Hay ciudades que después de una visita tienes una sensación de acogida tan cálida, que cuando te subes al avión de vuelta a casa y valoras lo que has visto, sientes que podrías vivir allí porque lo tienen todo. En el ‘Stad’ (nombre con el que sus habitantes conocen a esta pequeña ciudad holandesa), se podría decir que ocurre algo parecido, un aparente nivel de vida medio alto, un educación y amabilidad de su gente acordes a la categoría y prestigio de la Universidad que lleva su nombre, una apuesta cultural impropia de un sitio de apenas un cuarto de millón de habitantes. Y el TakeRoot. Sí, el Take Root que celebró su edición número 26 este pasado 2 de noviembre en De Oosterpoort, en la ciudad holandesa de Groningen.
Si te enseñaran un cartel en el que figura una artista que con su voz, el gospel y el Rhythm & Blues, parece abrirse paso entre la maleza, el lodo y la esperanza como Kyshona, donde su alma, voz y habitan en sus canciones de la misma manera que habita en los espíritus de su legado, y ellos en los de ella. Kyshona nos transportó a muchos rincones y recovecos del legado de la música norteamericana, apoyado bajo ese brillo e intensa voz imponente donde nos tuvo a todos en sus manos en su particular iglesia, mientras que en otra sala puedes optar por los hermanos Miles (Wayne Graham) y esa atmósfera que recuerda en ocasiones a aquella banda de Chicago liderada por Jeff Twedy, o la apuesta delicada de la australiana Jessica Pratt y su voz que parece colgarse del techo como un susurro, o Jesper Lindell, el músico ‘no americano’ que llegó del norte de Europa pero bien podía haberlo hecho desde los Apalaches, o los Country Westerns y su cantante y líder Joseph Plunket, y su manera de escupir las letras como si fueran las últimas que fuera a cantar en toda su vida o las maravillosas Mary Gauthier y Jaimee Harris contándonos historias de dolor, carreteras, alegría, John Prine, Willie Nelson, redención, fuerza, energía. Dos mujeres que nos dejaron literalmente pegado en nuestros asientos asientos, como ya lo hicieran en el 2022 y que tienen más rocanrol que muchas estafas de siete músicos.
Si en medio de todo el jolgorio encontraras ‘espacios delicados’, que apuesta por el folk más puro, en el que los artistas apenas se acompañan de una guitarra y del respetuoso silencio del respetable, y pudieras flotar con Muireann Bradley y esa vuelta al blues clásico, o la noruega Louien, para dar paso a cosa más potentes para cerrar la velada como un funky soul que te haga sentir que no puedes parar de moverte con Fantastic Negrito, o la solemnidad Americana de Uncle Lucius y ese olor a banda grande. Y si te dijeran que existe una suerte de sótano en el que en vez de recuerdos se guardan promesas y realidades como Early James o Jack Browning. Si te presentaran todo esto en un espacio de apenas ocho horas, ¿en qué ciudad lo situarías? Groningen se encarga cada año en recordarnos que con esfuerzo, dedicación, y cuidando los detalles, te puedes alejar de la mediocridad y abrazar la calidad que sitúan al TakeRoot como el mejor festival de Americana de Europa…
EVAN DANDO
Ya nos habían hablado de que el ex Lemonheads no estaba en su mejor momento y lo demostró ampliamente. Con aspecto de haber tenido una pelea esa misma tarde, flojo de voz y no muy fino a la guitarra -se le caía la púa cada dos canciones al suelo-, nos ofreció un recital bastante inconexo y carente de toda emoción (salvo la que parecía llevar él en su interior).
El repertorio, muy curioso. Clásicos de Lemonheads mezclados con un abanico heterodoxo de covers. Por ejemplo, un medley que unió “Different Drum” de Linda Rondstad con “I Love You” de los Ramones.
Tras ser avisado de que su tiempo había terminado, siguió tocando hasta que la regidora tuvo que interrumpirle en mitad de una canción y decirle que ya estaba bien. Todos se lo agradecimos.
