Mike Farris y Julián Maeso en el MAZ Festival en Basauri

El MAZ Festival de la localidad vizcaína de Basauri celebraba este 2015 su cuarta edición, recorriendo pasito a pasito su camino para abrirse un merecido lugar entre los mejores festivales del estado a base de una cuidada selección de artistas, una organización fenomenal y unos precios en las entradas y en las consumiciones al alcance de muchos bolsillos en estos duros momentos que nos está tocando vivir. Este año han desfilado por el escenario del Social Antzokia y la carpa urbana nombres como Los Coronas, Burning, Ruper Ordorika, Freedonia, The Excitements, Audience, The Weapons, Tulsa, Los Brazos o The Highlights; y la jornada de clausura supuso un gran broche de oro hasta el año que viene con las actuaciones del ex The Sunday Drivers y el pelotazo del de Nashville en su única fecha en Europa.

Mike Farris es uno de los grandes cantantes de los últimos años. Un tipo dotado con una garganta de oro que puede mirar de tú a tú sin ruborizarse a colosos como Otis Redding o Sam Cooke. Un músico apasionado por AC/DC o The Cult, pero además embrujado por el soul, el góspel o las melodías sureñas tamizadas por el rock´n´roll más eléctrico. Un hombre atormentado en su pasado personal también. Una adolescencia marcada por el divorcio de sus padres, el abuso continuado del alcohol y las drogas, y una sobredosis antes de cumplir los 21 años no le impidieron formar en 1990 una de las bandas más grandes que ha dado Estados Unidos en el último cuarto de siglo.

Mike Farris en el MAZ Festival 2015.4

Seguro que algunos de los que estais leyendo estas líneas no habéis escuchado nunca a The Screamin´ Cheetah Wheelies…bien, si ese es el caso mi recomendación es que pongáis remedio a ello en el menor tiempo posible. Un grupo predestinado a jugar en las grandes ligas, pero que aparece en la década equivocada, con el Grunge arrasando la industria desde sus cimientos. Consagrados al Southern Boogie Rock en la onda de los Allman, los Crowes, Black Oak Arkansas o Skynyrd, los Wheelies eran un artefacto irresistible mezcla entre el classic arena rock y los combos más jam. Empezaron muy arriba con su brillante álbum de debut homónimo en 1994, se salieron de la clasificación con “Magnolia” (1996), y bajaron un poco el nivel con “Big Wheel” (1998), un disco excelente también pese al proceso de autodestrucción en el que se encontraba inmersa la banda desde sus inicios por las adicciones de su vocalista. Cualquier aficionado a la música con buen gusto debería tener “Magnolia” en su discoteca… ese LP es una epopeya absolutamente épica del mejor rock que ha parido el país de las barras y las estrellas, una colección de canciones superlativas que te van atrapando poco a poco hasta el tuétano, propulsadas por un Farris en estado de gracia durante los 55 minutos 22 segundos de la grabación. El típico disco que te acompaña toda la vida. Del mismo modo que Pearl Jam nunca volverán a grabar otro “Ten”, UFO otro «Strangers In The Night», o los cuervos negros nunca volverán a tocar el cielo como hicieron con “The Southern Harmony And Musical Companion”, los SCW sabían que ese cd era insuperable y marcaba el cénit de su carrera de forma inevitable.

Antes de desaparecer nos dejaron también el «Live Volumes 1 & 2», un apabullante doble en vivo editado de manera totalmente independiente y grabado el 12 de febrero del 2000 en el 328 Performance Hall de Nashville, que recoge prácticamente en su totalidad sus dos primeros discos interpretados en su secuencia original; y en el año 2002 «Shakin´ The Blues», otro directo cubriendo toda su carrera y que supuso su punto final. Maldecí el día que la banda se extinguió, al ser consciente de que la posibilidad de verlos en vivo algún día se esfumaba de forma inevitable…

