El australiano Jesse Redwing lanzó este pasado mes de noviembre «Light my way» tras su fenomenal debut el año pasado con «I’m Comin ‘On». Jesse Redwing crea ese paisaje sonoro de blues, soul y rock and roll. Esa mezcla de sonidos reunidos confiere frescura a mansalva.
La voz de Jesse Redwing, agradablemente imperfecta y áspera y su banda son cálidas y llenos en la mezcla que evocan claramente a una época irrepetible, un versadero festival groove impulsado por el blues que no sonaría fuera de lugar en una esquina de Nueva Orleans.
Con una naturaleza profunda e inquietante en su voz, Jesse Redwing domina cada canción a través de sus súplicas empapadas de whisky y su neurosis paranoica. Manteniéndose fiel a su título, la línea de bajo, batería, vientos, teclados y la guitarra atascada nos llevan a un viaje manchado de nicotina que se remonta a los años 60.
Jesse y compañía están solidificando rápidamente su nombre en el circuito de blues australiano. Con «Light my way», y con nuestros héroes de antaño muriendo rápidamente, podemos dormir tranquilos sabiendo que tenemos a Jesse para mantener la llama encendida. Dicazo de la una a la once. Otro de los mejores discos del 2020.