COUNTRY WESTERNS
La banda liderada por Joey Plunkett ni es country ni es western, lo suyo está más cerca del rock de los Replacements o el country punk de Slobberbone. Está claro que el espíritu forajido del country está en sus venas, pero el rock & roll y el punk forman parte de su ADN.
Plunket desgarra su voz en cada canción, como si fuera la última de su vida, dotando cada acorde y cada solo de alma y urgencia.
Y, lo más importante: sabe construir canciones llenas de melodías a partir de un presunto caos de percusiones resonantes, líneas de bajo supersónicas y mucha distorsión.
Sonaron prácticamente todos los temas de sus dos discos, destacando “TV Lights”, “Anytime” o “Speaking Ill Of The Blues”. Pequeños himnos de nuestro tiempo respaldados en formato power trío junto a dos músicos fantásticos.
KYSHONA
Veníamos avisados de que esta chica tenía algo especial y sobre el escenario lo demostró. Unas grandes canciones que defendió junto a su dominio de la guitarra rítmica y la compañía de Ellen Angélico, una reputada músico de sesión de Nashville (Brandy Clark, Adeem The Artist, …). Muchos mensajes durante su actuación impregnados de blues y gospel, que sonaba como si Mavis estuviera sentada con The Band.
Kyshona Armstrong perfeccionó su técnica en el hospital psiquiátrico estatal, no como reclusa, sino como profesora. Amplió sus habilidades curativas musicales en las cárceles y también en las escuelas, trabajando con niños diagnosticados con trastornos de conducta emocional. Kyshona es tu receta única que sólo funciona si la escuchas.
El concierto presentó casi la totalidad de su primer y único disco, basado en la historia de su familia y en el que hay canciones compuestas junto a grandes compositores de Nashville como Caroline Spence (“The Echo” y Aarón Lee Tasjan (“What´s In A Name”). Si hubiera traído banda completa quizás estaríamos hablando del mejor concierto del festival.
WAYNE GRAHAM
Les tocó también abrir el festival a los Wayne Graham, banda de los hermanos y coautores Kenny y Hayden Miles. Originarios de Whitesburg, Kentucky.
Desde los poderosos Apalaches, Wayne Graham nos presentó su más que reciente álbum «Bastion» donde este sensacional cuarteto nos voló la cabeza ampliando aún más su ya fascinante paleta de americana, deadhead y ruido wilcoesco, apoyado siempre bajo letras sobre el bebercio, la diversión, etc.
Ese maravilloso cóctel de odio, racismo y patriotismo pervertido mezclado por populistas de derecha y evangélicos radicales bajo improvisaciones fluidas por parte de cuatro músicos excepcionales. Muy a tenerlos en cuenta próximamente.
WILD RIVERS
Los canadienses no eran una de nuestras prioridades porque en disco nos dejan un poco fríos. Quizás si hubiéramos sabido que el nick de Khal Yassein en Instagram era “cortezthekiller”…
Llegamos justo mientras él y Andrew Oliver estaban en pleno duelo de guitarras antes de que Devan Glover empezara a cantar “What Kind Of Song”, tema que abre su reciente disco y aquello sonaba a puro rock californiano. Una banda joven y exquisita en un gran momento.
LOUIEN
Nuestra única excursión al pequeño y siempre abarrotado escenario Attic fue para ver a la noruega, una de las puntas de lanza del movimiento nordicana. Se presentó con dos de sus mejores amigos -músicos muy solventes, además- y consiguió crear un ambiente íntimo presentando canciones de todos sus discos, incluyendo alguna rareza como “Birds Of Different Feather”, outtake de su último disco. Como buena cantautora, aprovechó para hablarnos un poco de su vida y de su proceso compositivo. Y nos recordó, por supuesto, que “Please” nos sigue pareciendo una de las mejores canciones de este año. Sublime.
BIG STAR QUINTET
Fue una gozada ver a esta fenomenal pléyade de músicos como Jody Stephens junto a otros cuatro grandes fanáticos de Big Star que han estado involucrados en proyectos relacionados con Big Star durante mucho tiempo: Jon Auer (The Posies), Pat Sansone y John Stirratt (Wilco) y Chris Stamey (Los dB), celebrando el quincuagésimo aniversario del lanzamiento de «Radio City», el legendario segundo álbum de la influyente Big Star.
