Sin fuegos, en el más pequeño de los recintos de la gira pero con todo el elenco y la intensidad de sus conciertos, Avantasia dejó otra noche más para el recuerdo en Razzmatazz.
En esta vida hay conciertos que cambian vidas y los hay que pretenden hacerlo sin conseguirlo. Promociones que te venden un directo como si fuera la experiencia de tu vida a un precio al límite de la hipoteca. Y después están los que no buscan más que la diversión y hacer que te olvides de lo que pasa fuera de las cuatro paredes de una sala durante un rato. Tobias Sammet lo tuvo muy claro cuando arrancó su proyecto Avantasia allá por el 2000. en su mente consiguió las proporciones perfectas para mezclar la teatralidad de los shows de Alice Cooper, la épica de las composiciones de Steinman / Meat Loaf y la potencia del power metal alemán. En esta ocasión han sido los dragones los protagonistas de su nueva aventura. “Here Be Dragons” es el disco con el que vino a hacernos disfrutar de una tarde llena de grandes composiciones.
La temprana hora de apertura no fue excusa para que la sala pintara a ser la caldera que es cuando se llena. Y como detalle, ver como parte del montaje quedaba fuera de la sala, dejaba claro que la producción era enorme. El mismo Tobias confirmó avanzado el concierto que Razzmatazz es la menor de las salas que pisarán en su tour, y que no pudieron usar los cañones de fuego que tenían. Si no conocéis Avantasia ya podéis intuir que la palabra exceso es la más cercana para definir su modus operandi. Sus conciertos tienen una duración cercana a las tres horas y en cada gira acaban pasando al menos una docena de músicos por el escenario.
Desde su inicio, por el proyecto ha pasado casi todo el mundo de la escena metal ya sea por el estudio o acompañando en las giras a Tobias Sammet. Para esta ocasión los cantantes invitados serían los habituales Eric Martin (Mr. Big) y Ronnie Atkins (Pretty Maids) y se añadieron los actuales vocalistas de Kamelot y H.E.A.T, Tommy Karevik y Kenny Lekremo respectivamente. Además de ellos, Chiara Tricarico, Adrien Cowan y Herbie Langhans completaban todos los registros vocales de los que disfrutamos esa noche. No faltó la mano derecha compositiva de Tobias, como es Sascha Paeth que mostró el discreto pero buen gusto con las seis cuerdas. La segunda guitarra de Arne Weigang, el bajista Andre Neygenfind y los teclados de Michael Rodenberg y la batería de Felix Bohnke formaban el resto de Avantasia.
Tras el telón sobre el que se proyectaba el nombre de la banda, un montaje que recordaba a la entrada de una burtoniana cementerio. Puntuales al horario establecido, el primero de los seis temas de “Here Be Dragons” que sonaría esa noche. “Creepshow” sonó directa y efectiva para calentar el ambiente con Tobias como único protagonista vocal. Siguió “Reach Out For The Light” y fue Adrien Cowen quien compartiría las voces protagonistas. Por veces que vea a la banda siempre me impresiona la potencia vocal de la cantante, capaz de pasar de agudos punzantes a profundos guturales sin perder ni la sonrisa. Viendo como el público coreaba los dos primeros temas estaba claro que Razzmatazz iba a ser pura diversión.
Tras una entusiasta presentación, una nueva visita al reciente trabajo. La primera aparición de Tommy Karevik resulta impactante por su presencia escénica y su técnica. Compartió voces con Tobias en “The Witch” desmontando de un plumazo a quien pensaría que el show por no contar con las voces del pasado se iba a resentir. A punto de meterse en el típico jardín geopolítico haciendo broma sobre Cataluña, presentó “Devil in Belfry” un tema de “The Scarecrow” rescatado para esta gira por primera vez. Esta vez fue Herbie Langhans el que abandonó su lugar de corista para compartir protagonismo vocal con Sammet. El cantante alemán además sabe bien cómo manejar los tempos y el humor entre canciones. Contó al público que el secreto para que una banda siga sacando discos es que cuando los presenten reciban una respuesta entusiasta en los directos.
