En la fría noche del 20 de noviembre, el escenario del Wizink Center se envolvió en una penumbra y en una atmósfera llena de intimidad.
Cigarettes After Sex, la banda que ha hecho de la simpleza un arte, apareció bajo un halo de luces blancas, al son de los suaves acordes de ‘X’s’.
Greg González, con su voz única y vulnerable, cantaba sobre amores efímeros y recuerdos llenos de nostalgia, estableciendo así un sentimiento de calma casi tangible en el público. La destreza de Jacob Tomsky en la batería y el talento de Randall Miller en el bajo, terminó por añadir esa melancolía característica del sonido de la banda, y a su vez, formando una conexión única con la audiencia.
El setlist, una selección de temas como ‘Nothing’s Gonna Hurt You Baby’, ‘K.’ y si estelar single ‘Apocalypse’, se sintió como un sueño que ningún espectador quería abandonar.
El cierre con ‘Opera House’ fue un momento mágico. Los últimos acordes dejaron en el aire una paz y armonía, que fueron rápidamente interrumpidas por los sonoros aplausos del público.
Fue una noche sencilla, pero muy especial. Cigarettes After Sex no solo ofreció un espectáculo, sino una experiencia introspectiva que nunca será olvidada por los presentes.
Texto Sofía Pinedo y fotos Sofía Pinedo y vídeo Eduardo Pinedo.