En otro universo, Big Star probablemente hubiera agotado todas las entradas en cualquier gira mundial, banda de Memphis que se convirtió en uno de los grupos de rock más influyentes de todos los tiempos, parecían estar justo donde se suponía que debían estar. Cada riff de guitarra y cada historia que nos contaban sobre cómo no solo eran fanáticos de las canciones de Big Star, sino que también sentían una gran admiración mutua. «Radio City» fue el último en contar con contribuciones del miembro fundador y cantante, compositor y guitarrista Chris Bell.
Para el momento del lanzamiento del álbum, Bell se había ido, cediendo así el dominio del sonido y el espíritu de la banda al también cantante, compositor y guitarrista Alex Chilton. Como tal, el sonido se volvió menos audible por la influencia de los Beatles y Led Zeppelin, pero más audible por The Byrds, The Beach Boys y otras influencias clave de Chilton. También se volvió más oscuro e introspectivo, quizás abriendo camino inadvertidamente a las grabaciones que luego se lanzarían por primera vez en 1978 como Sister Lovers .
Dejando todo eso de lado, la actuación del Big Star Quintet en el TakeRoot fue un tributo repleto de estrellas, en el que el único miembro superviviente, Jody Stephens. Imagínate a mediados de los 70’s un disco que contiene la riqueza melódica del pop de los Beach Boys tocado con la potencia de una banda de hard rock. En un momento en el que todas las bandas del mainstream querían alejarse o ignorar, en todo caso el aspecto melódico de una canción como aporte principal, Alex Chilton y compañía desempolvaron los oldies y dieron rienda suelta a su amor por la belleza de una buena canción pop de verdad, sin pretensiones. Una delicatesen de concierto los Big Star Quintet.
JACK BROWNING
El concierto del londinense Jack Browning para presentarnos su más reciente debut «Red Eye Radio», nos llevó al sótano del TakeRoot a un viaje fascinante a través del rico tapiz de la música americana, western y blues, sólo él y su guitarra donde nos abrió a todos en una abarrotada sala una puerta a un mundo de narración y exploración sonora.
Cada canción era un capítulo distinto de una novela musical, en la que la voz y la composición de Browning eran las protagonistas.
Su maravillosa voz, a menudo comparada con la profundidad grave con los grandes añadía una capa de autenticidad a las narrativas. Otro descubrimiento maravilloso el del británico.
JESSICA PRATT
Jessica apareció con su melena rubia platino, para asaltar nuestros corazones como si un fantasma lleno de nostalgia quisiera darnos un abrazo fuerte pero amable. Su banda ofreció un acompañamiento mínimo, especialmente el batería, presentado de manera exacta como “ocassional drummer”.
Eso sí, el sonido que consiguieron fue de 10 mientras Pratt, con los ojos cerrados casi todo el tiempo se presentaba misteriosa, proporcionando al público una experiencia verdaderamente fascinante. Su estilo vocal es encantador pero también misterioso, y sabe manejar muchos registros, llevándonos desde los tugurios de New Orleans a la playa de Copacabana, pasando por el jazz de New York y el pop de cámara sesentero.
“This Time Around” abrió el concierto con su mantra de dos acordes, recorriendo lo mejor de todos sus discos en una experiencia para el recuerdo que cerró con “Fare Thee Well”, dejándonos el concierto más elegante de todo el festival. A destacar la clase de Nico Leibman al bajo y la guitarra.
TYLER RAMSEY
El ex Band of Horses dio un concierto muy austero. Ha reducido su banda al mínimo, y eso repercute en el sonido de las canciones.
Está claro que Tyler es un fantástico escritor, algo que demostró sobradamente en la presentación de uno de los discos que más hemos disfrutado en este año “Lost New Ages”.
