Dave Murphy edita «A Heart So Rare». Todas las canciones del disco han sido escritas por Dave y grabadas en el studio de Brooklyn Joe´s Garage. También se hizo cargo de la producción, junto a Chris Tarrow. Además de ellos, colaboran en el disco músicos tan reputados como el batería Shawn Pelton (Sheryl Crow, Bob Dylan, Bruce Springsteen), el bajista Richard Hammond (Joan Osborne), el pianista Rob Clores (Jesse Malin, Charli XCX, Lucinda Williams) o Mark Erelli. El ya séptimo disco de Murphy es una reflexión sincera y sin miedo sobre la falibilidad humana, el amor perdido, la transición y la aceptación.
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Murphy, de New Jersey, ha compartido escenarios con gente como Steve Forbert, Suzanne Vega, Alejandro Escovedo o Jimmie Dale Gilmore. Ha sido reconocido una y otra vez por su excepcional capacidad narrativa a través de las canciones, que le han valido numerosos reconocimientos. Como siempre, el álbum está lleno de joyas perfectamente escritas e interpretadas. No hay material de relleno como en tantos discos. Cada una de las canciones vale su peso en oro. Su carrera comenzó de adolescente tocando versiones de Neil Young y, desde entonces, siempre ha estado grabando discos con mayor o menor fortuna, salvo un paréntesis hace 20 años, cuando tuvo que centrarse en superar un cáncer.
“Nací en Nueva Jersey y en todos los discos toco con gente de allí. Bruce Springsteen a veces es un poco embarazoso, pero siempre será mejor que Jon Bon Jovi o Billy Joel. Pero es casi como si Springsteen te estuviera vigilando todo, para asegurarse de que tu música viene del corazón”.
El disco comienza con el pegadizo «October Skies”, una canción introspectiva y donde destaca el sonido de una Rickenbacker de doce cuerdas y un excelente solo de guitarra que recuerda a The Jayhawks. El country folk «Josephine» presenta la historia de un hombre que reconoce el final de una relación No es más que el reflejo del divorcio de Murphy en la vida real. El acordeón melancólico de Pelton da el toque perfecto a una gran pieza. «After the Hurricane» se acerca al pub rock mientras explora las consecuencias y la devastación de un matrimonio fallido. La triste y apasionada «Strawberry Red» tiene un aire de cantautor un poco a lo Elvis Costello y contiene los versos que dan título al disco: «Strawberry se ha ido / no se quedó mucho tiempo / dijo que siempre será libre / no estaba preparado / para un corazón tan raro».
La oscura y alternativa country “Planet of Pain II” (junto a Mark Erelli) reflexiona sobre el concepto del sufrimiento humano y es una regrabación de una de las canciones de su ya lejano debut, hace dos décadas. Lo mismo que “I Wish I Could Tell You”, balada de folk-rock mística la contención malsana de los sentimientos. Murphy expresa el deseo de decirle a un amante lo que hay en lo más profundo de su ser, pero en última instancia no puede pronunciar las palabras. La sencilla “If I Could Fly” tiene un espíritu muy John Prine. Con unos maravillosos licks de guitarra, nos invita a aceptar nuestra propia mortalidad, dando la bienvenida a los misterios que la vida nos ofrece.
“Take a Ride with Me” es una road song con un tono de country soul oscuro y seductor. La canción es una petición: “Oye, chica: date un paseo conmigo / Arriésgate, arriésgate y verás”. El excepcional solo de órgano gospel de Caldwell, seguido del solo de guitarra barítono de Tarrow, la convierten en una melodía hecha para el amor. Otro rescate de viejas canciones llega con “Red”. Escrita tras el 11-S, es un tratado sobre los miedos a la guerra. El álbum termina con el folk de «One More Time», en la que Murphy y Erelli tocan suavemente la guitarra y cantan armonías. Una historia de esperanza que te hace sentir como si estuvieras viendo a un trovador solitario y envejecido caminando hacia un cruce de caminos.