… Hasta el 14 de febrero del año 2004, cuando de manera totalmente imprevista Mike volvía a dar señales de vida con su primer disco en solitario «Goodnight Sun» (2002), y se embarcaba en una gira hispana acompañado sólo de su guitarra acústica, que aquel día pasó por la sala Azkena de Bilbao, dejándonos a todos los allí presentes bañados en babas con su exhibición vocal y con los nervios a flor de piel tras anunciar durante el concierto el retorno de los Wheelies para unos meses después en el Azkena Rock de Vitoria, en un show que algunos no olvidaremos jamás y que para mucha gente permanece en el recuerdo como el mejor de todas las ediciones del festival. Personalmente recuerdo aquel concierto con la misma emoción que cuando Angus & company casi tiran abajo San Mamés a base de cañonazos. Parecía que una segunda oportunidad para la banda era posible con la edición del Ep «Ten Miles High» (2005), pero lo que no sabíamos es que en aquella visita gasteiztarra Farris seguía muy enfermo y la banda igual de rota por dentro que cuatro años atrás, así que su concierto alavés se convertiría en la única actuación europea en toda la carrera del grupo.

El resto de la historia es conocida… Farris abandona sus excesos tras descubrir a Dios, se refugia en la religión y reorienta su carrera hacia el gospel y el soul publicando «Salvation In Lights» (2007), «Shout! Live» (2009) junto a The Roseland Rhythm Revue, «The Night The Cumberland Came Alive» (2010), y este «Shine For All The People» (2014) con el que ha ganado el Grammy de este año. Partiendo de la base de que ese premio se lo suelen conceder a algunas de las mayores escorias que pululan por la escena musical, es de agradecer que nuestro protagonista haya obtenido un poco de repercusión comercial con él. Parece que su camino no tiene vuelta atrás, pero algunos todavía albergamos la esperanza de que deje el cristianismo de los cojones algún día y vuelva al rock´n´roll, que es de donde no debería haberse ido jamás.

Julián Maeso MAZ Festival

La noche arrancó con Julián Maeso, ex componente de la banda de indie-pop toledana, de la que no puedo comentaros nada porque -como decían Barón Rojo, mi rollo es el rock-. No he escuchado nada de su carrera en solitario, pero ante las buenas crónicas previas espero disfrutar el show. Presenta su segundo disco «One Way Ticket To Saturn« acompañado de Pere Mallén a la guitarra, Paco Cerezo al bajo, Gonzalo Maestre a los tambores, y Verónica Ferreiro y Carolina García a los coros. Maeso toca Hammond y guitarra ocasional, y su propuesta se mueve por los mismos parámetros de Farris, con algún toque funk también. Abrieron bien para mi gusto con «Will You Be Free?» o «It´s Been A Hard Day», ante el alborozo del personal, pero a partir de entonces los 90 minutos fueron claramente cuesta abajo. A uno le queda la sensación de que pretende demostrar que puede abarcarlo todo, sea blues, soul, gospel, rock, psicodelia… para acabar quedándose a medias. Siguieron con temas como «Leave It In Time», «Men & Ladies», «Who Needs What», “Someday Maybe Someday”, «Get Ready Get Strong» o “I Must Have Been Dreaming”, todo tocado con muy buen gusto y con mucha pulcritud, pero yo no conecté nada con su actuación y ésta se me hizo bastante aburrida por momentos. Su versión del «Wild Horses» a lo Leon Russell no me hizo hervir la sangre, y el «A Change Is Gonna Come» de Sam Cooke les vino muy grande a mi entender. Lo peor de su show fueron las versiones sin duda. A la gente su concierto le pareció sobresaliente, mientras que para mí es un artista un poco sobrevalorado, la verdad.

Llega la hora… vamos a presenciar «An Evening With Mike Farris Performing Rock &Soul Classics», como anunciaba la organización, con nuestro protagonista comandando una banda formada por músicos de la escena local que llevaban casi una semana ensayando con él el setlist preparado para el concierto. Reconozco que temía un poco el tufillo verbenero de la apuesta, pero el resultado fue cuando menos espectacular. Los elegidos fueron Álvaro Segovia en la guitarra, Jokin Salaverría al bajo, Nacho Beltrán batería, Álex Blasco a los teclados, la sección de viento formada por Willy García al saxo, Gorka Carralero en la trompeta y Aratz Díez al trombón, junto a Sara Íñiguez y Judith López en los coros. Era palpable que había tensión y responsabilidad sobre las tablas, pero todos salieron airosos y la cosa funcionó. La actuación fue soberbia.

