Steve’n’Seagulls dejaron muy claro que no siempre una versión es igual a copia. Los fineses repartieron diversión y buena música a partes iguales.
Parece mentira lo bien que sientan esos conciertos sin apenas expectativas, sin promesas de que va a ser el concierto del año… Diversión por mera diversión. Ni más ni menos. Eso es lo que ofrecen los finlandeses Steve‘n’Seagulls en sus directos. Tras su imagen de hillbillies paletos sacados de una granja, se esconde un grupo de buenos músicos con mucho gusto por los clásicos del hard-rock y el heavy metal. Tras su actuación en Rock Imperium y un buen uso de las redes, llegó a darse una gran entrada en Salamandra. Y eso que el día acompañaba muy poco. Pero ni el frío ni la lluvia impidieron que la sala se llenara de gente con ganas de disfrutar.
A las nueve de la noche salieron puntuales tomando posiciones. Petos tejanos, gorros de zorro disecado, un theremin camuflado tras el disfraz de un gato… Clichés básicos de la visión que tenemos de la cultura redneck más recóndita. Y todo un repertorio de instrumentos relacionados con el bluegrass y el country. Y la fiesta comenzó con “Black Dog” de Led Zeppelin con banjo, mandolina, contrabajo y guitarra que sirvió para comprobar que Steve’n’Seagulls son algo más que una broma de buen gusto.
No se limitan a hacer un calco de las originales con otros instrumentos. Además añaden y arreglan partes con mucho acierto. A una “Perfect Strangers” ligeramente acelerada, y con cierto aroma ruso por culpa de ese acordeón, le dan un aire festivo al tema. Y es que ese va a ser el ambiente que los fineses quieren crear. No es un concierto es una fiesta donde homenajear a las bandas con las que han debido crecer. Los australianos AC/DC fueron los siguientes en ver uno de sus temas modificados. Además del viral “Thunderstruck”, con el que cerraron el repertorio, también tocaron una divertida y casi tex mex “Moneytalks” y “You Shook Me All Night Long”.
Era inevitable acordarse de todos tus amigos cada vez que Steve’n’Seagulls empezaban alguno de los temas. Iron Maiden fue otra de las bandas que tuvo doble representación con “The Trooper” y unos curiosos arreglos, y el gran final de fiesta con “Run To The Hills”. A su favor juega el hecho de que por mucho nuevo arreglo, los estribillos son tan coreables como en sus originales. Así que la diversión está servida cuando puedes participar en un gran karaoke como el que nos ofrecieron en Salamandra.
Pero como no solo de versiones viven los grupos, también nos dejaron algunos de sus temas propios. “Ghost Town”, “Sweet Maria” y “The Signals From the Past” fueron las tres muestras de sus canciones. Composiciones sencillas y correctas para oxigenar el repertorio de versiones pero lo cierto es que nadie se acordará de ellas el dia después de sus conciertos. Y es que es muy difícil competir con un cancionero que incluye “Self Esteem” (The Offspring), una curiosa “Symphony Of Destruction” (Megadeth) o “More Than A Feeling” (Boston). Ni siquiera Motley Crue se escapó de ser versionado siendo su batería el que tomara la voz en “Kickstart My Heart”. Un Skubu que por cierto llevaba un look que me recordaba a Neil Peart, aunque no sonó nada del trío canadiense.
No faltaron los solos de cada uno de los miembros de Steve’n’Seagulls dejando claro que tras esa fachada hay buenos músicos. Los clásicos seguían sonando uno tras otro. “Carry On Wayward Son” de Kansas y “Over The Hills And Far Away” de Gary Moore fueron de los mejores momentos de la noche. Y como versiones más sorprendentes me quedaría con “Too Much Love Will Kill You” de Queen/Brian May y “Don’t Fear The Reaper” de Blue Öyster Cult. Para esta última, Till Hiltunen comenzó el tema acompañándose de dos botellas de cerveza y una de vino llenas de líquido a modo de improvisada flauta de pan.
Con un repertorio como ese, y además ejecutado a gran nivel es muy difícil que salgas descontento de un concierto. Queda saber si el chicle se podrá estirar lo suficiente como para que se prolongue su éxito en el tiempo. Mientras tanto, lo mejor que se puede hacer es pedir otra cerveza y unirse con las voces a estos fineses que lo único que pretenden es que lo pasemos bien. Y doy fe de que Steve’n’Seagulls lo consigue.
Fotos: Desi Estévez