La pasada noche, Barcelona tuvo la gran fortuna de acoger a una de las mejores bandas de post-rock del mundo. Los irlandeses GOD IS AN ASTRONAUT. Cita ineludible para complacer a los amantes de la música con actuaciones de bandas de música realmente valiosas.
La banda instrumental se formó en 2002 y lanzó su primer álbum, ‘The End of the Beginning. El motivo de la visita era su noveno trabajo llamado “Epitaph”. Esta vea lanzado por Napalm Records. En el marco del concierto de Barcelona y además de temas favoritos como ‘From Dust to Beyond’ o ‘Forever Lost’, la banda presentó cortes nuevos como el homónimo del disco, “Mortal Coil” o “Medea”. Este álbum no es inferior en calidad y originalidad de sonido a los álbumes anteriores de esta banda. Al contrario, cada sonido es escrito y pensado para ser percibido bien adentro.
Hace tiempo que quería volver a e escuchar a esta maravillosa banda en vivo, después de su última visita dentro del festival AMFest en su edición del 2016. Y me quedé completamente satisfecho con lo que sentí esa noche. Muy a menudo los conciertos en vivo estropean la impresión sobre los artistas dejando el todo en manos de técnicos de sonido, luces o equipamiento de la sala. GIAA y todo su equipo cuida los detalles al milímetro y todo queda genialmente engarzado.
Dejar la mente en blanco y soñar
Todo está bajo control, y durante el concierto parece que cada miembro de la banda lleva a cabo su función separada estrictamente asignada para el brillante trabajo de «mecanismo espacial» sin ningún problema. Dejando atrás la escasa interactuación con el público que en este tipo de meticulosidad sonora no es imprescindible. Sino que para ellos es importante lo que está sucediendo y lo que están generando. En resumen, se trata de músicos talentosos que nos involucran en su mundo espacial de motivos ambientales, composiciones rítmicas brillantes y efectos de luz
Después de uno de los mejores momentos de la noche con “Suicide By Star” y tras “Centralia” la banda abandonó la escena. Pero después de solo un par de minutos regresaron con un fuerte aplauso de la audiencia y tocaron “Helios”.
De esta forma y entre aplausos y vítores empezaron a decir adiós a los fanáticos, estrechando la mano de casi todos los que estaban en la vanguardia. El baterista Lloyd Hanney compartió generosamente con la multitud sus baquetas.
Nunca es suficiente cuando GOD IS AN ASTRONAUT actúan y siempre quieres más. Ahora sólo queda esperar a su siguiente visita y mientras, seguir recordando el excelente concierto.