John Mellencamp edita su nuevo disco,Strictly A One-Eyed Jack. El disco ha sido grabado y mezclado por David Leonard y masterizado por Bob Ludwig. La colaboración estelar, en tres temas, es la de Bruce Springsteen. Los músicos presentes en el disco son Andy York (guitarras), Troye Kinnett (piano, acordeón, órganos, armónica, voz), Miriam Sturm y Merritt Lear (violines), John Gunnell (bajo), Dane Clark (batería) y Mike Wanchic (guitarras). Un tipo muy querido en la América profunda que en este nuevo disco se centra en cantar a la soledad y las mentiras.
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Un álbum sencillo, en el que Mellencamp parece cantarnos desde el porche de su casa. Con su instrumentación austera y mucho tiempos medios, el trabajo en su conjunto es un perfecto catálogo de la vieja música americana. El telón de fondo se compone fundamentalmente de guitarras acústicas, violines, acordeones y ligera percusión. Es un tipo de setenta años mirando con amargura al mundo. Herido por sus fracasos y sus tres divorcios; tal vez por la falta de reconocimiento por parte de la aristocracia roquera. Aunque la colaboración con Springsteen puede resarcirlo, por supuesto. Se aprecian toques de Bob Dylan y, en muchos pasajes, del Tom Waits más clásico. Aunque él, a quien persigue, es al espíritu de los grandes del jazz.
«Escribí una canción una vez hace mucho, mucho tiempo llamada ‘I Just Want to Be Black’. Crecí cantando en bandas de soul. Me gustaría sonar como Louis Armstrong, y aquí y allá quizás lo haga. No tengo ningún plan para dejar de fumar a pesar de que seguramente esto me matará».
Gran parte de Strictly a One-Eyed Jack es una mirada introspectiva, y Mellencamp es bastante duro consigo mismo. Varias canciones están escritas desde el punto de vista de un hombre que admite ser un perdedor en caída libre Canta que es «un hombre que se preocupa» y «un tipo de la media» viviendo en un «mundo está dirigido por hombres mucho más torcidos que yo». El espíritu sombrío destaca en títulos como «Soy un hombre que se preocupa» y «Siempre miento a los extraños», y en reflexiones sobre vivir en un mundo donde «hay muchas lágrimas».
“En esos momentos de crisis en una relación, siempre te sorprende la persona con la que estás involucrado, que creías conocer. Ha sido así con todo lo que he hecho. La gente de la discográfica siempre me sorprende. Pero a medida que crecí, descubrí que no tengo ni idea de qué diablos está pasando Y creo que ninguno de nosotros la tenemos… Realmente no llegamos a conocer a nadie en el mundo excepto a nosotros mismos, y ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos».
El álbum muestra un poco más de luz en las colaboraciones con Bruce, gracias en parte a los solos de guitarra y a las armonías de Springsteen. Mientras que Wasted Days trata sobre no dejar escapar las oportunidades de la vida, Did You Say Such A Thing es una de las pocas canciones de este álbum que recuerda al Mellencamp más clásico, aunque con su aire de derrota personal nos trae al John envejecido que reina en el disco.
El cierre del álbum es también triste. En A Life Full of Rain, una melodía sombría impulsada por el piano que parece escrita por un Tom Waits setentero, canta sobre los viejos buenos tiempos : «Hay un mundo de ojos azules/Que dijo que alguna vez te amó/Pero eso fue en tu juventud/Hace mucho, mucho tiempo.” Un solo de Springsteen hace que el cierre del disco sea uno de los grandes momentos del mismo.
Con más de cuarenta años de una carrera que comenzó actuando como ídolo adolescente, Mellencamp hace tiempo dejó de ser Johnny Cougar y se convirtió en una voz importante que se posicionaba contra las distintas formas de opresión e injusticia social, colaborando entre otros, con Farm Aid. En este disco, mira hacia adentro y habla más de sí mismo, consciente de que no le queda mucho tiempo.
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