La cantante estadounidense Natalie Prass visita por segunda vez nuestro país para presentar su nuevo álbum, The future and the Past, con un único concierto a celebrar en la sala Galileo Galilei de Madrid, en el marco del ciclo Momentos Alhambra Música. La fecha señalada será el sábado 24 de noviembre a partir de las 21:00 horas.
Como muchos de los jóvenes talentos actuales, Natalie no empezó tocando en un garaje. Eligió una formación académica sólida, a través de programas como el de la Berklee College of Music (que abandonó después de un año, cansada de la vida en Boston) o el de la Middle Tennessee State University. En ésta última coincidió con gente como Sharon Van Etten o Julien Baker. Compañera de instituto de Matthew E. White, productor de sus discos, conoció la vida en la carretera formando parte de la banda de Jenny Lewis, en la que tocaba los teclados. A su vez, iba editando sus primeras grabaciones, los EPs Small & Sweet (2009) y Sense of Transcendence (2011), pequeños esbozos de lo que vendría después.
En 2015, ya instalada en Nashville, editó su primer y homónimo trabajo. Aclamado por publicaciones como Pitchfork, el disco presenta una colección irregular de canciones, aunque lleno de grandes momentos (My Baby Don´t Understand Me, Bird of Prey, Why Don’t You Believe in Me,… ) La producción elegante, en ocasiones rozando incluso la pomposidad, envuelve a los temas en una atmósfera especial, cercana al espíritu de la escena setentera de Laurel Canyon, muy reivindicada últimamente. Grabado tres años antes, cuando llegó la hora de defenderlo sobre el escenario, desprovisto de todo arreglo, el repertorio mutó en algo más eléctrico. Su primera visita a España, donde agotó entradas, demostró la clase de artista que era: un talento natural, elegante y espontáneo.
Tres años han pasado desde su debut y, en ocasiones, parece que Natalie quiera escapar del estereotipo de “chica guapísima que canta como los ángeles”. Algo complicado cuando esta definición le viene como anillo al dedo. Por ello, tras tener prácticamente listo un nuevo disco, la elección de Trump le hizo volver a empezar de nuevo y trabajar con una orientación más reivindicativa. Al final el contenido político del álbum tampoco es tan destacable, más allá del feminismo de Sisters o Far From You o el simbolismo utilizado en la imagen del álbum (homenaje a las sufragistas americanas). Otro disco irregular, exquisitamente producido, donde hay un (pequeño) paso hacia sonoridades más contemporáneas y donde vuelve a destacar, por encima de todo, la exuberancia vocal que posee.
En la cita madrileña, podemos esperar momentos de groove (la banda actual suena mucho más funky), momentos más íntimos (suele haber espacio para dos o tres canciones en solitario) y, tal vez, alguna de sus sorprendentes covers (ha revisitado a Supremes, Slayer, Simon & Garfunkel,…). Una cita imprescindible donde poder confirmar si, realmente, las comparaciones con gigantes como Dionne Warwick o Curtis Mayfield son acertadas. Y mientras seguimos esperando que saque el disco que la encumbre definitivamente, daremos las gracias por poder disfrutar de su talento en entornos íntimos como el de la Galileo Galilei.