Como pasó con “Phantasmagoria”, en la que Ronnie Atkins tuvo su primera aparición, y para la que Sammet tuvo momentos en los que su tono recordaba al de Bruce Dickinson. Algo que resultaba curioso que lo hiciera después de nombrar a Iron Maiden en la presentación. Un guiño a una de las bandas que también ha influido en Avantasia. Turno para Eric Martin sobre el que cayó en esta ocasión mucha más presencia. La dulce “What ‘s Left On Me” y “Dying For an Angel” sirvieron para comprobar que ambos solistas solo difieren en su estilo vocal, pero sobre el escenario son igual de desenfadados.
Llegó un último bloque protagonizado por “Here Be Dragons” con tres temas del mismo. Comenzó con “Against The World” y la primera aparición de un explosivo Kenny Leckremo, que si no fuera por lo musculado recordaba a la estética de Dickinson de los ochenta. Le siguió la que da título al disco con Karevik ayudando en las voces de este largo y exigente tema. Cerró la terna “Avalon”, un tema de aires celtas donde Adriane Cowan volvió a tener su merecido protagonismo.
Otro largo tema con tintes épicos como es “Let The Storm Descend Upon You” fue el primero en contar con tres vocalistas sobre el escenario. Sammet, Atkins y Langhans se repartieron las líneas con perfecta coordinación y sobre el escenario se podía ver que los músicos lo pasaban tan bien como el público. Primer descanso para Sammet que dejó sobre el escenario a Atkins y Martin defendiendo “Promised Land”. Con una cartera de cantantes como la que había el show no baja de intensidad ni calidad aunque el líder se ausente. Su vuelta para “The Toy Master” con un bastón como pie de micro recordaba los guiños teatrales de Alice Cooper en vivo, aunque para mí esa referencia visual y estética a comparar será siempre con El Drogas.
Siguiendo los aires con olor a pirámide del anterior tema, fueron de nuevo Atkins y Martin los que defendieron “Twisted Mind” sin el menudo cantante alemán. Siguió ausente en “The Wicked Symphony” donde Leckremo y Karevik tomaron el protagonismo. Un descanso que se alargó con “Shelter From The Rain” donde la voz de Kamelot cedió su puesto a Langhans para que compartiera las voces con el cantante sueco de H.E.A.T.. La vuelta de Sammet al escenario, con foto con el público incluida, fue para entregar uno de los momentos mas intensos del show de Avantasia. Qué sería de estos conciertos sin una power ballad emocional con tintes casi sinfónicos… “Farewell” fue el gran momento de Chiara Tricarico con una intervención que dejó una excelente impresión.
Otro de los momentos más esperados por el público es “The Scarecrow” para la que Atkins volvió al escenario. Y con dos horas de concierto llegamos al final del repertorio con “Death Is Just a Feeling” tras la que el escenario quedó por primera vez vacío de músicos. Descanso que aprovecharon para sacar un piano de cola desde el que Tobias Sammet interpreta “Lucifer”. Y lo hizo no sin recordar que todo lo que se había escuchado esta noche en la sala era producto del ser humano, sin IA’s ni grabaciones ni playbacks. Y llegamos al gran final de la velada. El único número uno conseguido por la banda “Lost In Space” marcó un camino que llegó al clásico cierre con “Sign Of The Cross / The Seven Angels”. En ella se pudo ver al conjunto coral al completo, los trece músicos compartiendo la despedida en un momento único.
Casi tres horas de concierto que en ningún momento lo parecen, con un show dinámico en el que cada uno de los músicos dió lo mejor de sí mismo. La capacidad compositiva de Sammet es innegable. Tiene ese extraño don de crear temas tan épicos como coreables por el público y estribillos que se te clavan en la memoria. Los montajes que lleva Avantasia a sus espaldas ayudan a que sean igualmente atractivos a la vista. Y ese continuo baile de músicos sobre las tablas hacen que sea tan variado como entretenido. El cambio de cromos sirvió también para ver voces nuevas y refrescar un espectáculo que por veces que se repita siempre será diferente. Solo había que ver las caras del público… como niños en Disneyland, sólo que aquí vinieron buscando dragones.
Fotos: Desi Estévez