La californiana Olvia Wolf debutó hace una semana con «Silver Rounds». Olivia siempre ha tenido la música en el alma. Fue a través del amor de su abuelo por el bluegrass cuando comenzó a encontrar su camino.
Tocando en bandas en el norte de California, comenzó a escribir sus propias canciones. Dos semanas antes del día de su boda, Olivia Wolf perdió al amor de su vida. Lo que siguió fue un dolor inimaginable y una montaña rusa de emociones que canalizó en diez canciones íntimas, delicadas y angustiantes, coescritas por solo cuatro compositores.
La música fue la única salvación que tenía el poder de curarla. A lo largo de este viaje, descubrió su sonido único, inspirado en la naturaleza, infundido con espiritualidad, emoción cruda y una sensación de renovación, que refleja su camino desde la angustia hasta el resurgimiento.
Las canciones de Olivia resuenan con una verdad universal: en medio de los desafíos de la vida, la belleza espera ser descubierta, y la música sirve como puente hacia esa belleza. Entre la luz y la oscuridad, Olivia Wolf ha encontrado el hueco y se precipita hacia él con gran emoción esta cantante country a pesar de su registro emerge cierta frialdad, muestra muchísima fuerza.
Producido y compuesto junto por Sean McConnell (Brittney Spencer, Ashley McBryde, Amythyst Kiah) grabó su debut junto a músicos del calibre de Billy Justineau (Eric Church, Lainey Wilson, Luke Combs) a los teclados y percusión, Sam Berce a la guitarra (Tanya Tucker, Colby Acuff), Justin Tocket (Leyla McCalla, Randy Rogers Band) albajo, Logan Todd (Allman Brothers Band, Marshall Tucker Band) a la batería, Lillie Mae a los coros y violín y Taylor McCall al banjo y guitarra.