Roger Hodgson, el mago blanco

En el coso alicantino, que durante el verano se vuelve del revés y cambia el sol por la luna y los clarines por las guitarras, Roger Hodgson hizo magia. Nada nuevo, empezó a hacerla hace muchos años, cuando el público que le vitoreaba en esta aparición estival transitaba de la adolescencia a la primera juventud.

ROGER HODGSON - Alicante 2018 (04)

Hodgson, sin embargo, un día desapareció, como los magos tienen por costumbre y durante veinte años no se supo nada de él. Estaba en algún recóndito lugar de América criando a sus hijos y buscando la paz espiritual. Rick Davies, su otra mitad en Supertramp, mantuvo el nombre de la banda y al principio se atuvo al pacto de interpretar solo sus propias canciones… hasta que se dio cuenta, que por buenas que fueran (y lo eran) las audiencias estaban allí para escuchar esas otras que Hodgson compuso, esas piezas mágicas que anoche hizo flotar en el cielo de agosto: “School”, “Breakfast in America”, “The Logical Song”, “Sister Moonshine”, “Hide in Your Shell”, “Even in the Quietest Moments”, y así hasta once, y otras dos en el bis.

ROGER HODGSON - Alicante 2018 (05)

Con él y en él esas composiciones reviven con el mismo aliento que la primera vez que las escuchamos, porque son tan suyas y solo suyas que no pueden entenderse sin su voz, sin su presencia, aunque ya no le acompañe Davies, al que el Señor tenga en su gloria tocando el piano, ni Helliwell, ni nadie de aquella formidable banda que fue Supertramp.

ROGER HODGSON - Alicante 2018 (06)

Daba igual, Hodgson, el mago blanco ha conjurado de una punta a otra de América, desde California a Nueva Jersey, una banda tributo a Supertramp que suenan fabulosos, un saxofonista descalzo que teje con hilos de araña, un bajista sobrio y melódico, un baterista que parece surgir desde dentro de las canciones, un teclista que pone el sello de “así ha sido siempre esto”. Y entonces así de fácil nos roba los corazones y los pone dentro de las canciones, y al final, dos horas después, nos los devuelve más felices, porque ya nos ha avisado antes de empezar que la música es una vía de sanación.

ROGER HODGSON - Alicante 2018 (08)

Por medio ha ido dosificando cuatro canciones de su época post-Supertramp, consciente de que no es eso lo que muchos esperan. Piezas igualmente deslumbrantes, como esa atípica y musicalmente descomunal “Death and a Zoo” (la presentó con las palabras “si fueras un animal salvaje y te capturaran para llevarte a un zoo, ¿preferirías morir o seguir viviendo?”) o “Had a Dream (Sleeping with the Enemy)”, embellecida por un solo de guitarra en las pocas veces que escogió la eléctrica. El final de la noche, con un setlist algo más largo que otras veces, incluyó “Dreamer”, “Fool’s Ouverture”, “Give a Little Bit” (la compuso siendo adolescente, imaginen) y la última propina “It’s Raining Again”. Estaba allí con su indumentaria de siempre, camisa blanca y chaleco, zapatillas de deporte, su melena de mago blanco, y de repente ya no estaba. Su sonrisa, como la del gato de Cheshire, centelleó todavía unos segundos.

Fotos y vídeos por Juan J. Vicedo.

ROGER HODGSON - Alicante 2018 (07)

 

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