En estos tiempos en que las novedades musicales consisten muy mayoritariamente en la repetición de fórmulas, en que la búsqueda no es un objetivo y la creatividad es una palabra que está en el diccionario, se agradece que Juanma Pastor y su banda ofrezcan cosas como este «Metonymy of sound» de Johnny B. Zero, un disco que ya en el título parece indicar que esto merece atención.
Hay que tener muchas cosas en la cabeza para alumbrar esta mezcla de estilos, emociones y ritmos, pero no es solo eso, aquí hay una banda sólida en la comunión con ese planteamiento audaz, unos músicos excelentes: Julio Fuertes a los teclados, Pablo Pérez a los vientos, sean eléctricos o no, y Ben Wirjosemito, en la batería. Juntos dan forma a esta propuesta metonímica y si quieres puedes zambullirte en ella y experimentar el cosmos que hay tras la pared de tu cuarto.
Una vez escribí que Johnny B. Zero son portadores de un cromosoma perdido sin el que su música no se explica. Es la metonimia de sonido con la que han destilado esta obra que te agitará en el metro cuadrado de suelo en el que estés. Si no lo crees pon el volumen alto en tu equipo y dale al play, los dos primeros minutos te harán olvidar que se te olvidó cogerte una cerveza.
Cuando llegues a la octava pista, «Broken nature love» y te des un descanso, habrás pasado por la batidora implacable de «It’s so hard», por el espacio laberíntico de «Family», por los mundos de fantasía que hay en la música de «Love is alive», por los juegos de espejos en que los sonidos de Johnny B. Zero se reflejan como pulsos de luz con todos los colores del espectro. Todo terminará con el lamento exquisito de «Horror Song» (…no, it’s not good to be alone…) y tendrás que volver al principio. Al fin y al cabo solo es media hora, y tienes todo el tiempo del mundo.