Reivindicó su papel en los Horses tocando “Everything’s Gonna Be Undone” y nos recordó a Neal Casal con “Flare” en el día en el que el desaparecido guitarrista hubiera cumplido 56 años.
JESPER LINDELL & THE BRUNNSVIK SOUNDS
Pudimos comprobar nuevamente como está de fenomenal Jesper Lindell junto a fenomenal banda los Brunnsvik Sounds, haciendo uno de los mejores conciertos del TakeRoot Festival.
Una apisonadora los suecos como esos sonidos que provienen del Muscle Shoals, Stax Horns, la influencia de The Band su garganta, letras y música de raíz americana al otro lado del atlántico.
No se pierdan la gira de Jesper Lindell por nuestro país que comienza este próximo 11 de noviembre en Bilbao.
EARLY JAMES
De nuevo en el sótano del TakeRoot y con un lleno hasta la bandera, Early James, con una nueva imágen, ofreció un conciertazo como mandas los cánones de la Americana. Desde el comienzo vimos que estábamos ante un bolo grande junto a sus otros dos componentes.
Early es uno de los vocalistas más grandes del momento. Su fuerte tonalidad nunca flaquea, impresiona y se apoderó por completo de toda la sala. Sonó como alguien realmente veterano, con una templanza y poso que no son de este mundo, encajando a la perfección con el espíritu de su música.
Con un repertorio basado en sus dos fantásticos LPs, y sus dos más recientes adelantos de nuevo disco, creó un ambiente familiar e íntimo, demostrando que sabe cómo manejar un escenario. Hay algo en su sonido que se siente tallado en piedra, como si fuera de otro tiempo.
Nada usual en la escena del Americana. De lo poco que pudimos ver. Fantástico Early James.
MARY GAUTHIER
La de New Orleans está celebra cuando los 25 años de ”Drag Queens in Limousines”, el disco con el que confirmó su magisterio y la puso en el altar de las mejores cantautoras americanas.
El que no haya llegado más alto es una incógnita -que seguramente se explique por su condición sexual- en una industria que sigue siendo complicada para quien se sale de las reglas. Un recital fantástico en el que comentó las canciones, hablo de resilencia, de superar adicciones, de relaciones fallidas y del amor que siente por Jamiee Harris que le acompañó en todo momento e, incluso, tuvo protagonismo al cantar una de sus canciones, “How Could Be Gone”.
El mayor momento de comunión con el público del festival tuvo lugar con su “Another Train”, coreado por todos los asistentes.
Las colas formadas en el puesto de merchandising después del concierto era el termómetro perfecto para afirmar que fue una de las grandes triunfadoras de esta edición. Nos pidió que hagamos lo posible por traerla a España, así que esperemos que algún promotor se anime. Es una apuesta segura.
JENNY DON’T & THE SPURS
Corriendo para ver a los de Oregón, Jenny Don’t y los Spurs tenían puesto patas arriba el escenrio del pasillo del TakeRoot con esa mezcla de cowpunk, rockabilly, country clásico y honky tonk presentando su nuevo álbum «Broken Hearted Blue«, lanzado en junio.
Nos gustó esa manera de tocar a lo The Gun Club, The Johnnys y Jason & the Scorchers a lo Wanda Jackson, Link Wray, Duanne Eddy con un inconfundible tono western. Actitud y crudeza de Jenny Don’t y los Spurs donde el country y el western se dieron la mano esa noche. Los Spurs se remontaron un poco más a los sonidos de ritmo rápido de los años 50 y 60, para hacer bailar allí a los presentes. ¡Twangtásticos!
GIANT SAND
Tuvimos la noche anterior de conversar un poco con Howe Gelb sobre su música, España y demás. En esta ocasión Giant Sand venía acompañado para el TakeRoot festival por su hija de Gelb, Patsy, el bajista Brian Lopez, el batería Tommy Larkins, en otro tiempo de Jonathan Richman.
Actuación de Giant Sand con su habitual ejercicio de sonidos y estilos musicales experimentales, y melodías. Un caleidoscopio de sonidos con canciones que se fusionan sin problemas incluso cuando cambian de un estado de ánimo y estilo a otro, pero aún está anclado en la composición más tradicional de Howe.
