Contando con la ventaja de que su actuación en Madrid cayera en sábado, The Black Lillies finalizaron gira por todo lo alto en un Fun House lleno de afortunados que presenciamos una exhibición magistral de lo mejor de la música de raíces americana. Tienen muy buenas canciones y saben sacarlas brillo en directo pero, sobre todo, como indica el tatuaje «soul» en el brazo de la vocalista Haley Cole: tienen mucha alma.
Pero antes de llegar a Tennessee, paramos un momento en Madrid sin perder del todo el sonido rock/folky/country que se expande desde el otro lado del charco. Elder Shaker son un cuarteto de la capital que presentaba en el 2016 su primer EP y, aunque unos cuantos los descubrimos esta noche, se nota que han sabido aprovechar su todavía corta trayectoria. Tienen suficientes tablas para desenvolverse con solvencia en el escenario, y sus canciones suenan sólidas, con influencias muy bien aprovechadas. Cayeron varias de su EP Luck (‘London’, ‘The End’, ‘Sigur’), otras como ‘Old Road’, ‘Have a Drink’ o ‘Leave Me Bleed’ y una versión de ‘Out On The Weekend’ de Neil Young.
A continuación, The Black Lillies apenas se hicieron esperar. El comienzo con ‘Midnight’ no pudo ser más rotundo. La voz de Cruz Contreras cantando «I never thought life would turn out this way» nos sumergía de golpe en historias de personajes desafortunados con destinos nefastos. ‘Two hearts down’ incluía alcohol, tiros y cárcel, completando las referencias básicas a la América profunda. En ‘The Fall’ y ‘Smokestack Lady’ podíamos empezar a disfrutar de los impresionantes duetos que se marcan Cruz y Haley: sus voces desprenden un feeling aplastante y se complementan a la perfección.
El liderazgo de Cruz es incuestionable. Sorprende que un grupo que ha pasado por numerosos cambios en la formación (Haley Cole se incorporó justo para esta gira europea), pueda sonar tan bien, tan tremendamente consistente. Entre ellos se percibe un entendimiento total.
Con cuatro álbumes hasta la fecha, su discografía, muy equilibrada, hace que el repertorio no pase por altibajos y se mantenga en auge constante. Por otro lado, aun perfectamente encuadrados dentro del sonido americana, la variedad de estilos con la que juegan contribuye a no resultar monótonos en ningún momento.
Se van sucediendo ‘Ruby’, ‘Peach Pickin’, ‘Bound to Roam’… Y llegados a este punto, hacen un pequeño paréntesis para tomarse unos chupitos y celebrar su última noche de gira. Después, continúan profundizando en su disco más reciente, Hard To Please: lamentamos los fracasos que nos amargan la vida con ‘That’s the Way It Goes Down’, salimos a bailar con ‘Dancin’ y rememoramos amores perdidos con ‘Desire’. De sus propias canciones nos llevan a otras que ya han hecho suyas como ‘Ramblin’ Boy’. Recorremos con ellos el camino de ‘Hard to Please’ a ‘Lonely’; del último disco al primero, articulando el ritmo de la actuación entre los temas más animados y los más lentos. ‘Mercy’ sienta a Cruz al teclado y su dueto con Haley vuelve a dejarnos hipnotizados. ‘Whiskey Angel’ daría paso a ‘Three in the Morning’, que resultaba muy buena elección para (no) acabar el concierto: imposible no pedirles más.
Para los bises se reservaban alguna sorpresa. Cruz y Haley volvían a unir sus voces, acompañadas sólo por la acústica de Cruz, en un tema nuevo: ‘Earthquake’. Si sirve para ofrecernos una pista sobre el próximo disco, sólo podemos deducir que será espectacular.
A continuación, el bajista Sam Quinn, que ya venía haciendo buen uso de su micrófono añadiéndose a los coros, tomaba la voz solista en una versión del ‘Never Tear Us Apart’ de INXS. Nos descuadró un poco que optara por ese grupo, pero después se decantarían por otro mucho más evidente con ‘Honky Tonk Women’. Y así, en modo fiestón/sábado noche, estos «Rolling Lillies» finalizaban su primera visita a Europa y se despedían rumbo a Knoxville, Tennessee (si es que les dejaron, porque no eran pocos los asistentes emocionados por la actuación que se acercaron a hablar con ellos después…).
Texto y fotos: CGM
