Metallica comenzaron este pasado sábado 3 de febrero en el Wizink Center de Madrid la primera de sus tres esperadas citas.
Expectación máxima para volver a ver a Metallica, atrás quedó la última vez que tuve oportunidad de verlos en aquel fenomenal Sonisphere 2012. Lejísimos queda aquel año 1988 donde en aquel Monsters of Rock de Pamplona, Metallica se comieron literalmente a Iron Maiden, que encabezaba el festival. Tres cuartos de lo mismo en 1991 en el Estadio Olimpico de Barcelona con los mismísimos AC/DC de cabeza de cartel, dejando sin aliento al público antes de salir los de Angus a escena. Y desde ahí hasta hoy siete veces mas, ya siempre como cabezas de cartel en festivales o en sus propias giras.
Los noruegos Kvelertak ya sonaban mientras accedíamos al recinto donde adivinamos el escenario situado en el centro. El sonido lógicamente no fue el adecuado pero nos calentaron para lo que todos esperábamos. Con una decena de minutos de retraso y sonando a todo trapo “It´s a Long Way to the Top (If you wanna Rock’ n Roll) de AC/DC comenzó el sagrado ritual con “The Ectasy of Gold” y las imágenes del western mítico proyectadas en unos cubos a modo de pantallas de televisión que subían y bajaban con proyecciones durante todo el concierto. Impactante cuanto menos y original, a la altura de la banda que después de 37 años de historia. Si bien han domesticado la fiereza de los primeros años (quien no) pues los años no pasan en balde, pero se ganan matices como los buenos vinos.
Tomó protagonismo su último disco “Hardwired…to Self Destruct” con siete temas incluidos en el set list que sinceramente sonaron y encajaron perfectamente. Comenzaron a carburar con “Harwired” y “Atlas Rise!”, subidón con “Seek & Destroy” a coro con todo el Wizink.
Saltó una sorpresa como “Leper Messiah” que fue asentando el sonido. Otro clásico “Welcome Home (Sanitarium)» dio paso al momento batucada a cuatro, “Now Trush We’re dead” y “Confusion” del último que seguimos con fervor. Con el público ya en el bolsillo, flipando con las decenas de cubos que subían y bajaban, cayó otro clásico como “For Whom the Bells Tolls” , el cuerpo pedía cerveza y mas temas.
“Halo on Fire” coreada por la peña que lleva un año con su entrada en mano machacando su estupendo ultimo álbum. Flipando nos quedamos cuando Robert Trujillo se acerca al micro y el y Kirk se marcan “Vamos muy bien” de Obús, lo nunca visto….
Sigue Trujillo con su pose arácnida y se marca un “Anesthesia” que nos trae a Burton a la memoria. “Die, Die My Darling” de Misfits con el recinto hecho una fiesta. Acordes de “Fuel” y fuego literal en el escenario donde un Lars Ulrich que estuvo prácticamente impecable en su batería giratoria como centro del averno. A saco ya con “Moth into Flame” efecto luciérnagas y charla de James, subieron a un chaval de 7 años con el que confraternizaron teniendo su momento que nunca olvidara.
Madrid, ¿queréis mas Heavy? masculló James y “Sad But True” nos atravesó como cuchillo la mantequilla. No faltó “One” y un “Master of Puppets” de manual, que grandes son, después de Led Zeppelin, Black Sabbath y Deep Purple la evolución y el relevo lógico son ellos, los cuatro jinetes. Sus tres primeros discos una trilogía sagrada para mí. Espíritu de lucha siempre antibelicista.
Se acaba el show y desaparecen entre el griterío general. Unos minutos, sabíamos que la cosa tocaba su fin. La traca final llego con “Spit Out the Bone” entre llamas y los cubos de las pantallas con la rojigualda……”Nothing Else Matters” y su momento móvil para algunos, para otros, bar…”Enter Sadman” nos llevó al fin tras dos horas y media, despedida de diez minutos con púas y baquetas por doquier y agradecimientos entre aplausos unánimes. Los cuatro jinetes nunca defraudan, en cada gira, cada concierto todos son únicos y especiales, el tiempo pasa pero Metallica ya tiene un capitulo escrito a fuego y vatios en la historia del Rock.
Fotos y vídeo por Jabier Rioboó.