Su variedad es alucinante, y va desde el indie rock potente, jazz y ritmos latinos, influencias lounge y electrónica, todo enterrado entre la americana polvorienta incluyendo versiones de «Femme Fatale» de la Velvet Underground y clásico de la segunda guerra mundial de Vera Lynn «We Meet Again».
LA LOM, Los Angeles League of Musicians
Con muy poco tiempo para verlos nos pasamos por el sótano, abarrotadísima para ver a Los Angeles League of Musicians, o más conocida como LA LOM avasallando por completo a su público repleto con nada más que batería, guitarra y bajo, ofreciendo una de las mejores actuaciones y más hipnóticas del TakeRoot Festival.
Su guitarrista Zac Sokolow, el bajista Jake Faulkner y el percusionista Nicholas Baker sintetizaron una multitud de influencias de las diásporas musicales de Estados Unidos, México y Sudamérica, mezclando cumbia, salsa, música folk peruana y colombiana y el twang de Bakersfield bañado por el sol en una mezcla totalmente embriagadora.
HURRAY FOR THE RIFF RAFF
La gran decepción de la noche. Llegados desde el otro lado del océano para la única fecha europea del otoño, desde el comienzo vimos que Alynda no estaba cómoda, ya que tenía grandes problemas con el sonido de su guitarra.
Esa medio sonrisa con el que observaba todo nos hacía pensar lo peor y así fue. Al ver que aquello no se arreglaba decidió hacer un show de compromiso muy por debajo de lo que nos acostumbra. El concierto se salvó gracias al buen hacer de su guitarrista Johnny Wilson.
Para colmo, cuando se empezaron a solucionar los problemas ya había decidido que no era el día, así que tras una espectacular versión de ”Ogalalla” la banda se retiró sin haber completado el set list que tenían preparado. Mal sabor de boca para lo que debería haber sido el concierto estrella de la noche.
DALTON MILLS
Nos dirigimos unos minutos para ver en el desván del festival TakeRoot a Dalton Mills que presentaba su nuevo disco lanzado este año «Good place to hide«. Segundo trabajo del de Kentucky que presentó apoyado bajo una guitarra acústica, despojaría su sonido lleno de historias fantásticas, magia, puras y hermosas. Dalton Mills ofreció una mezcla equilibrada de folk y country con un lirismo poético increíble que ofrece una amplia variedad de estados de ánimo.
FANTASTIC NEGRITO
Fantastic Negrito llegaron a Groningen presentando su último disco «Son of a Broken Man». ¡Los de Oakland en el Frisco, un vedaval en directo! El ganador de tres premios Grammy ofreció una actuación impagable. Venas de cuello hinchadas e intensidad apabullante.
Otra de nuestras actuaciones favoritas del festival con esa mezcla perfecta de blues, rock, soul, gospel, country, poesía y un montón de funk. El Sr. Xavier Amin Dphrepaulezz (apellido inventado, al parecer), no es un músico común y corriente.
Parece una mezcla entre Ray Dorset de Mungo Jerry mezclado con un toque de Sly Stone/Prince/Hendrix con ese vestuario setentero a juego mientras sus músicos parece raperos.
Sus canciones pasan por múltiples desvíos estilísticos con facilidad, mientras que la voz de Negrito varía enormemente y la mayoría de las letras están lejos de ser indescifrables, pero es en vivo, directo y expresivo.
Es una bola de energía que no deja de explotar. Su actuación en el TakeRoot Festival fue pura diversión sin adulterar. Un showman nato. Tremenda banda trae a nuestro país a partir de este próximo 20 de noviembre en Barcelona.
UNCLE LUCIUS
La banda defendió el honor de la escena de Austin con un concierto absolutamente fantástico lleno de grandes canciones ejecutadas con maestría por un elenco de músicos virtuosos encabezados por el cantante Kevin Galloway.
Un tipo dotado de una voz fantástica ideal para interpretar esas canciones que beben de todos los estilos más profundos de América, desde el blues hasta la Creedence, con especial atención al rock texano.
