Dixie Chicks llamadas ahora The Chicks han anunciado nuevo disco «Gaslighter», para el próximo 1 de mayo (pospuesto para el 17 de julio). Las 13 veces ganadoras de un premio Grammy han contado con la ayuda del productor Jack Antonoff, su primer lanzamiento en casi 14 años desde su último álbum de estudio.
Natalie Maines, y sus compañeras Emily Robison y Martie Maguire han vendido más de 30,5 millones de álbumes en todo el planeta y tras su anterior y último trabajo hasta la fecha «Taking the Long Way», le dieron la espalda para bien a su tradicional estilo y encararon la concepción musical apoyándose en el rock californiano y hasta algún esbozo de rap.
Llegó aquella fatídica noche británica unos años antes, en la que su popularidad creció increíblemente, vendiendo en tres años: 30 millones de discos. Y más allá de la escalofriante cifra, siguieron conservando íntimamente una molesta espina que se sacarían delante de lo más nutrido de la industria musical.
“Me da vergüenza que el presidente George Bush sea de Texas” fue la frase arrojada por Natalie Maines durante un concierto de Dixie Chicks en Londres en marzo de 2003, diez días antes de la operación militar llamada «Libertad Iraquí” sobre Bagdad, supuso para la banda el comienzo del fin. En el mejor momento de su carrera, el grupo más importante de la actual escena country pop sufrió un durísimo revés.
Al parecer, semejante afrenta contra los Bush Boys le generó consecuencias sospechosas: sus canciones desaparecieron de los charts, sus conciertos se suspendían sin aviso y dejaron de sonar en las radios, mientras rednecks arrollaban montañas de CDs con sus tractores al mejor estilo Ku Klux Klan.
A raíz de aquella declaración que se extendió como pólvora, las superpoderosas de Dallas enfrentaron insultos por antipatrióticas y un doloroso boicot de sus pares, que las atacaron sin piedad.