«Redemption» es el temazo de Nathaniel Rateliff que cierra la película «Palmer» y sus títulos de crédito. Una película donde afloran las segunda oportunidades, la película funciona debido al vínculo padre-hijo que se forma entre los dos. No profundiza tanto en las emociones de su protagonista, quizás casi demasiado reservado y con muchas caras de póquer. Pero ahí es donde entra Sam, el niño. Un placer absoluto en los momentos más tristes de la película.
Dentro de esa oscuridad del personaje y toda la historia, los vestidos rosas y sus juguetes de hadas luchan contra la monótona perspectiva de Palmer. Sam es ese contrapeso, tanto en espíritu como en presencia de toda la película.