Uno de los momentos más emocionantes del festival fue su interpretación de “Keep the Wolves Away”, una de esas canciones que valen por toda una carrera.
STEPHEN WILSON Jr.
Ojo también con Stephen Wilson Jr., sorprendente, áspero, potente y oscuro, donde el crisol de comparaciones e influencias se extendió por todas partes en esta pasada edición del TakeRoot Festival. Stephen Wilson Jr., nos transportó a las montañas y los valles del medio oeste rural. Aquello fue una estruendosa explosión guitarra y pedal steel con Wilson gritando a todo pulmón según lo exigía la canción como un poseso.
Deconstruyó el «hillbilly» para recuperarlo de su uso actual como una especie de insulto. Un dato: Siempre usa su nombre completo para decirle al público «Mi nombre es Stephen Wilson Jr, soy el hijo de mi padre». Es Stephen con una ‘ph’, como su padre, que recibió su nombre en honor a San Esteban, que fue apedreado hasta la muerte. «Creo que mi padre fue apedreado cuando yo nací, así que parece que se cierra el círculo».
Wilson canalizó ese sábado noche en Groningen todo ese espíritu rebelde a lo Johnny Cash dentro de su personalidad rural y pentecostal, pero con esa capacidad de llegar a las emociones más profundas del público de una manera cuidadosa y mesurada en un momento y luego arrancarles la cara con una guitarra incendiaria al siguiente es lo que hace de este artista una de las voces más interesantes y únicas que han surgido del sur de Estados Unidos en esta generación.
«Søn of dad«, fue uno de los mejores discos del año pasado y Stephen Wilson Jr. será muy grande más pronto que tarde. ¡Estad atentos!
Consolidado después de 26 ediciones del TakeRoot festival en Groningen como uno de los mejores festivales pequeños (si no el mejor) de la escena de la Americana y música de raíces. Brillantes a la hora de ofrecer una sensacional lista de artistas y cartel muy variado. Fueron 24 nombres repartidos en 6 salas. Una prefiesta el día anterior en la emblemática sala Vera con Evan Dando y Country Westerns.
Esa variedad en el cartel cada año también significa que parece atraer a un público que está decidido a apreciar la música y cuyo único objetivo es pasar un buen rato en un gigantesco y único recinto De Oosterpoort donde se estuvo a nada de batir el record de asistencia logrado hace dos años.
Para terminar, varias pegas. Es imperdonable que espectáculos como los de Fantastic Negrito, Uncle Lucious y Stephen Wilson Jr sufran el siempre temido solape de horarios. No puede ser. Un espectáculo como el que ofrece el músico de Massachusetts simplemente no te lo puedes perder, y ya puestos, otorgarle el escenario que su actuación merece. Lo mismo para la fantástica banda de Austin, en otro registro claro está, sin olvidarnos del músico de Indiana, Stephen Wilson Jr., a este último hubo algunos que ni tan siquiera pudieron disfrutar de uno de los artistas llamados a marcar tendencias en un futuro no muy lejano.
Una vez más, TakeRoot festival 2024 nos ofreció un fin de semana de música muy especial y tenía mucho que recomendar: organizadores dedicados y hábiles, todo lo relacionado con gastronomía y bares: fantástico, un público uniformemente encantador, amigable, conocedor y relajado y un entorno absolutamente maravilloso. Por problemas de logística y prioridades, muy a nuestro pesar, no pudimos asistir a los conciertos de Iron & Wine, John Paul White y Abe Partridge. El TakeRoot logró un triunfo. ¡que llegue el próximo!
Texto: Javier Casamor, Patricio González Machín y Carlos Pérez Báez. Fotos: Javier Casamor, Patricio González Machín, Javier Mcallan y Carlos Pérez Báez. Vídeos: Carlos P. Báez.
Dale al playlist con diferentes actuaciones del TakeRoot Festival 2024:
Crónica de la pasada edición del TakeRoot festival 2023:
TakeRoot 2023, salvado por la clase media
