JP Harris publicó el pasado 5 de octubre Sometimes Dogs Bark at Nothing. Su primer disco en cuatro años, y su primer trabajo después de un período tumultuoso en su vida que profundiza con una honradez mordaz.
Producido Sometimes Dogs Bark at Nothing por Morgan Jahnig de Old Crow Medicine Show, JP Harris se rodeó de un importante elenco de músicos como Chance McCoy de Old Crow a la guitarra y el violín, Leroy Powell de los .357 y Whiskey Wolves of the West, y Kristina Murray y The Watson Twins a los coros.
JP Harris puede no ser un compañero habitual de carretera de forajidos como Justin Wells, Paul Cauthen, Cody Jinks, Whitey Morgan, Ward Davis o Alex Williams entre otros, pero su barba es igual de corpulenta, y su dedicación a la composición de canciones y el tradicional sonido del tonk son lo mismo. Lo vuelve a demostrar en una vez más en Sometimes Dogs Bark at Nothing (A veces los perros ladran de la nada).
Harris regresa después de esepausa de cuatro años para recordarnos cómo es realmente vivir las historias que escuchamos tan a menudo en la música country. Harris, nacido en Montgomery, Alabama, dejó su hogar a los 14 años y viajó por todo Estados Unidos en trenes de carga, trabajando en lo que en ese momento le ofrecían y viviendo sin electricidad ni agua corriente durante más de una década.
Si alguien te dice que JP Harris toca música country, puede causar dos reacciones: desprecio, porque quizás lo primero que podría venirte a la cabeza es lo más comercial que sale de Nashville, o puede que no y te recuerde a The Band, Townes Van Zandt o Steve Earle.
JP Harris, cubre en Sometimes Dogs Bark at Nothing toda esa gama de sonidos country que van desde el hard rock a lo Lynyrd Skynyrd en «JP’s Florida Blues # 1», la soledad de Townes Van Zandt en «Lady In The Spotlight», el country modelo, si es que llega a existir en «When I Quit Drinking», a Wille Nelson en la balada “Long Ways Back” y las variaciones de blues country en el tema «Sometimes Dogs Bark at Nothing».
Para este disco, su tercer largometraje, capturó las historias más extrañas de su vida. Desde su inicial y autobiográfica «JP’s Florida Blues», el talón de tu zapato o bota golpea el suelo sin cesar, convirtiendo cada canción de tren en su cabeza sea a tiempo real, mientras su ritmo casi lo vuele fuera de los raíles. Este verdadero ex saltador de trenes y perro de carretera rinde tributo al Jimmie Rodgers, a los trenes, al alcohol nuevamente, dándole otro giro a esas viejas canciones del bebercio. Las letras de Harris, todas con un gran sentido del humor, a menudo se acercan a la del novelista country convertido en narrador, el gran Kinky Friedman.
A pesar de lo divertido que puede ser su título, la canción revela una gran cantidad de auto-reflexión y sabiduría. No es muy común admitir propios errores en tus canciones. Discazo de JP Harris.
Escucha el nuevo disco de JP Harris Sometimes Dogs Bark at Nothing