Tenía pendiente desde hacía mucho tiempo la tarea de disfrutar del explosivo directo de los Bellrays el pasado 25 de marzo en la madrileña sala El Sol. De hecho, desde que tuve conocimiento de la carismática Lisa Kekaula, cuando acompañó a MC5 junto a Dick Manitoba poniendo voz a sus canciones en aquella gira del 2005.
Al explosivo directo de los de Riverside hay que acudir con las pilas bien cargadas ya que, una vez empiezan, no te van a dejar un minuto de sosiego.
De hecho, arrancaron el concierto con su tema “On top”, es decir, por todo lo alto. A continuación, la banda abordó varias canciones de su nuevo disco Heavy Steady Go! Tres palabras que terminaron convirtiéndose en un mantra repetido una y otra vez a lo largo de la noche, cada vez con más energía.
La banda liderada por Lisa Kekaula y su marido, Bob Vennum, lleva 35 años incendiando (de forma figurada, por supuesto) los escenarios con su rock and roll high energy, y desde que visitaron España por primera vez hace más de veinte, se quedaron fascinados con el calor del público español. Así lo dejaron claro durante la noche “Cada vez que vengo, me siento como en casa” sentenció en varias ocasiones Kekaula ante la audiencia. Patente queda, ya que nos visitan con frecuencia.
De ese disco de estudio que hace el número 13 en su discografía, gestado a fuego lento en el espacio de cuatro años, nos presentaron varias piezas como I fall down, Hard drive, Wolf’s sun o la poderosa One more night. Si bien Heavy Steady Go! copó la primera parte del concierto, no se olvidaron de sacar a relucir otros de sus clásicos como Black Lightning, Voodoo Train o I can’t hide.
Aparte de las imponentes figuras de Kekaula y Vennum sobre el escenario, destacó sobremanera la eficaz base rítmica, llamando mucho la atención la poderosa batería de Craig S. Waters, que por momentos te daba por imaginar que se le iban a escapar las baquetas por golpearla con tanta fuerza.
Tras un espectáculo digno de ver y escuchar, lleno de saltos, sudor, incursiones de los músicos por la zona del público y tres gloriosos bises… conseguimos sobrevivir al terremoto de los Bellrays.
Fotos Isabela Roldán.