Julia Logan nos enamora con “Faraway Nearby”

Julia Logan edita su segundo trabajo, “Faraway Nearby”. El disco ha sido producido junto a Daniel Bengtson (productor de First Aid Kit). Ellos tocan guitarras, bajo y se encargan de voces y coros. La batería corre a cargo fundamentalmente de Karl “Hovis” Hovmark. Los detalles vienen de músicos como Ola Gustafsson (pedal steel guitar),Lois B Jakobson (flauta), Kristina Winiarski (violoncello) y otros jóvenes músicos afincados en Estocolmo de gran nivel instrumental. El disco ha sido grabado en el Studio Rymden de Estocolmo.

Escucha , “Faraway Nearby” de Julia Logan aquí:

Julia Logan creció en Dalarö, una pequeña isla sueca a las afueras de Estocolmo y comenzó a cantar en la iglesia local. Su madre es californiana, por lo que pasó varios años de su adolescencia en Laguna Beach. Allí aprendió a tocar la guitarra con un hippie local y comenzó a escribir, haciéndolo durante años en la soledad de su habitación mientras estudiaba Arquitectura.

Su debut “Everly Foreverly” se grabó con el mismo productor y músicos mayoritariamente locales salvo el batería estadounidense Kyle Crane (Kurt Vile, Iron & Wine, Fionna Apple). Destacaba una versión de ”One Mile From Heaven” del ídolo subterráneo del folk psicodélico Bobb Trinble junto a Nina Persson (The Cardigans). El álbum recibió buenas críticas sobre todo en Suecia, donde la escena musical está llena de joyas por descubrir que, poco a poco, os estamos presentando en nuestra revista. Durante esa época teloneó a Courtney Marie Andrews, Neko Case y Madison Cunningham.

A pesar de su juventud, sus referentes son una maravilla. En una entrevista hace un par de años señalaba «On The Beach» de Neil Young como su disco favorito, «Woman of Heart and Mind» de Joni Mitchell como la canción que hubiera querido componer. El mejor concierto al que había asistido era uno de nuestros queridos Phosphorescent. La versión del “Dirty Work” de Steely Dan que está en su YouTube es canela fina.  Además, para redondear la jugada, celebró la publicación de “Faraway Nearby” versionando en sus redes sociales el inmortal “Blue” de Jayhawks.

Imposible no quererla, pero está claro que hay cientos de artistas con referencias parecidas que no despegan. No es el caso de Julia, que ha publicado un segundo álbum exquisito. Según la propia artista, el nuevo disco toma como inspiración a artistas como Fleetwood Mac, Midlake, Francoise Hardy, Bruce Springsteen o Nick Drake. Sincero y preciosista, su folk-pop ensoñador encuentra su belleza en los pequeños detalles dejando grandes momentos durante todo el disco con himnos que parecen llegados de otra época.

La canción que abre el álbum, «Top of the World», se sostiene sobre un esqueleto de piano que crece hasta acabar transformándose en un perfecto soft rock setentero de gran belleza. Steely Dan podrían haber firmado algo así en su mejor momento. Como los americanos, no hay ninguna nota que no tenga su propósito. “Mirrors” es un himno pop con un piano épico que funciona como elemento de escape en una canción de huida. “Hope That I” es una de esas canciones que solo se explican desde su origen. Suecia es tierra de melodías desde que ABBA mostró el camino de toda una nación. Qué fácil parece y que difícil es hacer una canción así.

“Forever Changes Around” es un recuerdo del deseo de amor adolescente (“A veces la vida te supera/¿Me aceptarás como soy?”). Una preciosa canción que nos recuerda por qué Julia se declara fan del mejor pop francés. La sombra de Joni Mitchell planea en «Cul de Sac Summer», otra canción de angustia juvenil ante un verano fallido al que no se le ve el final. Los compases inmortales de batería del “Five Years” de David Bowie marcan el ritmo de “Moodswings”, posiblemente la joya más deslumbraste del disco, con una melancolía muy propia de artistas como Françoise Hardy. Una de las mejores canciones publicadas en 2024. La referencia a la novela de Carson McMullers (“el corazón es un cazador solitario”) demuestra que esta chica también tiene buen gusto en lo literario.

El tema homónimo vuelve al folk rock clásico, aunque curiosamente los arreglos recuerdan a los del gran Lester Snell, el genio de Stax Records. Mientras, “All That I Have” vuelve a ese sonido sesentero que tan bien le sale. Todo, desde la melodía hasta el solo de guitarra suenan a la era dorada del pop. “Hold It On The Line” es una balada setentera a lo Fleetwood Mac acerca de la confusión que deja la traición por parte de un amigo. “End Of The World” es la última canción. En ella, una tormenta de cuerdas lleva el sonido hacia un country soul melancólico, aunque todo acaba con una última estrofa en la que, acompañada solo de su acústica, deja un rayo de esperanza.

Como conclusión, podemos recordar a Joan Didion (una referencia clave para Julia). Ella dijo que nuestras personas y nuestras obras favoritas a veces lo son no por ninguna virtud inherente, sino porque ilustran algo profundo. Ese es el misterio que se esconde dentro de estas canciones en apariencia sencillas pero que saben robarnos el corazón en cada escucha. Otra muestra más del talento que hay en estos momentos en la escena escandinava.

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