The Delines lanzan su nuevo disco, “Mr. Luck And Ms. Doom”. Cuarto trabajo de una de nuestras bandas favoritas de los últimos tiempos. Atemporales, precisos y literarios, nunca nos han fallado. En este disco tenemos a Amy Boone (voces), Cory Gray (teclados, trompeta), Sean Oldham (batería), Freddy Trujillo (bajo) y el nunca suficientemente ponderado Willy Vlautin (guitarras, coros). El disco ha sido grabado en los estudios Bocce de Vancouver (Washington). Produce John Morgan Askew y edita Decor Records.
Escucha “Mr. Luck And Ms. Doom” de The Delines aquí:
The Delines tienen tantas historias que contar… Incluso su propia formación esconde una historia que podría haberse convertido en canción. Willy Vlautin, entonces en Richmond Fontaine, escuchó a Amy Boone cuando estaba en The Damnations y quedó totalmente embobado con su maravilloso estilo. Tanto que estuvo un año escribiéndole canciones para ella en secreto. Teniendo en cuenta que Willy es un consumado escritor (siete novelas, tres llevadas al cine, una traducida al castellano), no podía salir mal. Y así fue. Amy quedó impresionada y empezaron a cantar juntos.
Pero esta historia todavía pudo tener un final trágico. Después de editar “Colfax” (2014), un coche se llevó por delante a Amy. Nueve operaciones en las piernas, aprender a caminar de nuevo, dejar los calmantes… Willy la estuvo esperando cinco años. Cuando giraron presentando “The Imperial”, Amy se ayudaba con un bastón pero encima del escenario emocionaba como pocas cantantes de su generación. Y el pasado viernes, en otro acto de amor por la música, editaban su esperadísimo nuevo trabajo.
The Delines no se apartan de su camino. Cuando la fórmula funciona, ¿para qué cambiar? La banda es excelente y sabe llenar de matices cada canción y Amy Boone podría cautivarnos leyendo la lista de la compra del Mercadona. Pero es que, además, las historias que escribe Willy Vautlin, llenas de metáforas y giros, son extraordinarias. Música que podría sonar en antros de mala muerte, pero que está llena de elegancia. Nadie hace discos como estos ya, en que la belleza de la música convive con historias desoladoras, en la tradición del jazz clásico. Un disco para saborear despacio. Con las letras delante y una copa, para saborearlo de manera adecuada; con calma y con hondura.
El disco, como siempre, está lleno de pequeñas novelas cortas llenas de perdedores. Solitarios o enamorados, sus personajes viven al filo de la navaja. Ladrones, adictos, encarcelados, sin un dólar en el bolsillo, … Tanta tragedia hizo que Amy le pidiera a Willy una canción más optimista y él escribió “Mr Luck & Ms Doom”. La canción, que abre y titula el disco, es una pequeña historia de amor. Mr. Luck, es un criminal fracasado; Ms. Doom, criada deprimida de un millonario. Dos perdedores que se conocen por casualidad y, juntos, son moderadamente felices. “Él siempre la salva de su ruina autoinfligida/ Ella guarda su dinero y pone las reglas/ mientras usan todos los colchones de todas las habitaciones”.
Ya lo dijo Raymond Carver, “los sueños son aquello de lo que te despiertas”, así que la felicidad dura poco. “Her Ponyboy” es desoladora. Con el habitual country/soul de la banda, cuenta la historia de una pareja que se conoce en la adolescencia y va dando tumbos por todo el país. Trabajos basura, jeringuillas en el brazo y viajes en trenes de mercancías en busca de una vida mejor. Pero no llega. Al final de la canción, ella “Sonrió sin dientes y me mostró una foto de ellos junto a un coche averiado”.
“Left Hook Like Frazier”, con un ritmo mucho más acelerado, casi festivo; tampoco cuenta una historia feliz. Una pobre chica se enamora primero de un tipo que “parecía peligroso y lo era” y luego de otro que “La besaba de arriba abajo toda la noche y era divertido/ Cuando la aguja no estaba en su brazo”. Y que sigue enamorándose, más adelante, de un hombre casado. Nunca tienes el corazón suficientemente roto, se puede romper todavía más.
Charles Bukowsky hubiera disfrutado con estos personajes que hubieran podido vivir en cualquiera de sus escritos. “Sitting On The Curb” es la historia de una mujer que ve su casa arder sabiendo que su marido está dentro con su amante. «Lo que tardamos años en construir /puede derribarse con una sola cerilla». Las siguientes nos presentan a gente que no puede encajar en su mundo. En “There’s Nothing Down The Highway”, una chica escapa de todos los sitios sin saber que, de donde quiere huir en realidad, es de sí misma. En “Don’t Miss Your Bus Lorraine”, la protagonista, tras pasar años encarcelada, está completamente desorientada. ¿La marihuana es legal? ¿En serio no la contrata nadie si ya ha pagado por sus delitos? “The Haunting Thougths” cuenta lo difícil que es rehabilitarse psicológicamente tras una mala vida en medio de tentaciones por todos lados.
“Nancy & The Pensacola Pimp” narra la historia de Nancy y su proxeneta cocainómano, con un final con regusto amargo. Él es asesinado, pero ella tampoco se queda en muy buena compañía. “Maureen’s Gone Missing” cuenta la desaparición de una chavala tras quedarse con el dinero de una venta de estupefacientes. «JP and Me» es una balada que narra el verano de una pandilla de perdedores sin mucho que hacer, salvo bañarse y beber día tras día. El disco, tan lleno de narrativa, se cierra paradójicamente con un pequeño tema, «Don’t Go Into That House», que simplemente dice una y otra vez a Lorraine que no entre en esa casa. Suponemos que es la protagonista de una de las canciones anteriores. ¿será que tras esa puerta se esconde algo que le hará perder de nuevo las riendas de su vida?