India Ramey lanzó este pasado verano «Baptized By The Blaze» ,quinto álbum empoderador de la cantante, en el que se deshace del trauma que la había perseguido desde que vio a su padre abusar de su madre cuando era niña.
Durante años, Ramey intentó sobrellevar la situación trabajando como fiscal de casos de violencia doméstica, pero se volcó a la música cuando esa carrera se vino abajo en 2009, cuando ya tenía en sus manos su primer álbum, «Junkyard Angel» . A pesar de todo el dolor que le infligió su padre, dice que sus primeros recuerdos musicales fueron con él. Su padre era un tipo muy malo, según India. Nunca le dio nada, excepto su amor por la música country poniéndole música en su casa.
«Baptized By The Blaze» traza un viaje de empoderamiento y recuperación que seguramente brindará fuerza y una banda sonora alegre y honky-tonk a cualquiera que esté dispuesto a escuchar. También es una prueba de que el mejor trabajo de Ramey no ha quedado atrás y que su renovado enfoque la ha preparado para un futuro brillante, a pesar de las cicatrices que alguna vez plagaron su pasado.
