas y amantes de las canciones. En concreto, la luz que le guió entre las tinieblas fue Prince, especialmente cuando descubrió que el autor de Purple Rain fue autodidacta con la guitarra. Inicia su carrera musical y ya en los años noventa firma con Interscope Records. Más adelante sufre un accidente automovilístico que jubila anticipadamente una de sus manos y se toma un tiempo de recuperación, hasta que reaparece ya con nuevo nombre, al igual que hizo el adorado Prince. Su nueva identidad es la de Fantastic Negrito, algo que se agradece porque su apellido real es impronunciable: Dphrepaulezz (de nombre Xavier Amin, nacido en 1968).
Las batallas por la supervivencia, los traumas paterno-filiales, las raíces caribeño-somalíes-escocesas y un talento capaz de absorberlo todo están reflejadas en estos conciertos para lanzar el sexto álbum que publica, ya con su propio sello, como expresa con orgullo al público madrileño en plan predicador mientras regala a un asistente un vinilo, luego la toalla con la que se seca el sudor y las baquetas y el set list y todo lo que pillaban los cinco músicos a mano. Antes bromea con su gusto por fumar hierba y ofrece lecciones de resiliencia, como se dice ahora, con vocación didáctica.
Fantastic Negrito tiene más conchas que un galápago. Tiene conchas sonoras de blues (con guiño fabuloso anoche a John Lee Hooker), de góspel, de funk (extraordinario el guitarrista), de rock enérgico, de canción melódica o de lo que se le pase por la cabeza. En cada expresión inyecta inmensas cantidades de energía y pasión, a veces difíciles de seguir porque los ecos de Zappa también resuenan en su hora y media de conciertos.
Anima a la participación del público desde el principio hasta el bis final. En cada canción se agazapa una energía a raudales, alentada por una banda espectacular y registros vocales de amplísimo espectro.
