Liz Longley edita su nuevo disco, “New Life”, el mejor trabajo de su carrera. Grabado en el estudio The Smoakstack de Nashville, con su productor habitual Paul Moak. La base rítmica es espectacular: Tony Lucido (bajo) y Fred Eltringham (batería). Liz se encarga de las guitarras y es el propio Moak el que se encarga del resto de instrumentos. Edita Tone Tree Records.
Escucha “New Life” de Liz Longley aquí:
Liz Longley siempre había recurrido a canciones de desamor, siendo reconocida por su pop/folk melancólico. Su gran éxito llegó con “Funeral For My Past”, que llegó tras dejar Sugar Hill Records con una campaña de crowfounding muy exitosa. Recaudó cuatro veces más de lo necesario, lo que hizo que pudiera contar con cotizados músicos de sesión (prácticamente los mismos que en su nuevo disco). Un trabajo que no pudo promocionar debido al Covid y que llegó justo antes de un importante cambio de vida: se casó y tuvo una hija.
«Bromeo diciendo que me forjé una carrera escribiendo canciones sobre mi desastrosa vida amorosa. Ahora que mi vida es estable, tenía mucha curiosidad: ¿De dónde saldrán las canciones ahora?».
Longley es otra ex alumna de la prestigiosa Berklee School of Music, en la cual se especializó en Canto y Composición. Joni Mitchell fue la máxima influencia que le impulsó a convertirse en música profesional. Una de las grandes características de Liz es su fantástica voz, que le hace destacar incluso en una ciudad tan competitiva como Nashville. Es inexplicable que no sea todavía una estrella, muchos han triunfado con mucho menos talento que ella.
En su séptimo álbum, las temáticas cambian radicalmente: maternidad, matrimonio, amistad y evolución personal son las temáticas que destacan. Comienza con “More Than Ever”, sobre los confusos sentimientos que trae consigo la maternidad, con un sonido que recuerda a los discos de Emmylou Harris con Daniel Lanois. «Wake You Up» es una sorpresa: una canción descaradamente pop. Nunca se había atrevido a hacer algo así, un himno a la felicidad si más. Le sigue “Mistery”, acerca del misterio de la vida cotidiana, con un sonido cercano a Sheryl Crow, otra de sus referencias.
Mitad bossa nova mitad chanson, «Start Again» es una de las grandes canciones del año. Perfectamente cantada, es magia y pasión, como la de sus protagonistas, amantes que añoran la pasión del inicio. “No quiero vivir una vida/ Sin la clase de magia que solíamos tener/ Sigo siendo quien te da todo lo que quieres”. El sorprendente solo a lo Link Wray del final no hace más que darle todavía una mayor grandeza. Una canción escrita hace años con Isaac Fox y que considera hermana de «Torture», que aparecía en “Funeral For My Past”.
“So Good” se acerca al heartland rock, con Brandi Carlile e incluso John Mellencamp como posibles referencias. Una buena elección como primer single. “In a Mood» comienza con unas guitarras muy Tom Petty para evolucionar a un sonido que se acerca al country pop en una canción donde se burla de un antiguo amante que no responde a las indirectas. Completamente diferente es la fantástica “The Last One”. Reflexiva y sobria, lamenta la pérdida de una amistad ante la incomprensión de las nuevas prioridades que exige la maternidad. Otra de las joyas del disco.
«100x» es un himno a las rupturas difíciles. “Me has roto el corazón cien veces. Lo he reparado noventa y nueve veces. Pero esta es la última vez que mi corazón se ha desangrado”. Real como la vida misma, «Different Lover» aborda la dinámica cambiante en las relaciones al llegar grandes canbios. Cuando te conviertes en madre, el bebé es la prioridad, pero ¿cómo encontrar tiempo para la pareja? El disco encara su recta final con «New Life», que reflexiona a ritmo de folk pop sobre el futuro incierto que aguarda a su pequeña. «Traje nueva vida a un planeta moribundo / una costa a un mar de pánico”. Para cerrar, «Can’t Get Enough», encantadora balada que celebra toda la vida que nos queda por delante.
“Escribí esto para mi hija McKenna. Quería que tuviera una canción que hablara de todas las pequeñas cosas que embellecen la vida, para que pudiera escucharla en sus días más difíciles. Desde «el mejor perro que has tenido» hasta «una canción que te libera del nudo del alma». Hay cosas de las que nunca te cansas”.
«New Life» es fundamentalmente una reflexión sobre la maternidad, pero también una impactante instantánea de los desafíos universales y la búsqueda de lo que importa de verdad en la vida. Para ella, ese es el objetivo final de muchas canciones: “Espero que lleguen a quienes las necesitan». Escuchar a Liz siempre es una delicia. Su voz es de las mejores de Nashville y sus canciones siempre están por encima del notable. Quién sabe si algún día llegará el reconocimiento que merece y lleguen a todo aquel que las necesite. Seguro que hará que su vida será un poquito mejor.