Una silla, una guitarra, dos amplificadores y un loop. Esos fueron los únicos elemento escenicos que necesitó John Scofield para hechizar a los asistentes de la sala Paral·lel 62 en el marco del Barcelona Jazz Fest.
Fiel a su cita habitual con Barcelona, John Scofield ha sido uno de los nombres importantes de la actual edición del Festival de Jazz de Barcelona. Quizás haciendo honor a su último trabajo “Solo”, el virtuoso guitarrista de Ohio se ha embarcado en una gira armado únicamente con su Ibanez. La sala Paral·lel 62 se ha convertido en lugar de encuentro para los seguidores y puristas del jazz donde acudir en busca del placer auditivo. Una sala que rozó el lleno absoluto y que asistió solemne a una nueva exhibición del guitarrista.
Dos amplificadores, algunos pedales y una silla son suficientes para que John Scofield llene una sala con sus cromáticos paseos a lo largo del mástil. Se ha de ser muy valiente para defender un repertorio a pecho descubierto sin una banda de respaldo. Claro que al guitarrista si algo le sobra es calidad y horas de vuelo para enfrentarse a algo así. Eso sí, en el arranque de la velada dió la sensación de necesitar un tiempo para mostrar su habilidad con fluidez. Costó reconocer a The Beatles en “I Will” hasta que fueron las cuerdas de la guitarra las que sustituyeron la voz de McCartney. Y con ella pudimos ver el modus operandi que se iba a repetir en los temas.
Gracias a un loop, John Scofield construye la base sobre la que dejar que sus dedos vuelen. Porque si el inicio fue dubitativo, el resto del concierto no tuvo ni un mínimo pero que ponerle. El standard de Rodgers/Hart “My Funny Valentine” puso las cosas en su sitio y arrancó la primera de las múltiples ovaciones que se escucharon en la sala. Su primera intervención fue para recordar la memoria de Carla Bley y hacer sonar “Lawns” . El concierto fue un viaje personal a través de los grandes nombres de la historia. Músicos como Miles Davis, del que sonó “Blue In Green”, Charles Mingus (“Goodbye Pork Pie Hat”/”Self-Portrait”) o James Waynes (“Junco Partners”) fueron la inspiración para dejar un excelente buqué sonoro en Paral·lel 62.
Pero no solo del jazz se nutre John Scofield. Es capaz de transformar un tradicional irlandes como “Danny Boy” en una bella melodía llena de cromatismos. O tomar del cancionero de un primer espada en la composición americana como es Jimmy Weeb un tema como “Wichita Lineman”. Con el viaje a punto de llegar a las últimas paradas, llegó el turno de ponerse rockero y deleitarnos con “Not Fade Away”. Compuesta por Buddy Holly y llevada a la popularidad masiva por The Rolling Stones puso fin al repertorio de la noche.
Aunque aún quedaba una última canción con la que Scofield nos quiso mandar a dormir echando mano de su sentido del humor. Así, con “Wiegenlied Op 49 nº4” de Johannes Brahms (vamos, la clásica nana de toda la vida) dábamos por finalizada una elegante velada disfrutando de uno de los mejores intérpretes jazz en las seis cuerdas. Una prueba viviente más del sello de calidad que supone el Festival de Jazz de Barcelona.
Fotos: Hal Masonberg (cedidas por The Project)