Existen discos igual de buenos que "JT" de James Taylor pero no mejores...

El inicio del álbum con esa entrada simultánea de la guitarra y la batería anunciando la festiva «Your smiling face» nos conecta con la fotografía de portada y hace presagiar cosas buenas. Así va a ser, «JT» es una obra de madurez de James Taylor, que cerca ya de los 30 años de edad, atraviesa un período de felicidad junto a Carly Simon. Atrás quedaron los tormentosos años adolescentes, la adicción a la heroína, el viaje redentor a Londres donde Paul McCartney le ayudó a grabar su primer disco (para Apple, por supuesto). James Taylor está radiante, y con su amigo Danny Korchtmar a la guitarra, y un elenco corto de músicos, nos ofrece un disco que a estas alturas ha cumplido 40 años y sigue ahí, deslumbrante.

Echa mano Taylor de su amor por la música, en la que se funden en un crisol personal el folk, el rock, el blues, el country. No falta siquiera un divertido y mordaz rap en la breve «Traffic Jam», en la que ironiza sobre los atascos en las ciudades. Sus canciones son trocitos de su alma y al escucharlas una y otra vez durante años se quedan en la nuestra, si las dejaste entrar forman parte de tu historia esas melodías reconocibles, esos versos cantados con su voz cercana, esos pasajes intimistas en los que te puedes reconocer.

Le canta al amor y a la felicidad, pellizcándose para creerlo (ese arranque con «Your smiling face» y «There we are»), nos ofrece piezas con brío («Honey don’t leave LA», y su versión de «Handy man») junto a otras en que la tristeza y la derrota asoman («Another grey morning», «Bartender’s blues»). Pero si buscas refugio en su música éste inevitablemente lo encontrarás en sus canciones delicadas e intimistas, tesoros como «Terra Nova», «If I keep my heart out of sight», o el eterno «Secret o’ life», en el que declara con total convencimiento el camino a seguir, que será el suyo desde entonces: el secreto de la vida es disfrutar el paso del tiempo.