Mike Farris en el MAZ Festival 2015.1

Las luces se apagaron, la música comenzó a sonar, se abrió el telón y la ceremonia comenzó al ritmo del «Hold On, I´m Coming» de Sam & Dave, mientras los metales metían la directa y Farris aparecía bailando ataviado con sombrero vaquero y casaca militar estilo guerra de secesión americana. La cosa promete porque el repertorio es un misterio, y a la previsible apertura le siguen las primeras sorpresas: un «Signed, Sealed, Delivered» del gran Stevie Wonder enlazado sin pausa con un acelerado «Bitch» de Jagger/Richards. Esto va a ser recorrido de dos horas y cuarto por la mejor música de todos los tiempos.

Siguen con «The Weight» de The Band, mano a mano con Sara, y la audiencia se pone patas arriba… uno esperaría un tema de ese calibre en los bises, pero aquí están disparando artillería pesada nada más empezar la batalla, y lo demuestran con la versión del «Maybe I’m Amazed» de los Wings de Linda y Paul McCartney. El buen rollo domina el escenario, la banda se lo está pasando de puta madre y Farris no para quieto ni un segundo en su faceta showman, caminando el escenario de aquí para allá, saltando, pateando el suelo, aplaudiendo y jaleando a sus músicos para dar lo mejor de sí mismos. Él lleva el control de la situación en todo momento y el concierto derivará hacia lo que él quiera… Y su voz amiguetes, el cabronazo canta lo que le pongan por delante sin pestañear, y siempre tienes la sensación de que lo hace sin apenas esfuerzo. Un vocalista de los que ya no quedan, como demostró llevando a su terreno el «Will It Go Round In Circles» de Billy Preston. Me encantaron estos dos temas, pero aquí es donde el show bajó levemente el nivel antes de remontar de manera exponencial con “I Don’t Need No Doctor” de Ray Charles –aunque en mi mente esa canción siempre será de Humble Pie-, una sofocante “Ain’t No Sunshine” de Bill Withers, y el punto álgido hasta ese momento con una espectacular “I’d Rather Go Blind” de Etta James donde Mike lo dio todo sacando la vertiente más salvaje de sus cuerdas vocales a pasear.

Mike Farris en el MAZ Festival 2015.5

El espíritu de Joe Cocker se apoderó de nosotros con la revisión de “Space Captain”… el “I’m A Man” de Spencer Davis Group sonó con mucho sentimiento… y algunos se pusieron muy cachondos con el “Into the Mystic” de Van Morrison, pero yo nunca he sido muy fan del de Belfast, la verdad, aunque sí me puse palote con la exhibición de Farris y Judith en un “Proud Mary” pasado por el filtro Ike & Tina Turner, donde la sección de viento estuvo sensacional. Las siguientes serían un correcto “Jumpin’ Jack Flash” y el “Land Of A Thousand Dances” de Wilson Pickett, antes de colmarnos de placer a los hardcore fans de SCW presentes en la sala al salirse del guión y golpearnos muy duro con un medley en solitario a la guitarra compuesto por “Ride The Tide”, el estribillo de “Boogie King” y una tremenda “Gypsy Lullaby” que nos erizó el vello púbico a todos y que fue lo mejor del concierto sin discusión. A mí desde luego me dejó tiesa la médula espinal.

Tras dos horas muy intensas la parte principal terminó con una coreada “Helpless” de Neil Young y la mágica “Try A Little Tenderness” de Redding, mientras el señor Farris se retiraba del escenario como el boxeador que sabe que acaba de apalizar a hostias a su contrincante, pero a nosotros todavía nos queda un poco de fuelle, así que vuelve para noquearnos de manera definitiva con el «A Little Help From My Friends» y el «It’s A Long Way To The Top» de AC/DC, para el que invita a subir a las tablas a Asier Domínguez del grupo baracaldés Porco Bravo a tocar el riff con su Les Paul. Toda la banda se sitúa en primera línea del escenario acabando la canción mientras las luces se encienden, y Farris los deja solos allí para que reciban la merecida ovación mientras él abandona, ahora sí, puños en alto ante un teatro rendido. Que vuelva el año que viene, joder.

Texto de J. M. Martínez. Fotos de Koldo Orue.

Mike Farris en el MAZ Festival 2015.9

 

 

 

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