Jackson + Sellers publican su álbum de debut, Breaking Point en Anti. El dúo está formado por Jade Jackson y Aubrie Sellers. Las cantautoras se cruzaron por primera vez en un festival en Nashville en 2019, y desde el primer momento hubo química. Durante la pandemia, empezaron a escribir juntas, formando una asociación muy inspiradora que ha dado como resultado uno de los álbumes colaborativos más atractivos de los últimos tiempos. Un disco donde se funden a partes iguales rock y americana, repleto de himnos con espíritu pop para cantar a todo pulmón. Breaking Point ha sido producido por Ethan Ballinger y coproducido por Aubrie Sellers, una de las componentes del dúo.
Jade Jackson y Aubrie Sellers comenzaron su carrera en lugares distintos, pero con estilos anclados en el Americana. Jade nació en California. Es una compositora luminosa que dio sus primeros pasos bajo la producción de una leyenda del punk, Mike Ness. Aubrie, por su parte, es nativa de Nashville. Hija de la cantante country Lee Ann Womack, lo tuvo un poco más fácil. Tiene dos discos editados que suenan a country polvoriento. Las dos han aprovechado esta oportunidad de reinventarse y han creado un álbum que refleja sus amplios intereses musicales, desde el rock de los 70 hasta el pop indie y el country de la costa oeste.
“Desde el primer momento en que Aubrie y yo cantamos juntas, sentí que la trayectoria de mi estilo de escritura cambiaba, dejando que la espontaneidad y la creatividad cruda y sin adulterar se abrieran camino. Nunca había confiado más en el proceso de creación que en la realización de este disco». Jade Jackson
Aquellos que -viendo los precedentes de las dos muchachas-, esperen melodías country pueden sentirse decepcionados. Aquí hay rock and roll puro, amplificadores subidos al 11. Un perfecto maridaje entre energía garage-punk y la dulzura de sus voces. Breaking Point es una unión perfecta entre los sonidos de ambos artistas: cada una aporta tres canciones, otra la componen a cuatro manos y hay tres covers. El disco comienza con The Devil is an Angel. La pareja retuerce la pantanosa y atmosférica grabación de Julie Miller y la convierte en un cóctel de riffs de guitarra y armonías, con un sucio solo del productor Ethan Ballinger. Fue una acertada presentación en sociedad: es una poderosa introducción a su sonido.
En otros momentos, aflojan el acelerador para mostrar su lado más tierno. Hush es un momento de silencio entregado con ternura en el disco, y es la primera canción en la que colaboraron. También Fair Weather muestra su lado más emocional, cerca de la música de raíces. Las otras dos versiones –The Wild One de Suzi Quatro y Has Been de Shannon Wright-, ofrecen solos de guitarra abrasadores y una producción moderna. Una de las canciones más redondas del disco es Waste My Time (Did I waste your time / Like you wasted mine?), una potente canción que es la que tiene más reminiscencias de Led Zeppelin (una de las influencias que reconocen en las entrevistas)
El disco funciona. Dos cantautoras jóvenes metiendo en su coctelera influencias de todo tipo y consiguiendo que todo salga a flote, a pesar de que por momentos parezca que van a quedar enterradas por la distorsión que quiere reinar en el disco. Un disco fresco y ambicioso, fruto de la pandemia, que esperemos tenga vocación de continuidad.
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