Desde Los Ángeles, con toda la carga hard-rockera de los años 80 y 90, llegaron a su segundo tour por España LITTLE CAESAR, banda “Guadiana” que apareció en los estertores de la música ochentena y comienzos del grunge, en 1987, para desaparecer cinco años después y resurgir en 2001. Vienen de la mano de la promotora Teenage Head Music y en la “Garaje” los pudimos disfrutar gracias a la impagable labor de Dani e Iván, o sea, Mad Men Rock, que nos traen a la zona de Alicante-Murcia los mejores bolos para amantes del rock and roll.
Quizá no sea muy acertado poner dos teloneros un jueves…pero los hubo. Entiendo que se da oportunidad a las bandas locales, pero la hora de terminar del bolo se hace muy cuesta arriba, sobre todo cuando te has desplazado desde fuera y al día siguiente te espera el curro…
Tras la actuación de ROOM 4 FIVE y COVERSIÓN, cerca de las doce de la noche aparecieron en el escenario Ron Young y sus huestes. Young es un tipo experimentado que, junto con el bajista que le acompaña, Pharoah Barrett, se ha curtido en mil bolos con su banda, pero también nada menos que con los FOUR HORSEMEN, grupo tan imprescindible en esto del rock como corta fue su existencia, y se le notan las tablas, sobre todo porque sabe llevar de maravilla el inexorable tema de la edad.
Sus movimientos son cadenciosos, nada exagerados, imbuidos del macarreo típico de los años 80. Su voz está perfectamente controlada: sabe que no puede lucirse con demasiados altos y los dosifica a la perfección, cantando con gusto e impecable voz. El ya mencionado Mr. Barrett es un buen bajista y un excelente contrapeso vocal para Young, haciendo coros en primera fila de modo magistral. En realidad, Ron contó nada menos que con tres apoyos vocales, ya que los guitarras también prestan su voz formando un eficiente conjunto.
En lo instrumental, la banda suena perfecta, “muy bien engrasada”, como se suele decir. Las incorporaciones de Barrett y Beare funcionan a pedir de boca con los “tradicionales” Ron Young, Loren Molinare y Tom Morris. Loren es el saltarín del grupo y no paró de animar al personal a brincar y bailar con cada guitarrazo que la banda soltaba a un respetable que en número cercano a las setenta y cinco personas se congregó para rockanrolear una noche de jueves. El sonido de la sala rozó la perfección: limpio, pero con ese tono afilado de las Gibson que siempre se agradece, con un potente bombo que se te mete entre pecho y espalda y con todos los instrumentos en su sitio, aunque en ocasiones eché de menos algo de volumen en la voz.
El setlist se compuso de un buen repaso a su carrera: Rock and Roll State of Mind, Dirty Water, Down and Dirty, American Dream, Rum and Coke, Real Rock Drive… son los temas que destaco; trallazos de rock directos a la cara del espectador. Por supuesto, no podía faltar la versión de ARETHA FRANKLIN que hicieran a finales de los 80, Chain of Fools, pasado por el tamiz eléctrico de las guitarras de Molinare y Beare.
Para calmar los ánimos, medios tiempos como In Your Arms y Redemption fueron el contrapeso perfecto a los temas más atronadores. Otra versión que incluyeron fue I Wish It Would Rain de los TEMPTATIONS.
Y finalmente, nada menos que cinco bises que, siendo sincero, se hicieron algo extensos, destacando Down to the Wire, que fue un buen cierre para una aprovechada velada de puro rock.
Nos despedimos con el sincero agradecimiento de Ron Young a un público entregado sin el que, según el frontman, ellos no son nada, y nos volvemos para casa contentos de poder disfrutar tan cerquita de bandas que conjugan entrega y veteranía… y que te dejan las pilas cargadas para afrontar el viernes con la necesaria pasión que requiere el comienzo del fin de semana.
¡Gran noche de real dirty rock and roll!
Texto Manuel Martínez Ferrándiz. Fotos de Emilio Pastor.
Emilio Pastor en flickr.