«Crazy Arms», es el cuarto álbum de Pigeon Pit lanzado este mes de enero donde el líder Lomes Oleander le canta al amor aunque estemos jodidos representados en una docena de canciones de momentos de belleza en las armonías a través de esa maravillosa mezcla de punk, country, y bluegrass.
Recordemos que el desposorio misterioso entre el country y el punk se consagró por primera vez a finales de la década de los 70 y principios de los 80 con bandas como Rosie and the Screamers o The Gun Club, donde grupos más aventureros comenzaron a elegir elementos de géneros aparentemente dispares y a encontrar puntos en común con cada uno de ellos, creando un híbrido que todavía existe hoy en día.
Originarios de la Washington en la costa oeste, Pigeon Pi se centran en el presente, en ese trasfondo de fascismo global en ascenso e inteligencia artificial enfrentándose a la realidad, la banda se centra en cómo mantener la cordura y seguir amando y divirtiéndose en estos días cada vez más oscuros.
Ya nos habían llamado la atención hace tres años con aquel «Feather River Canyon Blues» donde elementos espirituales de Violent Femmes, Old 97s o Social Distortion se acrecienta bajo esas voces trémulas y coros extravagantes, obteniendo esa sensación de estar un extraño y viejo garito de un pueblo pequeño obteniendo un sonido más expansivo en todo el álbum de folk-punk.