Anoche, en el Espacio Guimerá Música (EGM) de Santa Cruz de Tenerife, asistí al más reciente concierto de Pumuky, en un encuentro más de su gira de presentación de su último trabajo, «Justicia Poética» (Jabalina Music, 2015) y que los llevará al Primavera Sound en Barcelona y al Culturefest en Zaragoza, ambos festivales en el mes de junio.
Esta banda, con un recorrido más que consolidado, tiene un estilo particular, propio e identificable. Cuando en una obra se reconoce al artista -sea por el trazo, la técnica, el estilo, el contenido- quizás se pueda decir, de hecho se dice, que el artista ha trascendido. Exactamente ésto es lo que pasa con Pumuky; su estilo se distingue cada vez más claramente y mejor. En este disco, en el concierto de anoche, se distinguen detalles, matices preciosistas, notas, sensaciones a algunos clásicos y a otros modernos; desde Eagles -inherente al subconsciente colectivo, supongo- en algunos riffs de guitarra (es un guiño), a Beach House -seguramente más intencionado- en ritmos, loops y vocales, pero todo desde una óptica propia y genuina. Ese sonido atmosférico, por crear atmósfera pero, también, en ocasiones, por combustión atmosférica, envuelve, acomoda y posiciona al espectador. Y de alguna manera, lo libera.
Anoche, recorriendo su Justicia Poética, conocimos a su nuevo bajista, el grancanario Guillermo González (Locutorio y Nada Hawk), perfecta y nítidamente acoplado al estilo, identificado el concepto, y complementando a los habituales Jaír Ramírez (voz, teclados, guitarra, efectos…), Noé Ramírez (guitarra, efectos), Adán Zeus (guitarra, percusión y efectos) y Jorge Lozano como habitual técnico de sonido y propiciando una audición confortable y plena del trabajo.
Para disfrutar de Pumuky he tenido que pasar por un pequeño aprendizaje, un proceso de noviciado que ha llegado a su fin. Me gusta Justicia Poética, aprecio la trayectoria de Pumuky, su entereza y saber hacer. Me gusta saberlos de un origen próximo y de una proyección tan internacional.
