Los angelinos Cave Flowers lanzaron este enero su segundo trabajo titulado «Western Spectre» tras su soberbio debut hace cuatro años con aquel disco homónimo.
El disco captura la esencia de la vida en la caótica belleza de la ciudad Los Angeles donde la evocadora voz de Andy McAllister, combinada con el rico trabajo de guitarra de Henry Derek Elis, crean un paisaje sonoro que es a la vez atractivo y auténtico, junto el bajo de Ben Coil, la batería Curtis Pettygrove, los teclados del ex GospelbeacH Jon Niemann y el invitado Jordan Walton al órgano y pedal steel.
Cave Flowers redoblan su apuesta por los rasgos líricos impetuosos, melodiosos a través de la voz ronca de Andy McAllister que a menudo recuerda a la de Ben Nichols y demuestran aquí una habilidad sobrenatural para envolver emociones complicadas y verdades incómodas en versos sin pretensiones que llegan al corazón del asunto, como muchas de las canciones que siguen, se precipita hacia grandes clímax.
La munición que Andy McAllister utilizó para sus canciones surgió de diversas fuentes: gente que vive al límite, una conversación a altas horas de la noche, la curación de un corazón roto que le dieron al compositor material para reflexionar con el rock de fondo que nunca pierde el equilibrio de principio a fin. Al igual que The Replacements, Lucero o decenas de predecesores, ese enfoque de Cave Flowers hacia la melodía y composición, junto con una variedad completa de influencias, produce un disco como este.